- Oihana (guitarra y voz), Leire (bajo), María (teclados) y Laura (batería) son las cuatro integrantes de Melenas, un grupo de música de Pamplona que no necesitó más que sacar su primer disco para triunfar. Han pisado los escenarios de varios festivales de España, han estado de gira por Reino Unido y en el SXSW de Texas (EEUU). En mayo sacaron su segundo disco, Días raros, y van a hacer una pequeña gira, el RaroTour, que comienza mañana en Artajona, y le seguirán Touluse el 29 de agosto, Pamplona el 5 de Septiembre y Madrid el 10 de septiembre. Hablamos con Leire.

¿Por qué han decidido titular su último disco como Días raros? Yo no he podido evitar pensar -imagino que a otras personas les habrá pasado igual- en la canción de Vetusta Morla (Los días raros).

-La verdad es que no teníamos ni idea de que había una canción de Vetusta Morla que se llamaba así. Nos enteramos cuando ya lo habíamos decidido y el disco ya estaba en fábrica así que fue como... Ostras... Le pusimos ese título porque nos pareció que reunía bien lo que hablaban el conjunto de las canciones y nos gustaba como sonaba y lo pusimos. Los temas de este álbum tratan de esa sensación que se tiene a veces en un día raro: de cuando tú estas en tu mundo, que parece que el resto del planeta va a otra velocidad. Luego adquirió otro significado con lo que nos ha tocado vivir.

¿Cuál es la importancia que tienen las letras en sus canciones?

-Les damos mucha importancia. En el anterior disco casi todas estaban escritas por Oihana pero, en este, casi todas las letras las hemos escrito entre todas. Nos reuníamos y decíamos: “venga, queremos hablar de esta sensación o de este tipo de momento” y las íbamos sacando juntas. De hecho, esta vez hemos puesto un insert dentro del disco con las letras, para que la gente que nos dice que no se entiende mucho lo que decimos, o para nuestros oyentes de habla extranjera que quieran saber de lo que hablamos, puedan leerlas, porque si que son importantes: transmiten parte del sentimiento.

¿Escriben las letras antes o después de componer?

-Las letras son lo último de todo. Hasta que las incluimos, mientras tocamos, hacemos “lalalá nenené”.

¿Ha sido diferente la grabación de este segundo disco?

-La primera vez fue todo un poco más caótico. Incluso terminamos algunas letras en el estudio. Pero esta vez lo hemos hecho de otra manera porque, al haber grabado ya un disco, ya sabes a lo que te enfrentas. Para este segundo disco fuimos con todo más preparado.

¿Ha habido alguna evolución musical entre el álbum de debut y este?

-Sí. Pero es normal porque, cuando compusimos el primero, algunas todavía estábamos aprendiendo a tocar los instrumentos. Hemos aprendido a tocar mejor y eso se nota. Claro, después de todos los conciertos que hemos dado y todos los ensayos que nos hemos pegado... Ahora nos podemos expresar mucho mejor que antes.

Y después del éxito con el primer álbum, es decir, con el grupo ya solidificado, y con un recorrido interesante por delante, ¿se han puesto a dar lecciones de música?

-Oihana estudió violín en el conservatorio, y piano. Ahora recibe clases de canto, para tener más control sobre su voz, para gastarla menos, etcétera. Yo voy a clases de bajo para mejorar. Como soy autodidacta, he cogido mis manías y quiero hacerlo mejor. Laura también se ha apuntado a clases de batería. O sea que sí, nos hemos apuntado a clases para mejorar en lo que podamos.

¿Sienten la presión de tener que cumplir unas expectativas con este segundo disco?

-No lo llamaría presión, la verdad. Estábamos seguras de lo que estábamos haciendo: las canciones nos gustaban mucho y nos parecía que el disco iba a quedar chulo. Sí que es verdad que con el primer álbum éramos novedad, y eso te da un plus. Pero, vaya, que teníamos confianza en las canciones y, si al público le había gustado el anterior, este también podía encajar. Aunque siempre tienes esa duda...

¿Escucha sus propias canciones?

-Mientras las grabamos las escucho bastante en casa, para ver como suenan “desde fuera”. Cuando estamos en una época más de conciertos me saturo antes, pero, ahora, que solo hemos tocado una vez, desde que lo sacamos, las escucho algo más.

Y, al volver a escucharlas les asalta el pensamiento de que les gustaría cambiar alguna cosa de la letra o la melodía?

-Ahora no caigo en ninguna, la verdad. De Días raros, desde luego, no cambiaría nada. Al ir a grabarlo íbamos sobre seguro porque antes habíamos hecho una demo y, al acabarla, ya vimos un poco por dónde queríamos ir. Así que, de los temas de este disco, cuando los escucho, no cambiaría nada. Quizá del otro disco... pero es que también me gusta la frescura de la inexperiencia con la que lo hicimos. Tampoco haría ninguna modificación.

¿Es divertido el proceso de composición o grabación?

-A ratos, la verdad. Hay veces que las cosas salen muy fácil y hay otras que se atascan y que tienes que aparcarlas, volver a cogerlas. Esas canciones cuestan un poco más. En este último disco hemos estado casi un año. Así que ha habido mucho trabajo y dedicación, pero también hemos tenido momentos divertidos. Nos lo pasamos muy bien entre nosotras. Por eso, también, hemos montado el grupo.

Después de haber tocado en escenarios internacionales y en grandes festivales, se os hace extraño tocar en Navarra?

-Cada sitio tiene su rollo. Es muy diferente tocar en el escenario de un pueblo, en el de un festival, en un garito, etcétera. Nos gusta tocar muchas veces en sitios más pequeños, porque se siente más la cercanía, pero, claro, luego estás es el Primavera Sound y piensas: “madre mía, que hago aquí”. Como llevamos tanto tiempo, por esto del covid, sin tocar, vamos a Artajona con un montón de ganas acumuladas.

El grupo se formó en El Nébula, ¿Su estilo vintage lo han sacado de la decoración de sus paredes?

-Qué va, qué va. No hemos hecho nada artificial con nuestra estética. Nosotras éramos así antes de conocernos y de qué formáramos la banda. Y así seguimos siendo. No es estética de grupo ni nada de eso, es que somos así.

¿Y también escucháis la música en vinilo y casete?

-Yo tengo un Volkswagen Polo viejísimo que solo tiene para escuchar con casete. Y sí que escuchamos mucha música en tocadiscos. No siempre, también utilizamos Spotify, pero nos gusta el romanticismo de escuchar música en vinilo.

“Cuando compusimos el primer álbum, algunas del grupo todavía estábamos aprendiendo a tocar los instrumentos”

“Hemos tenido momentos divertidos: nos lo pasamos muy bien entre nosotras; por eso, también, hemos montado el grupo”