Ya les tocaba que la suerte estuviera de su lado, y el tiempo ha acompañado durante todo el Día del Libro en Pamplona. Se han aliado los astros y el sol y la buena temperatura, unidos a las ganas de calle que tiene la gente, han hecho de este 23 de abril una celebración inmejorable, a pesar de las restricciones necesarias por la situación de pandemia.

Con un tránsito constante de curiosos y compradores desde que ha abierto sus puertas a las diez de la mañana, la feria instalada hasta esta noche en la Plaza del Castillo con los expositores de doce librerías navarras confirma la tendencia al alza del sector del libro desde el pasado confinamiento. Evidencia que sí, que se lee más, que se compran más libros físicos y, el dato más positivo: que hay nuevos lectores que se han enganchado a esta afición, pasión para muchos.

“Eso es lo que más nos ilusiona”, dice Maider Díaz Ameabe, de Chundarata, mientras atiende junto a su colega de librería Raquel Anocíbar a los numerosos clientes que rodeaban su estand. Las libreras de Chundarata, actualmente al frente de la presidencia de la Asociación de Librerías de Navarra, han acogido “con muchas ganas” la vuelta a la calle. “El año pasado no fue posible, estábamos confinados... Además nos ha salido un día inmejorable y a pesar del control de aforo la gente se está repartiendo y está siendo una feria muy concurrida”, comentan las libreras.

En su expositor, junto a numerosos ejemplares de las tres obras premiadas este año por las librerías navarras -Basilisco de Jon Bilbao, Baginen de Cira Crespo e ilustrada por Elena Ciordia y Paisajes perdidos de la tierra de Aina Bestard-, luce especialmente el cómic, que “está pegando muy fuerte”, aseguran. Georgia O’Keeffe de María Herreros, y Los grandes espacios de Catherine Meurisse son dos de los cómics que destacan estas libreras para lectores adultos; para público infantil, 4 cobayas mutantes y el libro ilustrado ¿Cómo se va a Yellowstone?, entre otros.

La naturaleza, muy apreciada en vivo y también en los libros

Junto a Chundarata, han salido a la calle las librerías Abarzuza, Arcos, Arista, Elkar Comedias, Elkar Leire, Iratxe, Karrikiri, Katakrak, Muga, Troa y Walden, ofreciendo un 10% de descuento en sus libros y obsequiando a cada comprador y compradora con una flor que este año ha sido todavía más apreciada si cabe por quien la ha recibido -se ve que la experiencia del confinamiento nos ha vuelto más sensibles ante la belleza natural-.

Y ligada a esta certeza, otra que se hacía evidente en torno al expositor de la librería Muga, donde, ahora que solo se puede hacer turismo por nuestra tierra, numerosos interesados han preguntado por libros de montes y rutas de senderismo por Navarra, así como por mapas de zonas muy visitadas como Belagua o Bardenas. “Es lo que más se demanda ahora”, dice la librera de Muga Itziar Olabe, “muy ilusionada” de poder retomar el contacto con los lectores en plena calle. “Los libros que más estamos vendiendo últimamente son Montes de Navarra y 100 rutas senderistas por Navarra, y en literatura también es destacable la obra de Mikel Ayestaran Jerusalén, santa y cautiva”, apunta.

Autores navarros y vascos

Los últimos libros de autores navarros como Carlos Ollo, Carlos Bassas, Miguel Sánchez-Ostiz, Susana Rodríguez, Ramón Andrés o Santi Beruete lucen también en varios de los expositores de la feria de la Plaza del Castillo. Como el de la librería Walden, con Daniel Rosino al frente, quien anima a leer, además de a los mencionados autores de la tierra, al novelista chileno Benjamín Labatut y su última obra que va ya por la 3ª edición, Un verdor terrible, Un verdor terrible,con relatos “muy viscerales” sobre la ciencia, sobre figuras científicas históricas y, en el fondo, sobre todos nosotros.

Rosino celebra especialmente el buen tiempo que ha acompañado a este Día del Libro. “Porque después de todo el esfuerzo que supone un día puntual de feria, si vienes aquí y te encuentras con mal tiempo, con un día nublado, frío o con lluvia, el bajón es tremendo...”, dice, subrayando que “se nota que la gente, al margen de que tenga ganas de libros, tiene verdaderas ganas de salir a la calle”.

La literatura en euskera luce en varios expositores, y en especial centra el de Karrikiri, que ha vive este 23 de abril su primera experiencia en una feria de calle. “Hemos querido hacer un expositor bueno y completo de lo que ofrecemos: literatura infantil y juvenil, ensayo, novela y cómic en euskera”, comenta Asun Zelai Beunza. La librera celebra que “la pandemia ha hecho que se lea más literatura en euskera y lo estamos notando. Nuestra web de novedades está funcionando y se vende bastante on line”, comenta, señalando obras destacadas en su estand como los ensayos de Ana Urkiza o Jon Alonso, también libros de Uxue Alberdi, Aritz Galarraga, Sarrionaindia, Bernardo Atxaga, o la edición centrada en la revista Jakin..., así como “buenas traducciones de obras maestras”, clásicos entre ellas.

Haciendo historia... Mirando a París y a la cuestión gitana

Filosofía, novela negra e innumerables temáticas en narrativa; ensayos que analizan periodos de crisis y transformaciones sociales como éste que atravesamos; también libros de viajes, de cocina, de historia de nuestra tierra y más allá, y, por supuesto, un fondo cada vez más amplio y visualmente atractivo de obra ilustrada y de cómic, tanto para público adulto como para infantil y juvenil, se ha podido encontrar en los expositores de las doce librerías participantes, por los que han pasado primera hora de la mañana la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, y las consejeras de Cultura y Salud, Rebeca Esnaola y Santos Induráin.

Desde Katakrak, Imanol Miramón quiere destacar dos tendencias al alza en sendas temáticas en torno a las que están editándose “interesantes novedades”: “Una tiene que ver con la conmemoración de la Comuna de París, se cumplen 150 años y han salido unos cuantos libros sobre ello; y otra pone de manifiesto las reivindicaciones gitanas, porque así como todo lo relacionado con el racismo que viene del mundo anglosajón ha tenido aquí eco, porque aquí también hay un problema con la negritud, es verdad que la cuestión gitana no se trataba, y ahora hay bastantes libros y revistas que están poniendo el tema sobre la mesa”, señala el librero y editor de Katakrak, muy contento con este Día del Libro tan animado.

“Vivimos buenos momentos para la lectura, en parte porque la gente tiene más tiempo, no hay otras actividades culturales para hacer, y porque la lectura tiene esa doble función de evasión y de pensar el mundo, y ahora mismo hacen falta las dos cosas”, concluye Miramón.

AA NIVEL ESTATAL...

El poeta Francisco Brines no ha podido recoger este 23 de abril por su delicado estado de salud el Premio Cervantes que tradicionalmente entregan en una ceremonia en Alcalá de Henares los Reyes de España, que se lo llevarán a su casa de Oliva (Valencia), donde se trasladarán junto al ministro de Cultura. “La vida a veces tiene la delicadeza de las flores”, escribió ayer Brines en un agradecimiento virtual.

Esperado reencuentro en Sant Jordi.

Los escritores se han reencontrado este viernes con sus lectores en un Sant Jordi atípico, con medidas de prevención ante el coronavirus, el confinamiento comarcal aún vigente, espacios acotados y aforos limitados. Bien en espacios habilitados al aire libre o en las librerías, los autores que han participado en esta edición de Sant Jordi han retomado el contacto directo con los lectores en una jornada que, como dijeron algunos de ellos, supone ver “la luz al final del túnel”. Dolores Redondo, Irene Vallejo, Carlos del Amor, Najat El Hachmi o Jesús Carrasco han sido algunos de los autores que han firmado ejemplares.