Una noche con ella es el nombre de la obra con la que la actriz Loles León busca repasar su vida como intérprete. Aunque se trata de una pieza de carácter biográfico, el autor y director, Juan Luis Iborra, también ha incluido pasajes ficcionados. Acompañan a León sobre las tablas, los intérpretes Briel González y Fran del Pino. Por su parte, Yeyo Bayeyo se sienta al piano.¿Cómo es pasar la noche con Loles León en el teatro?

El público que ha venido a vernos sale muy contento. Salen muy entretenidos. La obra tienen sus momentitos de emoción y de historia; cuento desde que era pequeña hasta ahora. Paso por todos los estados de ánimo. Cuando entramos en la parte más cómica, el público sale muy contento. En el patio de butacas suele haber muchas risas y eso me pone estupendamente bien. Conmigo hay siempre todo tipo de emociones, hasta se asustan un poquito (ríe). Yo siempre he dado un poco de miedo.

¿Poco?

(Ríe) Cuando se me conoce se ve que es todo parafernalia.

El texto es en gran parte biográfico y fue escrito por su amigo Juan Luis Iborra en plena pandemia.

Al escribir cuatro páginas me llamó y me dijo que me las iba a leer. Solo si me gustaba tenía intención de continuar escribiendo. Me gustó mucho, me emocionó. Le dije que siguiese y que miraríamos cómo quedaba. Escribió mucho y hubo que acortarla por que duraba en torno a tres horas. La hemos dejado en hora y media, que es lo ideal y lo que ahora se necesita para estos espectáculos, porque tampoco te dejan más tiempo por las restricciones. Juan Luis me llamaba constantemente en la pandemia para que revisase lo que había escrito.

Por lo tanto, ha estado muy encima del proceso de escritura.

Sí. Estuvimos entretenidos. Él me conoce muy bien. Hace 37 años que trabajamos juntos, desde mediados de los 80 en Madrid. Fue él quien me llevó a trabajar con Raffaella Carrà a TVE. Pero había cosas que me preguntaba y yo le decía por dónde tirar. También ha inventado cosas. Hay cuestiones que son ficcionadas por él. Yo le digo al público que serán ellos los que deberán decidir qué es verdad y qué es mentira en esta obra de una vida llena de sueños.

Ya que ha citado a Raffaella Carrà, imagino que habrá lamentado su pérdida profundamente.

Sí. Ella era como de la familia, como mi hermana. Ha sido la persona que me ha enseñado muchísimas cosas, no solo profesionales, sino también humanas. Ella era una gran persona.

Volviendo a 'Una noche con ella', en el escenario está usted muy bien acompañada por dos bailarines.

Muy bien acompañada. Las chicas me suelen decir que vaya par de chulazos que me acompañan. Sí, cariño (ríe). Son dos muy buenos actores, cantantes y bailarines. Son muy completitos. ¡Y además están muy buenos! Son muy guapos, son simpáticos y lo hacen todo muy bien. Además nos acompaña el pianista vasco Yeyo Bayeyo, que también está buenísimo, además de ser un gran músico y cantante. Estoy muy bien acompañada, no se puede ir sola por ahí (ríe).

¿Se planteó hacer el monólogo sola?

Cuanta más gente haya en el escenario mejor. Le dije a Juan Luis que no me seducía estar sola habla que te habla y él me dijo que tranquila, que iba a ser como un minimusical con siete canciones. Yo levanto un poquillo la pierna, pero ellos bailan divinamente. A la gente le gusta muchísimo este espectáculo. En Vitoria hemos llenado, en medio de las funciones el público aplaudía mucho y hemos solido acabar con vítores. Eso da un respiro (ríe).

Como comenta, pese a ser una obra biográfica, hay partes que son ficcionadas. ¿A Loles León le gustaría cambiar alguna parte de su vida?

No. Todo me ha servido: lo bueno, lo malo, lo regular, lo sorprendente, lo frustrante... La vida está para vivirla con todo lo que trae. Cuando te metes hasta el fondo te formas como persona. Claro, yo siempre me meto hasta el cuello en todo y no me arrepiento de nada. Me ha gustado vivir como he vivido. Me ha servido también para vivir ahora, en estos momentos tan difíciles.

La obra repasa sus momentos alegres y también los más amargos.

No pasa nada. Todos tenemos una vida así, variada. No hay nadie que se libre, en algún momento de su vida, de los momentos reales de la vida. Está bien vivirlo y saber entenderlo.

En medio siglo de carrera, también habrá vivido anécdotas absurdas.

(Ríe). Sí, cuento algunas. Necesitaríamos esas tres horas para poder explayarnos y contar todas. Había muchas para elegir y tuvimos que ir seleccionando. Hay muchas que no se han incluido y también muchas que ni siquiera he llegado a contarle.

Podría contar alguna de esas anécdotas para abrir boca.

No. Como lo tengo todo ahí muy ligadito, me tengo que centrar muchísimo en lo que está ahí. Pero yo qué sé, cosas absurdas son ir por la calle y enamorarme de un culo de un tío. Es muy absurdo pero eso está (ríe).

¿Cómo recuerda sus inicios?

No fueron unos inicios muy alegres. En mi casa no me dejaban dedicarme a esto. Yo insistí e insistí. Siempre he luchado por lo que he querido. Lo quería conseguir por encima de toda la oposición de mi casa. Tuve claro lo que quería y a por ello fui. Tampoco fue fácil llegar a hacer cosas encima de un escenario, sobre todo, sin venir de ninguna escuela; no era fácil que te hicieran sitio.

No obstante, pese a que tuvo muchos obstáculos, ha tenido una larga carrera.

Cuando me propongo algo, allí voy, hasta el final. La gente no sabe lo insistente que soy.

Ha hecho cine, teatro y televisión. ¿Con qué se queda?

Con todo. Esta profesión es muy amplia, muy variable y, sobre todo, intermitente. Cada vez que te sale un trabajo de lo que sea, lo coges con muchas ganas y te entregas completamente porque, quizá, hace nueve meses que no te han llamado para hacer nada. Hasta cuando te proponen participar en una radio para hacer una colaboración lo haces con entrega. Rodar películas es la parte más artística, pero el teatro siempre es el teatro, causa otra sensación. Es el ambiente, el aroma que te embriaga y te transporta a otras artes.

Ha hecho mucha televisión.

La tele me apasiona, sobre todo, en directo. Con Raffaella estuvimos haciendo directos todos los días. Me encanta el directo, pero también las series. Como gracias a la tele he estado en las casas de todo el mundo, he querido hacer una gira muy larga con la obra, ir a todas las ciudades en las que me quieran ver. Tengo muchísima suerte. La gente me quiere mucho, cuando me ven me siento como de su familia. Es por eso, porque me meto en todas las casas.