- El arquitecto navarro Rafael Moneo, Premio Pritzker de Arquitectura en 1996 y Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2012, afirmó ayer que “ciudad y arquitectura son dos términos complementarios que están llamados a entenderse”.

Así lo dijo al recibir la Medalla de Oro de la Ciudad de Logroño, de cuyo edificio consistorial es autor, y que, después de cuarenta años de su construcción, “puede ser visto como ejemplo de que ciudad y arquitectura son complementarios”.

Rafael Moneo (Tudela, 1937) recibió esa Medalla -máxima distinción de la ciudad- en reconocimiento a su trayectoria profesional y, fundamentalmente, por el legado de su obra en la ciudad, en especial el edificio que acoge el Ayuntamiento.

El acto se celebró en un Pleno extraordinario, en presencia de toda la Corporación Municipal; la presidenta del Gobierno de La Rioja, Concha Andreu, y los anteriores alcaldes de la ciudad, entre ellos, la actual portavoz del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, Cuca Gamarra.

Visiblemente emocionado por la Medalla, que le entregó el alcalde, Pablo Hermoso de Mendoza, Moneo aseguró también que “la arquitectura sirve a las personas y a la ciudad en que se asienta”.

Este edificio, ubicado en el centro de Logroño, cumple esa función “irrenunciable”, en cuanto a sus funciones administrativas, pero también como un espacio integrador de la ciudad, que entiende que también debe “reflejar, en la digna austeridad de su arquitectura, lo que la vida ciudadana es”.

Dedicó el galardón a todas las personas que hicieron posible esta obra arquitectónica, a quienes ha expresado su gratitud, ya que “la paternidad de un edificio no solo hay que atribuirla al arquitecto”.

También destacó el “acierto” de ubicar este Ayuntamiento en el centro de la ciudad, con “una buena accesibilidad, céntrico, próximo al que en su día era el Consistorio” y, además, dentro de una plaza, ya que “plaza y Ayuntamiento son entendidos como un todo y una piedra fundamental en la vida ciudadana”.

En una conferencia de prensa previa, Moneo subrayó que las ciudades nuevas no deben perder la esencia de su pasado y la arquitectura debe ser un elemento integrador de esa visión.

Dijo que la arquitectura “está en un momento de cambio por la transformación tan radical que la sociedad y la escena de la ciencia ha dado a nuestras vidas y también el medio ambiente”.

En este contexto, el arquitecto navarro afirmó que le gustaría que se tuviera presente todo lo que se ha construido y que se ha heredado a lo largo del tiempo, de forma que las ciudades nuevas “no pierdan el contacto y el valor del pasado” y “la arquitectura que viene siga valiéndose de la excelencia que ha recibido en términos arquitectónicos”.