añana a las 22.00 Cosmo estrena Catalina La Grande, una aclamada miniserie que recorre la vida de la monarca femenina más poderosa de la historia. La ganadora del Oscar Helen Mirren protagoniza este drama de época como Catalina II de Rusia, una princesa alemana de bajo rango que, a pesar de su origen extranjero y de ser mujer, gobernó como emperatriz de Rusia durante 34 años.

Ambientada en la tumultuosa corte rusa durante la segunda mitad del siglo XVIII, esta producción retrata el reinado de Catalina desde 1764, dos años después de apartar del trono a su marido Pedro III de Rusia, hasta su muerte en 1796. La historia sigue el apasionado romance entre la emperatriz y Grigory Potemkin (Jason Clarke), militar y comandante con quien mantuvo una relación única tanto por la promiscuidad de ambos como por la devoción que se profesaron.

El guionista Nigel Williams, quien ya trabajó anteriormente con Mirren en la miniserie sobre la reina inglesa Isabel I, Elizabeth I, y Philip Martin, director de The Crown, se encuentran detrás de Catalina La Grande, una producción de New Pictures y Origin Pictures para Sky y HBO. Los cuatro episodios fueron grabados en espectaculares escenarios de Rusia, Lituania y Letonia entre los que destacan el Palacio de Catalina, residencia de verano de los zares situada a 25 kilómetros de San Petersburgo, o el Palacio de Rundale.

Catalina La Grande es la mujer que gobernó Rusia durante más tiempo y heredó de su antecesor, Pedro I, el apelativo de Grande por sus muchos logros. Además de abrir el país al progreso y a las corrientes filosóficas de la Ilustración, expandió enormemente su territorio, se anexionó un enclave estratégico como Crimea y convirtió a Rusia en una de las principales potencias europeas.

Esta miniserie cuenta el increíble ascenso al poder de Catalina con la ayuda de su amante Grigory Orlov y su rotundo éxito como gobernante y estratega, pues logró mantenerse en el trono y reinar sola hasta su muerte. Además, narra la inusual historia de amor que mantuvo con Grigory Potemkin como el hombre que la ayudó a expandir sus territorios y su pareja sentimental más larga, con permiso de los muchos amantes que ambos tuvieron.

En este sentido, Catalina La Grande abunda en los placeres, también sexuales, a los que cualquier gobernante podía acceder, unas libertades que Catalina, igual que todos los hombres que la precedieron y la sucedieron, no dudó en disfrutar. Lo hizo con la inestimable ayuda de su amiga, la condesa Bruce, que testaba el vigor de los posibles amantes de la emperatriz antes de enviárselos. Esta miniserie también explora la terrible relación que Catalina mantuvo con su hijo Pablo. Criado lejos de ella y ansioso por gobernar, desarrolló tal animadversión por su madre que a su muerte intentó destruir su increíble legado. Pero lejos de enaltecerla, esta serie biográfica no huye de las contradicciones de la emperatriz, una gobernante absoluta y despótica que aplastó a sus enemigos y pasó de cartearse con Voltaire a censurar los escritos de los intelectuales de la Enciclopedia ante la amenaza que podía suponer la Revolución Francesa para la monarquía.

Aunque nació en el reino de Prusia como una princesa alemana de bajo rango, no solo logró hacerse con el trono ruso sino que permaneció en el poder frente a intrigas palaciegas y diversos aspirantes al trono más de tres décadas. Durante su reinado amplió las fronteras del país hasta convertir a Rusia en una potencia mundial, introdujo las corrientes filosóficas de la Ilustración y compró buena parte de la espectacular colección de arte que ahora conforma el Museo Hermitage. A pesar de todos sus logros, se la recuerda por su supuesta voracidad sexual. Una leyenda negra de origen bolchevique aseguraba que murió tras una fallida relación sexual con un caballo. En realidad, fue una mujer inteligente, ambiciosa y con una clara visión de futuro que se adelantó a su época y, en un mundo de hombres, ejerció el poder absoluto. Pero tanto su hijo Pablo como la historiografía posterior trataron de destruir un legado que, no en vano, la hizo valedora del apelativo Grande.

Helen Mirren asegura que "la historia de Catalina siempre me ha fascinado no solo por mi propia conexión con Rusia, sino por el exotismo de la región en el siglo XVIII y el carácter hasta cierto punto medieval de la vida en aquella época. Asimismo, había una cierta actitud hacia las relaciones y la sexualidad en el mundo de Catalina que es muy extraño para nosotros hoy en día y me parecía interesante explorarlo. Seguimos muy imbuidos por los valores victorianos y el puritanismo estadounidense, pero el reinado de Catalina aportó un enfoque nuevo y refrescante". Añade que "uno de sus puntos fuertes fue su capacidad de trabajo. Todos los días se levantaba a las 5 de la mañana para escribir cartas y era una gran comunicadora. Creo que también fue una política magistral. Sabía cuándo quedarse al margen y cuándo dar un paso adelante, sabía cautivar a la gente, pero también cómo manipularlos y chantajearlos para conseguir lo que quería. El simple hecho de que sobreviviera es un milagro en un tiempo en el que con el mínimo pretexto podían meterte en la cárcel o, como mujer, encerrarte en un convento bajo llave y no ser vista nunca más. Lo que hizo para sobrevivir fue extraordinario".

"Sabía cautivar a la gente, pero también cómo manipularlos y chantajearlos para conseguir lo que quería"

"El simple hecho de que sobreviviera en aquel tiempo es un milagro, y más siendo mujer"

Protagonista de 'Catalina la Grande'