La periodista Rosa María Calaf ha considerado que la opinión que se tiene de Europa en el resto del mundo ha empeorado en los últimos años debido a los "intereses fraccionadores" de otras potencias y de sus contradicciones internas, lo que ha hecho que sea "objeto de muchos resentimientos y decepciones".

Estas son algunas de las conclusiones extraídas por Calaf, histórica corresponsal de RTVE en Estados Unidos, Moscú, Buenos Aires y Asia-Pacífico, durante su ponencia este viernes en el IV Congreso Gestión Cultural de Navarra, donde ha analizado la percepción que existe de Europa en los diferentes continentes.

En esta crisis, ha apuntado, "hay mucha decepción" por existir una "incapacidad o falta de voluntad de prevención", algo que, según Calaf, se debe a que en Europa "no llega a primar un interés común", sino que prevalecen los intereses nacionales y, "si la respuesta no es unitaria, está debilitada".

Asimismo, ha indicado, existe una percepción de "incapacidad para prevenir conflictos" unida a que, cuando la UE interviene, hace que se consoliden "estados fallidos" como Libia o Irak.

En Estados Unidos, ha comentado, "nunca ha interesado una Europa fuerte" por cuestiones competitivas pero a su vez "hay esa ambivalencia de que necesita un socio fiable".

Por esto último apostó en mayor medida el Gobierno de Obama, aunque, según ha señalado Calaf, "perdió bastante la paciencia con la UE por la falta de coherencia y de objetivos claros".

En la actualidad, ha declarado, el presidente Donald Trump "no quiere un socio eficaz, sino un socio irrelevante" y con Europa ha seguido la misma senda que con el resto de naciones, "dinamitándolo todo" bajo la premisa del "divide y vencerás".

En América latina, ha agregado, entre las élites "hay una fascinación por Europa", una idealización que en determinados momentos históricos llegó también al pueblo llano al verla como "un símbolo de defensa de los derechos humanos" y un "bastión de libertades", lo que provocó que muchos emigrasen en épocas de especial violación de los derechos humanos.

Esto, ha señalado, fue muy relevante para el empeoramiento de la imagen de Europa en estos países, ya que "se empezó a recriminar que la acción oficial de la UE había sido bastante ineficaz a la hora de defender los derechos de esas personas" y quienes huyeron de la opresión "se encontraron con una acogida en muchos de los casos muy discriminatoria".