Dónde. Galería Arteko de San Sebastián (Iparraguirre, 4) y Escuela Técnica Superior de Arquitectura de San Sebastián (hall de entrada de la ETSA UPV/EHU).

Cuándo. Hasta el 8 de enero.

Participantes. Arquimaña, Covid Study Houses, Gorka Chillida, Detritus, Violeta García, Mari Puri Herrero, Joxan Iza, Albert Lekuona, Aitor Ochoa, Ekain Olaizola, Angel Peris, Marijose Recalde, Jaime de los Ríos, Jonathan Rodrigo, Roskow, Dora Salazar, Patxi Zapirain y Ramón Zuriarrain.

Comisario. Ander Ushijima.

Visitas guiadas. Cada jueves de 19.00 a 20.00 horas.

En conexión con la exposición se ha editado una publicación que recopila en dos tomos las entrevistas realizadas desde Arteko a los artistas en pleno confinamiento y los ejercicios de curso de los estudiantes de la ETSA UPV/EHU.

a pandemia de la covid-19 provocó que millones de personas nos confináramos en nuestras viviendas de la noche a la mañana. De repente, nos vimos obligados a convivir con ellas en relaciones en algunos casos inesperadas, encontrando cualidades y limitaciones de las que tal vez no éramos conscientes.

Ahora, secuelas de aquella experiencia como el teletrabajo o la necesidad de contacto con el espacio exterior, evidencian la importancia de repensar el modo de vivir contemporáneo. Con esta vocación nace la exposición colectiva que ha convertido hasta principios de enero la galería Arteko de San Sebastián en una vivienda. En un lugar que quiere ser familiar, habitado y habitable gracias a una muestra que vincula el arte con la arquitectura y, a través de esa comunión, con la vida actual.

"En el confinamiento el mundo se paró, pero la creación siguió su curso y los artistas continuaron realizando obras de arte", destaca el comisario de la exposición Habitar desde el arte, Ander Ushijima. Precisamente en pleno encierro obligado comenzó a gestarse el proyecto expositivo que ahora se descubre al público, repartido en dos sedes: la galería Arteko, que acoge la parte principal de la muestra; y el hall de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de San Sebastián.

Desde la galería se les ocurrió realizar una serie de entrevistas a sus artistas mientras estaban confinados, lanzándoles a todos ellos las mismas tres preguntas: ¿Cómo llevas el confinamiento? ¿Cómo crees que esta situación va a afectar a la cultura? ¿Qué mensaje transmitirías al mundo del arte? "Fuimos publicando las entrevistas en nuestra cuenta de Instagram, como una manera de seguir conectando a los artistas con el público", cuenta Ander Ushijima sobre el germen de esta exposición, que muestra obras generadas la gran mayoría durante el confinamiento. Entre ellas, creaciones de las artistas navarras Marijose Recalde y Dora Salazar.

Ese fue el punto de partida de este proyecto que enseguida se enriqueció con la arquitectura. Su comisario, arquitecto de oficio, vio claro que la vivienda tenía que ser un elemento esencial en la exposición. "Ha sido la gran protagonista de esta pandemia, la hemos malvivido y redescubierto, hemos pasado tantas horas en casa... Vi necesario crear una reflexión en torno al tipo de viviendas que habitamos y cuestionar si tienen que cambiar las maneras de construir las casas, porque la sociedad ha cambiado", explica Ushijima.

De ahí llegó la idea de convertir la galería Arteko en una vivienda para colocar esta cuestión en el centro. El comisario invitó a arquitectos con "proyectos interesantes generados durante el confinamiento, como los de Covid Study Houses, que abrieron una cuenta de Instagram en la que invitaban a todo el mundo a que les enviaran dibujos en planta de sus casas, y con esas aportaciones realizaron un testimonio, una cartografía dibujada de las maneras de habitar de 200 personas", cuenta.

... Y el espacio virtual

El público que entre en Arteko se encontrará inmerso en una instalación arquitectónica que recuerda a la escenografía de la película Dogville. Además, se presenta una maqueta a escala 1:20, producida por el Fab-Lab de la ETSA UPV/EHU y el arquitecto Aitor Ochoa, que reproduce la galería-vivienda e invita al visitante a modificar su distribución y apropiarse de ella. Por otro lado, en contraste al espacio íntimo de una vivienda, dada la naturaleza pública del hall de la Universidad, éste se transforma en una calle. Una calle entendida como un lugar de circulación y de reunión en el que ocurren todo tipo de situaciones inesperadas. Esta calle en el hall de la ETSA se compone de dos fachadas: una, con el primer ejercicio de curso para los alumnos de Proyectos I y la otra, con las entrevistas que Arteko realizó a sus artistas durante el confinamiento. Todo ello representado en una composición a modo de ventanas a escala reducida.

"Y como otra de las dimensiones clave del confinamiento ha sido el espacio virtual, que ha venido para instaurarse ya definitivamente, pues una de estas ventanas es un iPad que muestra el interior de la vivienda, que es la galería, y a la inversa, en la galería hay una ventana virtual desde la que se ve el exterior, la calle, la universidad. Se genera esa conexión de ambos espacios remotos mediante el espacio virtual", cuenta Ander Ushijima.

De las entrevistas que Arteko realizó a sus artistas en pleno confinamiento, se desprende un sentir general que en ese momento era "bastante esperanzador, en el sentido de que el mundo se paraba, pero la creación seguía". "Muchos artistas nos decían: bueno, yo llevo confinado toda mi vida... Porque ya sabemos que los artistas viven aislados y en su mundo, creando. Sí es verdad que son personas muy sensibles y notaban los cambios. Algunos se inspiraban más, otros en cambio estaban en situación de bloqueo...", cuenta el comisario y arquitecto.

Que el arte sea familiar

De Dora Salazar, se expone la evocadora escultura Mujer casa (bronce macizo), una versión de la Femme maison de Louise Bourgeois, pieza que a la artista alsasuarra le "fascina". "Es una escultura muy reciente que creé justo antes del confinamiento y después de esa experiencia ha cobrado más significado", dice Salazar, quien pasó su encierro obligado en la casa que tiene en un pueblo de Burgos, con huerta, así que reconoce que "fue mucho más fácil de llevar que si me hubiera pillado en Bilbao". Para Salazar, esta crisis nos brinda una oportunidad de "reinventarnos, a galerías, a artistas, y en general a todas las personas". "Es momento de pararse a pensar, más que de hacer. De cuestionarse la manera de vivir", dice.

Por su parte, Marijose Recalde aporta a la muestra de Arteko una escultura en tres dimensiones que es la réplica de una pieza suya del año 1996 de grandes dimensiones (Hombre con perro) y Cabeza Romana, una de las tres "cabezas con cerámica" que alumbró en confinamiento. Respecto a la réplica de Hombre con perro, la artista cuenta que "es una figura a escala hecha en resina, a partir del escaneado de mi escultura de gran tamaño creada en zinc, hierro y cobre, que de esta manera, con las tecnologías modernas se ha reproducido en serie en un tamaño más accesible al público (25 cm). Es la primera vez que lo hago y que lo voy a exponer", cuenta, "ilusionada". Recalde asegura que el confinamiento, como artista, le "vino bien". "Me dio más tiempo para trabajar y crear sin distracciones", dice. La escultora remarca lo "interesante" de la propuesta expositiva de Arteko, que "nos conecta con el tiempo que vivimos".

En palabras de su comisario, la voluntad de esta muestra es "acercar el arte al público de una manera más cálida de la habitual". "Las galerías parece que a veces intimidan al visitante, imponen, hay una barrera ahí y quería domesticar una galería de arte, literalmente, transformándola en vivienda, y hacer que la gente note esa calidez y vea que el arte está entre todos nosotros", concluye.

"Como artista, el confinamiento me vino bien; me dio más tiempo para crear sin distracciones"

Artista plástica

"Es momento de reinventarse, de pararse a pensar, más que de hacer; de cuestionarse la manera de vivir"

Escultora

"La vivienda ha sido la gran protagonista de esta pandemia, la hemos malvivido y redescubierto"

Arquitecto y comisario de la exposición