barcelona - El Liceu de Barcelona recupera una histórica versión de Aida, con decorados del pintor y escenógrafo Josep Mestres Cabanes, que vuelven al escenario del coliseo lírico 75 años después de su estreno, en la que probablemente será su última exhibición debido al delicado estado de conservación en el que se encuentran.

El director artístico del teatro, Víctor García de Gomar, reconoció ayer que la institución está en una “encrucijada” ante el “deterioro importante” de estos decorados, considerados una “obra maestra” de la escuela catalana de escenografía por su dominio de la perspectiva. García de Gomar indicó que están debatiendo si llevar a cabo “una reconstrucción absoluta o ponerlos en un museo para conservarlos de otra forma, dignificándolos como piezas museísticas”, e incluso se plantea realizar una filmación, con dron incluido, para “poder viajar por su interior”. Otra de las características de estos decorados, punto culminante de la carrera del escenógrafo manresano, fallecido en 1990, es que fueron una “joya” que se salvó del incendio de 1994.

Más allá de la cuestión de los decorados, la producción de Aida, que se representará del 13 de enero al 2 de febrero, cuenta con la dirección escénica de Thomas Guthrie y la musical de Gustavo Gimeno, director titular de la Orquesta Filarmónica de Luxemburgo. Respecto a los intérpretes, destacan el debut en el Liceu de las sopranos norteamericanas Angela Meade y Jennifer Rowley como Aida, así como el de los tenores Yonghoon Lee, nacido en Corea, y de Luciano Ganci, en el papel de Radamés. Asimismo, el catalán Àngel Òdena interpretará el rol de Amonasro, alternándose con Franco Vasallo, debido a la cancelación del barítono Marco Vratogna por motivos de salud, mientras que las mezzosopranos Clémentine Margaine y Judit Kutasi se combinarán en el rol de Amneri y los bajos Kwangchul Youn y Marko Mimica interpretarán a Ramfis.

Historia de amor, que le encargaron a Verdi cuando contaba 58 años para celebrar la inauguración del Canal de Suez, es la ópera que más veces se ha representado en el Liceu, más de 400, datando sus últimas funciones de 2012.

Thomas Guthrie espera que los decorados de Mestres Cabanes vuelvan a “interpelar a todo el mundo” y que “contribuyan a crear la ilusión del teatro”. A la vez, avanzó que el espectador se encontrará con que los intérpretes y el ballet que participan en la obra “no van por separado”, con unas coreografías de Angelo Smimmo que mezclan el ballet clásico con la capoeira.

En este punto, no obvió que Aida, además de un triángulo amoroso, escrito poco después de que Verdi perdiera a su hija, es una historia que transcurre en “un momento de guerra, de pérdida, de oscuridad, de risorgimento italiano”, y la capoeira “es el lenguaje de los esclavos, de la protesta, una danza en favor de la libertad, pero también de la guerra, es un arte marcial”. - Efe