No solo eran simples ganas; era pura ansia, auténtica necesidad, lo que tenía el público navarro respecto a las actuaciones musicales en directo. Ayer se abrió, por fin, la veda, y la respuesta no pudo ser más entusiasta. Tras dos aplazamientos obligados por la pandemia, Los Tenampas y El Mariachi colgaron el cartel de entradas agotadas en el Navarra Arena.

Fueron mil doscientas personas las que se acercaron al gran pabellón: seiscientas se sentaron en las taburetes y mesas que cuidadosamente habían colocado en la pista, y otras seiscientas lo hicieron en las gradas. Por supuesto, todas las medidas de seguridad se cumplieron escrupulosamente, volviendo a demostrar una vez más que la cultura es una actividad segura y necesaria.

A las 19.30, con exquisita puntualidad, dio comienzo el evento. Una tormenta de confeti se desató cuando los músicos aparecieron sobre el escenario, y con ella se abrió paso también la pasión que en estos lares siempre ha habido por las rancheras y la música mexicana. Los Tenampas y El Mariachi, grandes conocedores del folclore charro, hicieron las delicias del público pamplonés; con una cuidadísima estética que nos transportaba a tierras aztecas, desgranaron un repertorio bien conocido, aplaudido y coreado por la audiencia.

No estuvieron solos en su empeño, pues les acompañaron varios amigos, como un grupo de bailarinas aztecas que aportó colorido y arte. Chuchín Ibáñez no podía faltar y salió a cantar Caballo prieto azabache y la mítica El rey (quien más, quien menos, todos recordamos la plaza de todos en Sanfermines). Poco después, fueron sus compañeros de Puro Relajo los que tomaron su relevo encima de las tablas. En su caso, fueron cuatro las canciones que interpretaron, la última de ellas compartida con Los Tenampas y El Mariachi, sumando hasta diecisiete músicos en escena.

Un derroche de buen hacer que fue excelentemente bien recibido por parte del público. Y hay que volver a insistir en ello: gracias a la labor del personal del Navarra Arena, y gracias también a la responsabilidad de la que hicieron gala los asistentes, el concierto discurrió de forma absolutamente segura. Todos, los que estuvieron y los que no, podrán comprobarlo próximamente, pues Euskal Telebista emitirá la actuación la próxima Nochevieja.