La versión oficial asegura que Miguel de Unamuno falleció el 31 de diciembre de 1936, de forma repentina y ante un único testigo, el falangista Bartolomé Aragón. Y 85 años después de su muerte, el documental Palabras para un fin del mundo presenta información del caso desconocida hasta la fecha, que indicaría que Unamuno fue asesinado. El cineasta malagueño Manuel Menchón dirige este documental y una investigación que ha continuado con la publicación de La doble muerte de Unamuno (Capitán Swing), libro que firma junto a Luis García Jambrina.

En 2015 rodó La isla del viento, una película de ficción en torno a Miguel de Unamuno. ¿Fue el punto de partida del documental?

-Sí. Paralelamente, llegué a un comentario de un nieto de Unamuno que contaba cómo vivieron el secuestro del cadáver de su abuelo por parte de la Falange y me parecía tremendo, no lo había visto en ningún libro. Por último, dimos con las actas del 12 de octubre de 1936, que no existían hasta el año pasado, ya que estaban perdidas...

Y confirmaban el enfrentamiento entre Unamuno y Millán-Astray.

-Mucha gente, sobre todo gente de ultraderecha, decía que no había pasado jamás. Pero las actas son del mismo día. Ignacio Serrano tomó nota de todo y ves que el hecho en sí fue peor de lo que se contó: después de que Unamuno hablase, Astray dijo "los catalanistas morirán y ciertos profesores, los que pretendan enseñar teorías averiadas, morirán también". Y eso es una amenaza de muerte.

La documentación oficial es clave para acreditar el suceso que tuvo lugar en la Universidad de Salamanca, pero también para cuestionar la muerte de Unamuno.

-Todo la documentación que sale en el documental y en el libro apunta a que la muerte fue muy diferente a cómo la contaron. Lo que demostramos al 100% en el documental, y más todavía en el libro, es que la muerte de Unamuno es un relato falso, construido por Prensa y Propaganda. Entonces la incógnita es, ¿para qué se construye un relato propagandistico?

¿Ha llegado a una conclusión?

-Que es una tragedia. No ya si mataron a Unamuno o no, como pasó con Lorca, sino que 85 años más tarde no lo sepamos y que no podamos saberlo. Es una tragedia porque se erige en metáfora de nuestra historia. ¿Cuántas cosas nos han contado manipuladas y cuántas otras no podremos saber jamás? Sí sabemos que el relato oficial es falso, porque hace aguas en cuanto a documentación postmuerte -no se le realizó autopsia-, o el engaño de que el último interlocutor era una persona que nunca fue -que además cambió su versión y testimonio varias veces-.

El único testigo de su muerte fue el falangista Bartolome Aragón, con quien Unamuno estaba reunido. De él se dijo que era su amigo y alumno, pero en realidad, eso es falso.

-En el libro contamos que quien era su amigo y alumno no fue Bartolome Aragón, sino su cuñado, que fue represaliado por Falange. Aragón semanas antes de visitar a Unamuno, prendía fuego a libros en Huelva, porque era el jefe de Prensa y Propaganda allá. Y no hay que olvidar que el jefe de Prensa y Propaganda de Falange es Millan-Astray.

Como dice el título del libro, ¿Unamuno murió dos veces?

-Hablamos de la muerte física y de una muerte peor, porque secuestraron su memoria y legado intelectual y lo venden como un protofascista y que apoyaba al fascismo cuando no es real. Enterrarte como un falangista y poner en tu boca que tus últimas palabras son un eslogan de la Falange... Te guste o no Unamuno, está prostituido el pensamiento, que es lo más sagrado que tiene una persona.

En ese sentido, ¿la película y el libro son una manera de hacerle justicia?

-Hay una doble vertiente: una es restituir el honor de una persona que en mi opinión es honorable, y la otra se rige de metáfora de nuestra historia y de qué sabemos realmente. Si esto lo hicieron con alguien de la talla de Unamuno, ¿qué no habrán hecho? Por ejemplo, en la película se ven por primera las actas de la traición y reuniones previas entre el general Mola y Mussolini desde el año 34. Nunca se habían visto y son nuestra historia.

Ofrece entonces una imagen diferente de la historia de España.

-Sí, utilizo de guía a Miguel de Unamuno, pero realmente habla de nuestra memoria y de cómo construyeron unos relatos alternativos en prácticamente todo. Y un ejemplo es este.

¿Fue la de Unamuno la crónica de una muerte anunciada?

-Es así. Unamuno empezó a escribir a periodistas y amigos para avisar de que van a ir a asesinarle a su casa. Pero no lo hace en noviembre ni en octubre, lo hace en diciembre y días antes de morir. Cedió su biblioteca y repartió sus cosas personales porque asume que lo van a matar. Es terrorífico.

La película apunta también al papel que juegan los medios de comunicación y se critica la propaganda mediática que se llevó a cabo.

-Efectivamente, es clave porque Miguel de Unamuno fue el primero en Europa en denunciar la falsificación y la manipulación propagandística de los medios de ultraderecha, cosa que está ahora muy de moda. Pero es que esos artículos son de 1920. Todo el alzamiento de la ultraderecha en Europa es en esa época y él empezó a alertar de cómo estaban manipulando... Es fuerte y sobre todo tal y como está la ultraderecha hoy día, con las fake news, la manipulación en redes... es un aviso a navegantes.

¿Por qué cree que se han tardado tantos años en investigar la muerte de Unamuno?

-Cuando te aprendes una historia, es fácil repetirla y cuestionarla es complejo porque supone enfrentarte a determinados dogmas. Pero si algo enseñó Unamuno es a hacerse preguntas y a cuestionar las cosas.

De hecho, precisamente el libro invita a reflexionar, sin sentar sentencia acerca de qué sucedió.

-Todos los indicios e irregularidades apuntan hacia un lugar muy concreto y no hay ninguna prueba de la versión oficial, más allá de los documentos generados por la propia Prensa y Propaganda. Puedes creerles, o cuestionar los documentos y analizarlos con un jurista y médico forense y ver qué pasa realmente.

¿Esta investigación sólo acaba de comenzar?

-Sí, no ha terminado. Todo en España está muy vivo todavía. A día de hoy todavía aparecen fosas comunes... Y esto es lo mismo. Alguien de la fama de Unamuno hace que se ponga el foco sobre determinadas cuestiones, pero es una metáfora de tantas cosas...