- El periodista y escritor Fernando Delgado reconoce estar desengañado del periodismo, al que ve "un poco anulado" en este mundo "disperso que nos estamos encontrando", no solo a causa de la pandemia, que también, sino porque antes del coronavirus ya teníamos, a su juicio, "mucho bloqueo periodístico".

Delgado (Santa Cruz de Tenerife, 1947) rememora sus inicios en esta profesión, con apenas 14 años en su ciudad natal, así como su traslado a Madrid con 24, donde desarrolló casi toda su carrera profesional, y su establecimiento, finalmente, en Faura (Valencia), hace cerca de tres décadas.

"He vivido siempre con el periodismo y la literatura, hasta de pequeño", señala el escritor, quien recuerda cómo su abuela traía periódicos de Cádiz y de Venezuela, donde vivían familiares suyos, además de los canarios, y destaca que la prensa y la radio han sido "espacios de devoción".

Y junto con la prensa, la literatura ha sido también una constante en su vida, especialmente la poesía, que lo ha acompañado desde niño, y pide una mayor confianza en la literatura para salir de esta situación que ha generado la pandemia, que nos ha dejado a todos "un poco parados y retirados", y también "para ser mejores".

"Tenemos que confiar en la literatura", afirma y añade que la literatura puede ser "objeto de predicación" y "un instrumento fundamental para la sociedad y la cultura".

Delgado comenzó a trabajar con 14 años en La Hoja del Lunes en Tenerife, pasó después por Radio Juventud de Canarias y, con 18 años, aprobó una oposición para trabajar en Radio Nacional de España, empleo que compaginó con el de maestro en un reformatorio de menores y con la secretaría de un conservatorio de música.

En 1971, con 24 años, se trasladó a Madrid, donde se hizo cargo de Programas Generales de Radio Exterior de España, y en 1981 se convirtió en el primer director de Radio 3, un espacio cultural y juvenil que recuerda como "extraordinario", y que se alegra de que todavía hoy tenga continuidad en la radio pública.

Fernando Delgado fue también director de RNE en dos ocasiones y presentador del Telediario fin de semana en TVE, hasta que en 1996 fichó por la cadena SER, donde condujo el programa A vivir que son dos días.