En representación de la Asociación Cultural Navarra, Patxi Larrañaga fue el encargado de glosar los méritos de la premiada en la ceremonia. El compositor y miembro del grupo de Iruñeako Taldea, junto con Teresa Catalán, Josep Vicent Egea, Jaime Berrade y Luis Pastor, destacó la dedicación y valía de la compositora a lo largo de su trayectoria, rodeada de obstáculos.

Obstáculos en primer lugar, "por donde le tocó nacer y desarrollarse", ya que como mujer había ciertas complicaciones para "acceder a las corrientes de cultura y pensamiento". De hecho, recordó cómo incluso en los inicios de Iruñeako Taldea, en un grupo formado por Catalán junto a cuatro hombres, ella incluso "tuvo que hacer cierta penitencia personal". Eso sí, valoró que "los tiempos a veces cambian a mejor" y prueba de ello es este premio, entregado también por otra mujer como Presidenta de la Comunidad Foral.

Pero más allá de "salir del camino que le marcaba su condición de mujer", Catalán también se enfrentó a la encrucijada entre una vanguardia "instalada en las altas esferas de la creación" y "progresivamente divorciada de los grandes públicos" y "una reedición de las buenas y viejas prácticas del clasicismo y el romanticismo que suponían una vía privilegiada hacia la música de entretenimiento y de consumo".

Y ella siguió el camino "del medio" y "encontró una cartografía que nadie había dibujado todavía" para llegar a una música "que, ni los de un lado pueden despreciar ni a los de otro lado les resulta incomprensible", destacó antes de recomendar una de sus piezas, La danza de la princesa, "un ballet que satisface las necesidades tanto de especulación musical como de comunicación con el público".

Entre otros hitos, Larrañaga recordó cómo la trayectoria de Catalán siempre ha estado guiada por una filosofía: "Sacar Navarra al mundo y traer al mundo a Navarra". Una relación entre lo local y lo universal que ligó al propio nombre de Iruñeako Taldea, ya que según confesó, en un primer momento él no quiso incluir una referencia geográfica ya que "pensaba que restringía el marco que aspirábamos". Y Catalán, que sí quiso introducir esa referencia local, "tenía razón y yo me equivocaba, porque es así: casi siempre tiene razón".

Por último, Larrañaga definió Navarra "como un lugar especial donde los europeos vamos a demostrar al mundo si somos o no capaces de unirnos en la diversidad". Porque ahí está el ejemplo de Teresa, dijo, "cuya obra y vida es una encrucijada, es crisol y encuentro". Por ello pidió, "como humilde consejo", que "se miren unos a otros y admiren y disfruten del tesoro que guardan entre todos", concluyó, antes de despedirse con un "Viva Navarra, Gora Nafarroa y larga vida a Teresa".