¿Siente que lo ha tenido más difícil por ser mujer?

-Sí, sin duda. Ya en mi educación. Porque yo nací en 1951 y aquellos eran unos tiempos que te marcaban como mujer. La educación estaba predestinada para las mujeres, y no había opciones. Tú eras esto y ya está, no había otra opción. Y yo he tenido que superar eso. De nuevo mi rebeldía fue captando que aquellos caminos no eran los que yo quería y dibujaba un futuro distinto y aspiraba a otras cosas. Nunca comprendí la desigualdad. Nunca la comprendí y nunca jamás la acepté. Y así sigo hoy.

Más vale que las cosas van cambiando. ¿Cómo lo ve en lo musical?

-Sí, sí, ha cambiado muchísimo. Yo me eduqué musicalmente, por cierto muy bien, en el Conservatorio de Pamplona, pero en aquel tiempo no tuve ni un solo referente de compositora. Nunca. Jamás nadie me había hablado de una compositora. Era un mundo absolutamente masculino. Y sin embargo, ahora, las mujeres ya estamos ocupando sitios que ya no son invisibles. Porque sí hubo compositoras, pero no estaban visibilizadas. Y ahora, afortunadamente, ya somos más visibles. Nuestra identidad y nuestra capacidad ya no se pueden negar. Y además ya aparecen esos referentes que pueden animar y estimular a las jóvenes. Pero claro, este ha sido un camino largo y complicado. Yo siempre me he encontrado en un mundo completamente masculino. Y aunque parezca tópico decirlo, no sé si por el hecho de ser mujer, pero no se permitía un solo fallo, había que hacer las cosas dobles y triples para que aquello tuviera credibilidad, había que insistir y demostrar constantemente, incluso no ya el trabajo, sino un simple razonamiento. Si lo decías tú en un mundo determinado parecía que aquello tenía menos valor que si lo decía otra persona.

Un hombre.

-Sí. Pero bueno, cuando las cosas son impecables y se hacen como se deben hacer, pues hay que seguir y empeñarse. Lo que no se puede hacer es renunciar, hay que analizar la situación y paliar en la medida en que se pueda, con las fuerzas de cada una.

Las nuevas generaciones tienen un horizonte más justo.

-De entrada, tienen un acceso a la educación mucho más fácil. Ahora hay igualdad, y si ellas quieren, exactamente igual pueden. De hecho hay una gran cantidad de compositoras y destaca además su calidad.

Pero queda mucho por hacer en la visibilización y el reconocimiento.

-Claro, porque porcentualmente todavía el número de compositores es mucho mayor. Somos muchas, pero no somos el 50% del total. Bueno, ya llegará. Pasa lo mismo con las directoras. Pero lo que es innegable es que las cosas ya se van normalizando. Esto no se puede hacer de un día para otro. Mira, todos los hombres inteligentes que he conocido y que he tenido a mi alrededor no han sido torpes y no han puesto obstáculos. Bueno, falta convencer a los que sí son torpes, y poco a poco. Ya está. El asunto de la igualdad tenemos que resolverlo entre todos, no podemos resolverlo solas. No es una guerra, es algo natural, que tiene que llegar. En una sociedad que se resiste porque, lógicamente, es mucho más cómodo repetir las dinámicas que renovarlas.