- En 2016, el Museo del Prado recibía la sorpresa de que una ciudadana de a pie, Carmen Sánchez, profesora y amante del arte, le legaba todos sus bienes para comprar cuadros. Quince adquisiciones son el resultado de aquella inesperada generosidad, todas las obras cubren lagunas históricas y además suman dos nuevas mujeres artistas a su nómina. El conjunto de las obras adquiridas se pueden ver desde ayer y hasta el 24 de octubre en El legado de Carmen Sánchez García (1929-2016). La última lección, una exposición que homenajea la generosidad de esta maestra, progresista, defensora de la igualdad y amante del arte, que fue socia de la Fundación Amigos del Prado desde 2003 y participó en una veintena de sus cursos. El museo se ha empleado a fondo en aprovechar el dinero dejado por Sánchez. El legado fue recibido en 2016 y rondaba los 800.0000 -dinero y un piso que se subastó-, con esta cantidad se han comprado 15 cuadros.

El legado de Carmen Sánchez ha permitido enriquecer la presencia de pintores ya representados en el Prado con nuevos cuadros, en su mayoría inéditos, como el Retrato de caballero de Adriaen Thomasz Key; o el Autorretrato de Pedro Campaña, que constituyen una notable aportación para las colecciones del siglo XVI. La Estigmatización de san Francisco de José del Castillo, una de las pocas obras religiosas del autor; Los Comuneros Padilla, Bravo y Maldonado en el patíbulo, de Antonio Gisbert o las obras de Eduardo Rosales Doña Blanca de Navarra entregada al captal de Buch y la Reina doña Juana en los adarves del castillo de la Mota.

La selección también incluye la pintura Giuseppe Maria Ferdinando Dal Pozzo, de José Aparicio; y la Sagrada Familia del roble, de Luis Eusebi. Finalmente, la pintura de paisaje del siglo XIX se enriquece con Paisaje napolitano.