"No dejamos de jugar porque envejecemos, envejecemos porque dejamos de jugar”. Esta cita del escritor y dramaturgo George Bernard Shaw abre, como una declaración de intenciones, el largometraje Surcos. Porque la ópera primera del realizador tudelano Julio Mazarico, rodada con un amplio elenco de actores no profesionales, juega. Juega a ser crónica de una pandemia, a través de cinco episodios y siempre con la mirada puesta en las personas mayores y en cómo les ha afectado la crisis del coronavirus. Y lo hace, además, jugando a inspirarse en grandes títulos del cine.

Tras un primer estreno en Tudela, la película acaba de presentarse en Pamplona y se podrá ver hoy y mañana en los cines Golem Yamaguchi. Además, esta tarde a las 20.30 horas, habrá una proyección especial con un coloquio con el director y guionista del largometraje, Julio Mazarico, que define Surcos. De hecho, el origen del largometraje se remonta a unos talleres con el Cineclub Muskaria, asociación presidida por Mazarico, dirigidos a personas mayores de 60 años y en los que a través de diferentes películas, se reflexionaba acerca de problemáticas de las personas mayores.

Finalmente se seleccionaron cinco títulos, Coocon, Nebraska, El hijo de la novia, Una historia verdadera y CooconNebraskaEl hijo de la noviaUna historia verdaderaGrandma, que fueron la inspiración para trabajar en cinco ideas originales, en un proceso colaborativo en el que participaron todas las personas interesadas en desarrollar los guiones.

Pero cuando la pandemia estalló, tocó reconstruir el proyecto, que pasó a desarrollarse de forma virtual: “Teníamos que buscar un hilo conductor para las historias y nos vimos abocados a la propia realidad y decidimos tratar también el tema del coronavirus a nivel narrativo”, recuerda Mazarico.

El resultado son cinco cortometrajes de quince minutos de duración que unidos dan forma a Surcos y en los que se abordan temáticas como el Alzheimer (El hijo de la novia), la fantasía de una eterna juventud y dos amigas que ven peligrar su amistad con el coronavirus (Cocoon), una mujer que, en plena pandemia, huye de casa para reencontrase consigo misma (Nebraska), una road movie en motocultor por las Bardenas (Una historia verdadera) y la relación intergeneracional entre una abuela y su nieta (Grandma).

Un proyecto intergeneracional

El propio proyecto ha sido un encuentro de generaciones, ya que el equipo ha reunido a profesionales del sector cinematográfico, actores no profesionales, jóvenes que, a través de becas, se han encargado de realizar el making of, voluntarios... En total, alrededor de 100 personas unidas para sacar adelante una película cuyo rodaje se desarrolló en agosto de 2020, durante tres semanas y media.

“Siempre doy las gracias porque el equipo artístico no son profesionales y han estado ahí porque querían. Rodamos en agosto, cuando todavía había mucho miedo -que lo sigue habiendo...-”, recuerda Mazarico sobre una grabación que lejos de asustar a sus protagonistas, se convirtió en motor: “Una vez vencido el miedo, fue positivo y muchos me han dado las gracias después, ya que ha habido mucha parálisis mental más que física y eso va a pasar factura en general a la sociedad...”.

Y además, el hecho de haber trabajado con actores no profesionales impregna el metraje de cierta naturalidad y frescura, cuenta Mazarico y cita como referencia El agente topo, documental chileno que desde la realidad, se juega también con la ficción. El proyecto ha contado con el apoyo de Innova Cultural 2019, ayudas que promueven Fundación Caja Navarra y Fundación “la Caixa” y con las ayudas Generazinema.

El objetivo, cumplido

Tras las primeras proyecciones de Surcos, el realizador tudelano asegura que las reacciones han sido positivas pero que más allá de la acogida del público, el objetivo inicial del proyecto se ha logrado: “Queríamos involucrar a gente mayor y hacerles un homenaje y se ha cumplido”, apunta el director sobre un proyecto que además, de alguna manera, ha sido crónica: “De alguna manera, el coronavirus le dio al proyecto una patina inesperada, pero lo ha convertido en algo muy emotivo y la película queda como un testimonio”. Son cinco maneras de vivir la pandemia desde la perspectiva de las personas mayores, “esta generación tan sacudida por la enfermedad”.

Y ahora, presentado el proyecto en salas de cine tanto en Navarra como en otras ciudades del Estado, en la hoja de ruta está continuar programando eventos en torno al proyecto y ofrecer coloquios en casas de cultura, centros de mayores... Además, está previsto que en otoño se realice un segundo pase en salas de cine, que queda pendiente de confirmarse.

Porque Surcos ha sido también el salto a la gran pantalla de Mazarico, que hasta ahora había trabajado en el campo de cortometrajes. Y acerca de su ópera prima dice quedarse con “la posibilidad de hacer películas de un estilo pequeño que van a sobrevivir y se van a quedar”, más allá de las líneas de producción marcadas por plataformas y grandes blockbuster. Un cine que, en este caso, reivindica a los mayores en tiempos de pandemia.