Ángel Ocray, procedente del barrio de San Pedro de la Rotxapea, es uno de los rostros más señalados en el mundo del flamenco en Navarra. Su estilo musical apuesta por la fusión de este arte con géneros musicales completamente diferentes, una modalidad que traspasa barreras y que nada que ver tiene con el flamenco cerrado. Y es que mañana Estella está de enhorabuena, puesto que acogerá al artista en uno de los balcones de la Plaza San Martín, a las 13.00 horas.

Nacido en el seno de una familia de sangre flamenca, los primeros recuerdos del cantante son alrededor de una guitarra. “Ser gitano conlleva celebrar las cosas”, detalla. Es más, “si hay una pena, lo celebramos; pero si hay una alegría, lo celebrados por partida doble”, sostiene entre risas.

EL SECRETO DE FUSIONAR Si algo caracteriza al flamenco de Ocray es su facilidad para componer mezclas aparentemente imposibles. “Al no ser de unas tierras tan flamencas, como las del sur, o un Madrid o un Barcelona, me nace fusionar el flamenco”, declara el navarro. De ahí que disfrute más escuchando el flamenco cerrado que cantarlo: “Se requieren muchas tablas y hay que saber defenderse”.

Desde el rock y el pop hasta el lírico y el hip hop. Ocray asegura que “lo bonito del flamenco es que traspase, consiguiendo una mezcla que “a mí me llega y estoy seguro de que al público, también”. Este emprendedor afirma haber “hecho de todo y transitado todos los gremios”. En cualquier caso, “claro está que si surge un tema que encaja con un artista, no me lo pensaré dos veces”, mantiene.

PIONERO NO, IMPULSOR El joven pamplonés es considerado por muchos como uno de los pioneros en adentrar el arte del flamenco en la tierra navarra. No obstante, él no comparte esta adjudicación: “Pionero no soy. Como mucho, uno de los impulsores”. Para él, esta labor es una responsabilidad muy grata que le enorgullece enormemente. “Haber hecho flamenco durante tanto tiempo y que me sigan recibiendo igual de agradecidos es un lujo”, puntualizó. Lejos de ser una carga, admite que le da “hasta vergüenza” cuando le describen con la etiqueta de pionero del flamenco navarro.

UNA NAVARRA DE LO MÁS FLAMENCA Lo que hace diez años era impensable, hoy en día es posible. Ocray prosigue afirmando que “flamenco, lo que es flamenco, ha habido siempre en todas partes”, pero “fallaba que la gente no estaba acostumbrada”.

Una tierra difícil para este arte requiere de un esfuerzo extra. “De Navarra no puedo decir nada malo, es la que me da de comer y doy las gracias cada día”, defiende el artífice. A la pregunta de si este arte puede sufrir algún tipo de discriminación respecto a otros géneros, Ocray es claro: “Quizá, antes el flamenco estaba algo más apartado. Hoy por hoy, Navarra es una tierra flamenca. Los navarros y las navarras están deseando nuevas actuaciones cada año y las entradas siempre se agotan”.

En paralelo a su compromiso con la música, Ángel Ocray ejerce de profesor en academias de flamenco en la capital navarra y asegura que predomina una cantera a nivel de baile y de cajón. Sin embargo, la falta de artistas que tomen el testigo de figuras como Ocray es una realidad. “Cantera hay en todos los sitios, lo que sucede es que estamos en un contexto que requiere más empeño”, argumenta.

En la misma línea, “el hecho de que no sea la tierra de donde viene el flamenco frena a los jóvenes a decicarse a este mundillo”, acentúa. A pesar del triunfo del flamenco fusión en Navarra, dice haber “sufrido lo suyo” para conseguirlo.

el ‘puntazo’ de los balcones Gracias al compromiso de artistas referentes y al rol de las escuelas de flamenco, el festival de Flamenco On Fire es un éxito asegurado allá donde viaje. De todas formas, una de sus singularidades que tiene enamorado a Ocray es el poder de los balcones. “El puntazo del ciclo F on Fire son los balcones a los que yo denomino como el San Fermín flamenco”, detalla este.

En este sentido, admite que “si uno pone a artistas que están en la élite, como Nina Pastori o India Martínez, es obvio que van a reventar la sala”. A diferencia de esto, el hecho de “estar tomando una cervecita al sol y ver a alguien cantando en un balcón no tiene precio. Aunque no sepas quién es, el cuerpo te pide acercarte”, recalca.

HOMENAJE A SABICAS Precisamente, Estella le hace un hueco al artista en un balcón de la Plaza San Martín. Y es que Ocray no viene con las manos vacías, sino que trae novedades. “Tengo una canción, Los nuestros, que son alegrías de Cádiz a las que yo llamo alegrías navarricas”, cuenta. A través del single, se rinde homenaje al maestro Sabicas y se aprovecha la ocasión para nombrar a rostros como Julián Gayarre o Pablo Sarasate.

A su vez, el protagonista hará un guiño a San Fermín. “Cuando lo hice en Pamplona, la gente salió encantada. Salí vestido de blanco en el balcón de la Mañueta y el primero en emocionarse fui yo”, rememora. Un balcón con compromiso que exigía estar a la altura, puesto que queda situado en la calle que vio nacer al más grande. “Hablamos del mejor guitarrista en la historia del flamenco e igual es quién nos empuja cada día a seguir trabajando y creciendo”, sostiene.

PRÓXIMAS CITAS CON OCRAY El artista tiene programados dos conciertos dentro del ciclo Girando por Navarra. Concretamente, el viernes 10 de septiembre en la Casa de Cultura de Lodosa, y el sábado 18 en la Casa de Cultura de Beriáin. En palabras del artífice, “el flamenco fusión es algo diferente y va a haber magia. Independientemente de que les guste, o no, al público, que le den una oportunidad”, concluye.