eja todo fuera y comienza a disfrutar... Seas bienvenido nada más”, defiende Barua en El Club, uno de los temas que pertenece a su último disco El cuento del lobo, que vio la luz el pasado 6 de noviembre. Y es ésta una bienvenida que bien podría extenderse a la propia banda, que con este nuevo trabajo regresa a la escena tras unos cuantos años de relativo silencio. Eso sí, ha pasado tiempo, pero como reflejan las once canciones que recoge el compacto, la esencia baruera -ese nosé qué que suena a...- continúa intacta. Y tampoco ha habido cambios en la formación, con Íñigo Berrogui a la voz y guitarra, Íñigo González Bolo a la guitarra, Aitor Lekunberri a la batería y Tote Garjón al bajo y coros. Sean bienvenidos, Barua.

Tirando de hemeroteca, hay que remontarse al 2011 para dar con el anterior trabajo de Barua, El Reencuentro. Aquel era su segundo disco -tras su debut Sin que duerman las horas (2008)- y con él se lanzaron a su correspondiente gira de presentación -en la que Pedro Henares Pepo sustituyó en la batería a Aitor, que se encontraba viviendo fuera de España-. Y una vez finalizados los directos, Barua afrontó un pequeño parón, al que puso fin la vuelta de Aitor a casa. Comenzó ahí un arduo proceso de composición cuyo punto de inflexión llegó en mayo del 2019, cuando se establecieron de forma definitiva en un local de ensayo, que además microfoneraron para trabajar.

De hecho, el compacto se ha producido y grabado en ese local, con Bolo a los mandos. “El irte del ensayo con las canciones grabadas, te da otro punto de vista para trabajar”, explica el guitarrista de la banda sobre unas canciones cuya mezcla y máster ha sido trabajo de Javi San Martín, de Sonido XXI: “Podríamos dejar que Javi mezclara el disco sin estar nosotros y estaríamos contentos con el resultado, nos conocemos”, dice Bolo, sobre quien bien podría ser el quinto miembro de Barua. De hecho, trabajó junto a ellos la estructura de los temas..

Escucha aquí la última canción de Barua, Pan mojado.Pan mojado

El compacto recoge diez canciones propias y una versión de la mexicana Échame a mí la culpa José Ángel Espinoza. “Creo que tenemos un sonido y un estilo muy reconocible, siempre nos dicen que cuando escuchas una de nuestras canciones, antes de que empiece la letra, ya se sabe que es Barua”, explica Bolo que sobre este último trabajo, en el que han vuelto a apostar por un sonido más clásico y por restar distorsión, y cuyo proceso desgrana: “Hemos variado mucho el tipo de guitarra, el amplificador... Al final hemos buscado el sonido que necesitaba cada canción”. Además, también han contado con la colaboración de Eduardo Zamora en varias guitarras, Josi Ayensa a los teclados, David Guindano -trompeta- y Xabier Bidondo -trombón-. Y desde la banda agradecen enormemente a Gussy su apoyo, ya que se está encargando de la promoción del disco.

En cuanto al resultado final, Aitor asegura que si bien “el disco mantiene la esencia de Barua, también representa una evolución”. Un proceso que ya experimentaron entre Sin que duerman las horas y El Reencuentro, y que ahora se afianza en El cuento del lobo, que “supone un paso adelante”. Y en este camino, destacan el papel de Tote -que fichó por Barua en 2011, tras la marcha de su anterior bajista, Xabi Ansó- en el trabajo realizado, ya que además de haber escrito las letras, también ha tenido “un peso importantísimo” en la composición musical, explica Bolo.

“Ha habido ciertos cambios en las melodías, aunque luego es más Íñigo -Berrogui- quien las lleva a su terreno, pero las letras creo que sí que han cambiado bastante: no es lo mismo hablar hace nueve años de bares, chicas y chicos..., que ya con cierta edad, que te metes en temas un poco más serios”, cuenta Tote.

Entre estas letras, y en comparación a las canciones de los dos anteriores discos, quizá la más sorprendente sea la reivindicativa El rebaño, tema que surgió a raíz de “la indignación” por el caso de Valtonyc. “Es indignante, al final vemos todos los ataques que está habiendo contra la libertad de expresión... Y que hoy en día haya artistas que son llevados a juicio por injurias a la corona o ese tipo de delitos...”, reflexiona Aitor sobre el tema, que “habla de esa censura y de la derecha rancia de este país, que sigue estando presente”, completa Tote. Y sorprenderá también la versión de Échame a mí la culpa, donde Barua cambia de registro y acelera en marchas. “Era un intento de buscar un pelotazo sanferminero... Pero como se suspendieron, para el 2021”, bromea -o no- Berrogui. ¿Quién sabe?

La edición física de El cuento del lobo vio la luz el pasado 6 de noviembre bajo el sello El Gringo y se puede adquirir vía Bandcamp o en los puntos de venta físicos de Fnac de La Morea y Nova Era (Mendillorri). Además, cada viernes Barua publicará una canción nueva en las plataformas digitales. Así, por el momento ya se pueden escuchar on line los temas Viento y Pan mojado en Spotify, Bandcamp y YouTube.

“El disco lo hemos sacado ahora también de cara al año que viene, para que sepan que estamos vivos”, explica Tote, para realizar “un llamamiento a todos los minifestivales y macrofestivales” para que cuenten con Barua de cara al curso que viene. Porque además, dada la crisis sanitaria generada por la covid-19 y la ausencia de conciertos, éste ha sido un lanzamiento de disco un poco agridulce, reconocen. “La idea es preparar un buen concierto con las nuevas canciones y las de los discos anteriores y cuando la situación lo permita, tocar. Al final, nos consideramos un grupo de directo y tocando es donde mejor lo pasamos”, resume Aitor. Y hasta entonces, quizá toca adaptarse a este pandémico 2020 y se despiden con una idea: “¿Y si nos hacemos un concierto on line en el local, total?”.

‘Viento’. Falso equilibrio

mundial.

‘El club’. ¿El infierno es el cielo?

‘Pan mojado’. Indios y

vaqueros..

‘Hijos de la gravedad’. La nave sin volante.

‘El baile del fantasma’. Renacer de las cenizas.

‘Ropa de domingo’. El tiempo pasa.

‘Revolución’. Sexo callejero.

‘Échame a mí la culpa’. Le salió caldo wey.

‘El rebaño’. El poder de la

palabra.

‘Sitios’. Los mejores años.

‘Por encima de diez’. Vive el momento.