El Gobierno de Navarra se comprometió a principios de este mes a que las empresas de la industria de la carne de caza no queden excluidas de las ayudas directas que aprobó el Ejecutivo central con motivo del coronavirus. A pesar de regularse en base al Real Decreto Ley 5/2021, del 12 de marzo, de medidas extraordinarias de apoyo a la solvencia empresarial en respuesta a la pandemia de la covid-19, el Gobierno de España dejó a las comunidades autónomas la posibilidad de ampliar el parámetro de reparto de los fondos, incluyendo nuevos códigos CNAE, la clasificación por la que se agrupan en España las actividades económicas de las compañías.

En este marco, la consejera de Economía y Hacienda, Elma Saiz, se reunió de manera telemática la primera semana de junio con el gerente de la Asociación Interprofesional de la Carne de Caza (Asiccaza), Jaime Hurtado, que le expuso la problemática surgida con estas ayudas, que dejaban fuera a un sector muy dañado por los efectos de las restricciones frente a la pandemia. Al descenso en las ventas de más de un 50% hay que añadir un stock enorme de carne en las salas de despiece y una bajada drástica de los precios y de sus márgenes comerciales. En la cita también estuvieron presentes el presidente de la Federación Navarra de Caza (FNC), José Ángel Remírez, y representantes de empresas del sector.

Según expone Hurtado, la consejera comprendió que la tesitura en la que se encuentran estas compañías motiva que también formen parte de los receptores de las ayudas designadas por el Gobierno central para paliar los efectos de la pandemia. "Elma Saiz nos dijo que por el CNAE no iba a ser y que lo iba a llevar al Gobierno de Navarra para que se incluyeran en el listado del Real Decreto Ley", afirma, aunque avisa que, después, todas las empresas que deseen recibir las ayudas deberán cumplir los requisitos establecidos en cuanto a bajada de la facturación, número de empleados, IVA declarado...

"El sector está muy necesitado y nos sentíamos olvidados. Son muchos los empresarios que necesitan estas ayudas, y por eso iniciamos esta campaña, en la que hablamos con todas las consejerías de Economía de las comunidades autónomas para que incluyan los CNAE del sector", declara Hurtado.

Las cifras respaldan esta petición, puesto que las empresas relacionadas con la carne de caza sufrieron de manera muy especial los efectos del confinamiento, la paralización del turismo, los cierres y limitaciones a la hostelería y la reducción del canal de salida natural de sus productos. Estas compañías padecieron reducciones de hasta un 53% de la facturación. Y no solo eso, ya que al descenso en las ventas se unió la bajada de los precios.

Entre marzo y octubre del 2020, según datos de los gobiernos autonómicos, del Ejecutivo central y de la Agencia Tributaria, el número de canales de caza mayor que entra en la cadena de comercialización registró una reducción de entre el 30% y el 45%, mientras que la venta de carne de caza sufrió una bajada del 36%, lo que supone que se dejaron de vender más de 1.000 toneladas.

Carlos Leceaga, gerente de Pirineos Exdim Carne de Caza, es uno de los ejemplos de esta fatal coyuntura. "Nuestros principales clientes estuvieron cerrados, por lo que sufrimos un descenso bastante importante, de más del 50% de la facturación. En nuestro caso, nosotros vendemos, principalmente, a Francia, y también a Alemania y otros países", explica, al tiempo que remarca que, al estar cerradas las fronteras, "el daño en las ventas fue muy relevante".

"La temporada de caza mayor termina en febrero y, en el 2020, nosotros teníamos ya toda la carne preparada, porque, además, preveíamos que iba a ser un año bueno. Pero con la covid-19 y las restricciones, todo se quedó paralizado, se anularon pedidos y se cayeron los contratos que solemos firmar habitualmente. Por eso, al tener tanta carne almacenada, el precio cayó considerablemente", lamenta.

En la reunión con Saiz también participó Arantxa Biurrun, propietaria y gerente del Centro de Caza Biurrun. Pese a que su empresa no va a poder acceder a las ayudas, cree que es fundamental apoyar al sector. "Nosotros mantuvimos en el 2020 la misma facturación que en el 2019, pero porque recogimos miles de canales más, debido a la retirada de otras empresas. Se ha recogido muchísima más carne, pero, al caer tanto su valor, nos metimos en unos gastos de aprovisionamiento, de personal y de vehículos que acarrearon que termináramos el ejercicio con pérdidas", aclara.

"Nos unimos a la petición de Asiccaza y a la FNC para dar más fuerza a la reclamación, porque el sector precisa de esas ayudas para salir adelante. Tiene que haber un apoyo explícito al cazador. Nosotros recogimos el año pasado 9.500 canales de caza, así que imagínate que todos esos animales estuvieran todavía en los montes navarros: habría muchísimos más daños agrícolas, un mayor riesgo de tuberculosis u otras enfermedades en el ganado, muchos más accidentes de tráfico... Existen muchos riesgos sanitarios y medioambientales que se deben tener en cuenta", sentencia.