A Ricardo Gómez muchos le recordarán por la televisión. Durante 17 años fue Carlos Alcántara en Cuéntame cómo pasó.

¿Cómo nos vendería esta obra?

-Es un texto de Martin McDonagh y como en la mayoría de sus obras hace uso del humor negro y rebusca en los extremos de la psicología, llegando a lo psicopatía de los personajes buscando situaciones muy al límite. Los personajes cada uno de ellos es menos cuerdo que el anterior. Al final, producen risa por desfogue. Esa risa es como una liberación de las circunstancias tan extremas que viven los protagonistas. En la obra están también Belén Cuesta, Juan Codina y Manuela Paso.

¿Van a tener un gira larga?

-Comenzamos en el Teatro del Canal (Madrid). Estuvimos un mes. Fue un éxito y llenamos todos los días. Ahora arrancamos en Barakaldo y estaremos girando hasta mayo del año que viene.

Háblenos de su personaje.

-Es un chico que desde los 5 hasta los 12 años estuvo encerrado en el sótano de su casa recibiendo palizas a diario de sus padres. Esa situación le ha condicionado tanto psicológica como físicamente. Es absolutamente dependiente de su hermana. A pesar de las dificultades para comunicarse y de lo que le ha tocado vivir, tiene alguno de los momentos más cuerdos de la función.

¿Un papel muy duro?

-Mucho. Solo por el mero hecho de imaginar ese tipo de circunstancia, resulta muy duro. Físicamente representarlo es de mucho esfuerzo. Yo termino agotado. Es de los personajes más agotadores que he hecho.

Parece que se está recuperando el teatro tras el tiempo de pandemia.

-Ha habido mucha incertidumbre. Sigue habiéndola, pero como en todos los sectores, no creo que haya alguno que no haya sufrido las consecuencias de lo que hemos vivido, de lo que aún estamos viviendo. Al principio de toda esta historia no sabíamos muy bien qué es lo que iba a pasar. Fuimos de los primeros en cerrar y casi de los últimos en abrir. Si hablo de forma particular, tengo que decir que me considero muy afortunado. He tenido la suerte, otra gente de mi alrededor no la ha tenido, de que los proyectos que tenía pendientes y que quedaron parados no se han cancelado. Se han tomado todas la medidas y no hemos tenido ningún caso positivo de coronavirus en la función.

¿Tiene entre manos algún proyecto más?

-El día 29 estreno El sustituto, una película dirigida por Oscar Aibar. Trata sobre los nazis que estuvieron viviendo en España, la película está ambientada en Denia y transcurre en 1982. Es un thriller policiaco con una investigación que se centra alrededor de unos alemanes de edad avanzada que viven a cuerpo de rey. Yo interpreto al policía que intenta desenmascarar esa trama.

En 2018 dejó usted la serie Cuéntame cómo pasó

-No sé qué decir. Es que no tengo nada con lo que comparar esos 17 años. Entré allí y esa fue una parte muy importante de mi mundo. No conozco otra opción. Pero sí puedo decir que estuve muy a gusto y que aprendí mucho durante este tiempo. Rodaba, estudiaba y para mí eso era lo normal. He tenido la suerte de estar durante esos años rodeado de grandes profesionales.

¿Fue duro trabajar siendo una criatura?

-No, todo lo contrario. He trabajado en un proyecto que me hacía muy feliz y que me ha enseñado muchas cosas tanto a nivel personal como profesional. Fue una suerte y me siento muy afortunado de haber podido trabajar en una de las series españolas más importantes.

Empezó con 7 años, hace dos décadas. ¿Quería ser actor a esa edad tan temprana?

-Sí, claro. Nadie me obligó. Es cierto que puede parecer muy temprana esa edad, pero también hay gente que sabe a los 4 años lo que quiere ser de mayor. Yo lo tenía muy claro desde pequeño, sabía que esto era lo que me gustaba y tuve la suerte de que en casa nadie me puso ninguna traba. Al revés, todos me apoyaron. Ese apoyo fue lo que me permitió desarrollarme en esta profesión. No me puedo quejar.

¿Qué da más miedo, pensar en los espectadores que están al otro lado de la pantalla o los que están en directo en el patio de butacas?

-El público no da miedo en ninguna circunstancia. El público recepciona lo que tú haces. Es testigo de la obra que se está representando. Cuando tú ruedas algo te vas a cenar con amigos o con tu familia mientras se está proyectando una serie en televisión o una película en el cine. En el teatro es obvio que tienes al público delante y sí que lo sientes; sientes las risas, las lágrimas y los bostezos. Sientes cómo se levanta alguien y se va de la sala. También ves cómo alguien se queda a la salida y te dice que le has conmovido.

Ha dirigido dos cortos. ¿Le gusta esta función en el audiovisual?

-Me llama mucho la atención. Cuando llevas tantos años en un set e interpretas el punto de vista de otros, te puede apetecer descubrir tus puntos de vista, o no. A mí me interesan.

"Mi personaje en 'El hombre almohada' es el más duro que he hecho en toda mi vida como actor"

"Soy afortunado por haber trabajado en 'Cuéntame', he estado rodeado de muy buenos actores"

"En el teatro sientes al público. Sientes cómo ríe, sientes sus lágrimas y sientes sus bostezos"