Vuelve a la tele por Navidad
aphael, cada año, vuelve a la tele por Navidad pero, desde que el popular cantante melódico se actualizara en un concurrido evento a finales del pasado año (esto es: hace nada), saltaron las alarmas en los hogares madrileños de quienes no habían acudido al mismo. Sin embargo, El Mundo guardaba una sorpresa mayúscula para todo interesado en el alcance real de la afrenta: "El hijo de Raphael defiende la seguridad del concierto multitudinario del cantante: Hay que ver bien la foto, desde arriba", se leía en sus páginas el lunes 21 de diciembre. ¿Qué había sucedido?
Según todos los indicios, Raphael se había bamboleado el fin de semana ante su público de siempre tras un repunte de muertes y contagios por covid-19 en Madrid y, pese a ello, las consecuencias del fiestorro no preocupaban a su hijo, pues la distancia, para él, "era más del doble de la requerida". ¡Pocas bromas!, le soltarían en su spot televisivo a un actor riojano€ Y, por ello, Víctor Honorato publicaba el día anterior un artículo en eldiario.es que ponía las dolencias en su sitio: "Nació en 1943 y tiene el hígado trasplantado, lo que lo convierte en claro sujeto de riesgo ante la covid-19, pero el cantante Raphael quiso celebrar su 60º aniversario sobre los escenarios y no encontró problemas por parte de las autoridades".
¿El ambiente? Lógicamente, enrarecido: "Reunir a 5.000 personas, dos días consecutivos, en un espacio cerrado y a pocos días de unas navidades en las que no podrán juntarse más de seis personas no es una buena idea. No lo es desde el punto de vista epidemiológico, pero, sobre todo, no lo es desde el punto de vista de la comunicación", reconocía Marina Velasco en El Huffpost ese día 21.
Reflexionar: he ahí la cuestión.
Raphael siempre vuelve a la tele por Navidad pero sus últimos conciertos, grabados o no, esta vez han asustado al miedo. ¿Resultados de la jornada? Neus Tomàs, en eldiario.es del siguiente día, calibraba la importancia social y política de estos y otros saraos, pues el Tribunal Supremo había "confirmado este martes que la revista Mongolia tendrá que indemnizar con 40.000 euros al extorero José Ortega Cano por vulnerar su derecho al honor". Desde "que nació Mongolia, en el 2012, España no ha hecho más que recortar en libertad de expresión", pese a que "el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 reconoce el derecho a la libertad de opinión y de expresión".
¿¿¿Que si sabe mal??? "La ley Mordaza, que se utilizó para aplicar más de un millón de multas durante el confinamiento, sigue vigente", añadía Neus Tomàs. Y la represión no cesa en los lugares más alejados del glamour televisivo, hasta el punto de obligar a Amnistía Internacional a lamentar "que la sentencia del Tribunal Constitucional avale aspectos de la ley que no cumplen los estándares internacionales como determinados registros corporales, sancionar a quienes graban imágenes de Fuerzas de Seguridad, faltas de respeto a la autoridad y rechazos en frontera", tal y como podía leerse en la página web de AI el penúltimo día del año, el mismo en el que Resumen Latinoamericano hacía pública una entrevista cuyo titular recordaba otro caso peliagudo: "Rapero Pablo Hasel, al borde de la prisión por denunciar a la monarquía".
Mira tú€ Resulta que algunos artistas y algunos medios no vuelven a la tele por Navidad o están a punto de ser abducidos por jueces y cárceles terrestres, como Hasel y como Diego Catriel, activista de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) condenado a cuatro años y medio de prisión por fotografiar desde su ventana€ un desahucio. La vida sigue igual€ o no, pues, mientras todo tipo de famosos y famosas se amontonaban lejos de la puerta de salida en timbas varias, Carlos Enrique Bayo recordaba, el día 4 en eldiario.es, que Julian Assange había salvado, tan sólo "de momento", la posibilidad de "acabar sus días entre rejas tras ser condenado a 175 años de cárcel por una Ley de Espionaje de 1917 que castiga la revelación de secretos de Estado aunque sean crímenes de guerra".
Afortunadamente, Raphael y Ana Obregón vuelven a la tele por Navidad en plena eclosión de pandemias. Y se emocionan de todo corazón. ¿O no?
Raphael siempre vuelve a la tele por Navidad pero sus últimos conciertos, grabados o no, esta vez han asustado al miedo
La represión no cesa en los lugares más alejados del glamour televisivo, hasta el punto de obligar a Amnistía Internacional a intervenir