- Alaska y Mario Vaquerizo reviven en La última tourné el crepúsculo del teatro de variedades, las parisinas varietés que en España recorrían los pueblos con sus maravillosas vedetes (a veces solo purpurina y lentejuelas). “Pero el género no termina de desaparecer porque siempre hay gente joven que se interesa y siempre hay una especie de vedetismo alternativo. Y luego -señala Alaska- hay gente de una edad, como la mía, que conocimos el género de pequeños y nos sigue gustando”. “El teatro de las variedades ha cambiado mucho, de hecho dejó de existir hace tiempo, yo no lo viví, pero recuerdo a mis tíos yendo a ver a Norma Duval, o a Raúl Sender al Xenon”, apunta Vaquerizo.

“Shakira es una vedete, y Jennifer Lopez también”, opina Alaska, en el sentido de que “montan espectáculos con escenografía, bailarines”. “Venga brillo, mucho brillo, te vuelves loca”, aporta Vaquerizo. Pero claro, dice la cantante, “de lo que hablamos en La última tourné es del teatro de variedades que tenía un guioncito, una persona contaba un chiste, otra cantaba a lo folklórico...” Es ese momento crepuscular el que se reivindica, y “a esas figuras que siempre estuvieron mal vistas por los bien pensantes”, remata el periodista y showman. “No deja de ser una paradoja que hablemos de esto como cultura cuando para nadie lo fue, sino consumo puro y duro”, sonríe Alaska. “Lo que hacemos nosotros la gente tampoco lo considera cultura, pero me da lo mismo”, lanza Vaquerizo.

Vaquerizo es Enzo Marini, al que le encanta mentir “que ni se llama Enzo ni es italiano”, advierte Alaska. Ella es Paca Castellón, una vedete cómica que, tras muchos disgustos, ha perdido la gracia. Además están Bibiana Fernández como la primera vedete, Miranda Vega, un cuerpazo contrapunto de la cómica; y Manuel Bandera, director de la compañía. La troupe, que lleva veinte años viviendo de la farándula, ya no gusta como antes. Son los 90 y se lleva el teatro comprometido; se acabaron las varietés y las vedetes eran vistas como algo desfasado y casposo.