- El Gobierno de Navarra ha autorizado a la Policía Foral a controlar las poblaciones de especies cinegéticas que causan daños agrícolas, como el conejo o el jabalí, mientras dure el confinamiento decretado en el estado de alarma, que impide a los cazadores salir al campo para reducir las densidades de estos animales y minimizar su afección en la agricultura.

El encargado de este cometido es el Equipo de Control de Animales, un grupo creado en el 2009 bajo el mando de la Brigada de Protección Medioambiental para, entre otras labores, controlar animales sueltos o salvaguardar ejemplares de especies protegidas. Ocho agentes especializados componen esta unidad, que ya están preparados para actuar en el coto de Tudela.

A esta situación, inédita en Europa, se ha llegado después de que, el 24 de marzo, el director general de Medio Ambiente, Pablo Muñoz, hiciera recaer sobre los hombros de los guardas de los cotos el control de las poblaciones, autorizándolos mediante una resolución a que lo efectuaran como parte de sus funciones laborales.

Según la jefa de la Sección de Caza del Gobierno foral, Idoia Alfaro, en esa resolución ya se indicaba que, una vez consultados los agentes implicados (ayuntamientos titulares de la gestión de los cotos, agricultores, guardas y sociedades de cazadores), se podría adoptar otro tipo de medidas. Ante la imposibilidad de que los guardas desarrollaran el mismo cometido que el total de cazadores de esos cotos, varios consistorios trasladaron a Medio Ambiente que esa iniciativa era insuficiente. También desde la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra (UAGN) se envió un documento al Gobierno con varias propuestas para atajar el problema.

La Federación Navarra de Caza (FNC), plenamente consciente de la sobrepoblación de la fauna cinegética y de sus consecuencias socioeconómicas, ha secundado desde un primer momento la preocupación del sector el agrario, fundamental en el suministro de alimentos a la ciudadanía. Las propuestas apuntadas por la UAGN coinciden enteramente con las de la federación, ya que la caza de conejo con hurón, las capturas nocturnas o las esperas de jabalí se han revelado como métodos eficaces, siempre que se realicen por cazadores formados y experimentados, junto con guardas conocedores de la zona.

Tras la incertidumbre generada por la primera disposición de Medio Ambiente, el departamento publicó otra resolución el 31 de marzo, en la que dispuso que el Equipo de Contención Animal de la Policía Foral, siempre dependiendo de su disponibilidad y prioridades, emprendiera labores de control poblacional como, por ejemplo, la captura nocturna de conejo y jabalí desde vehículos con focos integrados de alta visibilidad. En este caso, el cometido se llevará a cabo por un policía desde un vehículo conducido por otro agente, el guarda del coto afectado o un empleado de la entidad local titular de ese acotado. Otro encargo ordenado al cuerpo policial autonómico es la espera nocturna de jabalí en los puntos autorizados en el Plan de Ordenación Cinegética o en aquellos que determine el Servicio Forestal y Cinegético del Ejecutivo foral.

A juicio de la FNC, en este contexto de estado de alarma y de emergencia en la salud pública, se antoja complicado que la Policía Foral, un servicio esencial en la lucha contra la pandemia, adopte competencias innecesarias, insuficientes a todos los efectos y que, además, corresponden a otros gremios o sectores.

En otros países de Europa, los cazadores continúan siendo los encargados de reducir los daños agrícolas para proteger al sector primario, lo que vuelve a demostrar que la actividad cinegética ejerce una función social tremendamente relevante para la sostenibilidad del medio rural. En cualquier caso, el colectivo de cazadores liderado por la FNC ha manifestado a los agricultores que cuentan con su ayuda, siempre y cuando la legislación lo permita.

Durante el estado de alarma, los titulares de la gestión de los cotos no pueden desarrollar plenamente el conjunto de modalidades excepcionales autorizadas en los planes de prevención y, por tanto, debe ser la Administración foral la que, en opinión de la FNC, asuma sus responsabilidades, sin trasladárselas a otros agentes afectados en esta crisis, como las sociedades de cazadores o los agricultores.

Pese a que en Navarra se cuente también para el control de los daños con agentes policiales, el Gobierno ya está valorando más proyectos, sobre todo anticipándose a que el estado de alarma se prolongue más allá de mediados de abril. "Ahora mismo, estamos estudiando otras medidas -sostiene Alfaro-, pero tenemos que contar con la completa seguridad jurídica de que lo que autoricemos cumpla con el Real Decreto".

En este sentido, desde la FNC se estiman necesarias otras iniciativas, como el establecimiento de fondos específicos que cubran o atenúen las mermas económicas de los agricultores. Así lo reclama el ingeniero forestal Aitor Merino, que apunta que "vivimos unos momentos adversos que están poniendo en valor lo que muchos veníamos diciendo tiempo atrás, que los cazadores son una herramienta reguladora necesaria e imprescindible, ya que desempeñan labores difícilmente reemplazables, a las que hay que sumar su contribución económica y social".