Caos y orden “conviven y se entienden” en la mente creadora de Montse Borda. Así lo siente la pintora pamplonesa, que comparte con el público durante este mes de junio sus obras más recientes en la Galería ArteA2 de Zizur Mayor (calle Idoia, 9).

Allí, bajo el título Caosmosis, puede contemplarse el resultado de una singular técnica pictórica en la que la artista se sirve de la grasa industrial, la que generan las propias máquinas de las fábricas, y la usa como pigmento para elaborar unas obras sugerentes y poéticas. “Para mí, pintar día a día es una forma de vida. Esta disciplina hace que pueda hablar, sacar de mí aquello que es inevitable; y así cada nueva serie es un reencuentro en mí misma ya colmado”, cuenta Montse Borda, que en su proceso despoja a la grasa del aceite quedándose solo con el pigmento, y, con pincel seco, va creando capa a capa, a base de paciencia, intuición certera y buen hacer, unas obras cuyos blancos son los del propio lienzo.

Le mueve la “necesidad” de comunicarse. Y con ese motor pinta, y crea esculturas, como las piezas en piedra labrada a base de cincel y alguna otra más figurativa -como un pensador- que lucen ahora en ArteA2. Esculturas relacionadas con la temática de la cabeza representada como un cuenco, un símbolo que siempre ha estado muy presente en su obra. “He hurgado en mi cerebro, he buscado dentro, lo he vaciado de todo signo de vida, he socavado, he entrado en ese cuenco donde nace y se va la vida incomprensiblemente, he desocupado ese espacio en el que ha desaparecido la masa y no he encontrado NADA. El vacío, un hueco existencial donde no he podido encontrar la fórmula para sanar esta carencia. Ya no me queda nada. No encuentro las respuestas que necesito y entonces pinto. Pinto con sólo mis sentidos”, escribe en un texto al hilo de la exposición Caosmosis.

Montse Borda pinta la vida porque es lo único que ve, toca, huele, oye. “Es lo único que consigue aliviarme. Lo que está. Lo que es. Ahora, en este preciso momento”, apunta.

Montse Borda Olagüe (Pamplona, 1961) se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona realizando diferentes cursos y monográficos de cerámica o de dibujo y pintura. También ha recibido formación en escultura en piedra (cantería) en un taller en la Ciudadela de Pamplona y en el Centro de Arte - Arteleku de San Sebastián en escultura y en pintura con Sergio Aguilar e Isabel Baquedano, respectivamente.