- Una de las citas más esperadas de los cazadores navarros asoma ya en el calendario. Los sábados 13 y 20 de noviembre se desarrollarán en el coto del Señorío de Erro las dos pruebas clasificatorias del Campeonato Navarro de Becadas. De ellas saldrán 12 de los 13 participantes que se darán cita el 4 de diciembre en el coto Esprogui-Sabaiza para dilucidar cuál de ellos acudirá en representación de la Comunidad foral al torneo nacional. El decimotercer competidor es el ganador del anterior campeonato autonómico, un cazador con nombre propio dentro de esta modalidad, Juan Mari Esáin, 13 veces campeón navarro y triunfador en nueve ocasiones del Campeonato de España.

Como muchas de las disciplinas de caza, tampoco con la becada se pudo realizar un campeonato el pasado 2020, debido a las restricciones asociadas a la pandemia, por lo que las espadas están ya en todo lo alto. Así lo reconoce José Ignacio Urriza, delegado de esta especialidad en la Federación Navarra de Caza y que se ha encargado de organizar estas pruebas desde que se iniciaron en el año 1995. "Tenemos entre nosotros varios grupos de WhatsApp y saltan chispas ya. Hay mucha afición y existe un gran número de cazadores muy fieles a esta modalidad, que llevan muchos años compitiendo y que entre ellos tienen una disputa fuerte. Sana, por supuesto, porque todos nos llevamos muy bien y siempre se respira un clima muy amistoso", afirma.

Urriza revela que, al consistir los dos eventos clasificatorios en acudir al control con una sola becada, prima mucho la suerte, contar con una muy buena puntería, acudir con un perro muy apto para la caza de la becada y, por último, tener también piernas fuertes para poder regresar rápido cuando se abata la pieza. "Y carecer de miedo a las zarzas, porque a veces nos llega alguno que parece que lo hayan azotado", ríe.

Navarra es, tal y como asegura, el rival a batir en el Campeonato de España, ya que es la comunidad autónoma que más veces ha conquistado la primera posición desde que se lleva celebrando este acto. Y eso se debe, sobre todo, a Esáin. "Desde que llevo yo aquí, lo ha ganado casi todo. Es el número uno, un fenómeno, el mejor becadero de la península... Con mucha diferencia, además", sostiene Urriza. En su opinión, el cazador de Zubiri, aunque vecino de Errea, sabe muy bien cómo colocarse en el terreno y dispone de unos perros sensacionales. "Hay cosas que las personas normales no somos capaces de ver. Pero cazadores como Esáin las perciben en décimas de segundo, y eso les permite llegar muy lejos en este tipo de pruebas. Eso, unido a la buena puntería y al hecho de que tengas un gran perro es lo que te hace ganar competiciones", sentencia.

Sobre el porqué de que Navarra sea un referente en la caza de la becada, Urriza opina que se debe al tipo de acotados habituales de la Comunidad foral. "En otras regiones, la gente acude a cotos enormes, con muchas becadas, pero aquí cada uno caza en el coto de su pueblo. Entonces, puede que el cazador de esos otros cotos vaya al Campeonato de España habiendo cazado 100 becadas, por ejemplo, mientras que el navarro habrá abatido 12, por decir un número. Pero esas 12 son 12 muy difíciles, y eso hace que la experiencia del cazador navarro sea más efectiva", argumenta.

De esa experiencia sabe mucho Esáin, que en noviembre cumple 60 años. No solo atesora un magnífico palmarés en la caza de la becada, sino que ha sido también tres veces campeón navarro de triatlón. A su juicio, lo primero que hace falta es contar con un buen perro. De hecho, asegura que son tres los factores más relevantes: el ya citado del perro, la suerte y el saber cazar becadas. Tres cosas que él ha manejado con soltura, puesto que ya desde el primer Campeonato de España, celebrado en Cantabria, despuntó. Lo ganó y, después, se ha subido 12 veces más al cajón más alto del podio.

"Yo he tenido muy buenos perros, y eso ayuda muchísimo para ser campeón. Este año voy a participar con un de un año y pico, así que no sé cómo se portará, ya que es novato y no tiene mucha experiencia", avisa. De todas formas, destaca que, pese a que el afán no es el mismo que cuando empezó a competir, sí que los nervios son similares: "Voy con el mismo miedo que el primer día, porque sé lo que me espera y también estoy acostumbrado a perder. Pero me apasiona esta modalidad, porque se da un contacto muy estrecho con el perro y es una caza con mucha dificultad y muy dura".

En este sentido, confiesa que, pese a que las victorias se le amontonan, conserva intacta toda la ilusión. "Tiene el mismo mérito el primer triunfo que el último. Además, cada vez hay más competencia y los participantes demuestran más nivel, por lo que es más difícil estar arriba", alerta. Por último, reconoce que, aunque la veteranía es un grado, el oído y la vista van bajando a medida que pasan los años, dos aspectos que son fundamentales en la caza de la becada. Sin embargo, él espera contar con sus habilidades y con la suerte para poder representar nuevamente a Navarra.