El Museo Universidad de Navarra (MUN) acogerá el día 5 de marzo a las 19.30 horas el estreno absoluto de la versión camerística de Atlántida, la obra de Manuel de Falla, en coproducción con la Coral de Cámara de Pamplona y del MUN y con la colaboración de la Fundación Archivo Manuel de Falla. El proyecto, una obra cumbre del compositor y también de la historia de la música del siglo XX, cuenta con el apoyo del Gobierno de Navarra y del Ayuntamiento de Pamplona y dará inicio a la nueva edición del ciclo Cartografías de la música. La dirección musical es de David Gálvez, director artístico de la Coral, y la dirección de escena de Tomás Muñoz. Ambos, junto con Elena García de Paredes, gerente de la Fundación y Teresa Lasheras, directora de Artes Escénicas y Músicas del Museo, han presentado la obra este miércoles.

Lasheras ha expresado que fue "una alegría participar y compartir" el proyecto, "puesto que aúna muchas de las claves artísticas" del MUN. Este trabajo musical y escénico contribuirá a "arrojar luz" sobre la obra, además de coincidir con una de las líneas de investigación del Museo al tratarse de un trabajo de creación actual con un elemento patrimonial de la música española como punto de partida.

David Gálvez, director de la Coral de Cámara de Pamplona, se encargo en la presentación de contar cuál es el trabajo que, como editor musical, realizó respecto a la obra. "Para mí es una obra capital de la música española y universal, que plantea muchos enigmas, con muchas características propias y problemas de una obra inconclusa", explicó, remarcando que se trataba, sin embargo, de la obra más importante de Falla en los últimos años. Añadió que ellos plantearon la obra desde lo que son, un coro de cámara, cuyas características hacen imposible llevar a cabo un "titán" como lo es Atlántida, una obra sinfónico-coral de grandes masas sonoras. "Pero siempre pensé que era una obra eminentemente camerística en sus elementos. Que, si se destilaba correctamente, esos elementos iban a aflorar, y que era una obra que podía funcionar muy bien en un formato pequeño", explicó Gálvez.

Un hombre "detallista"

Para David Gálvez, Falla era "un compositor de formato pequeño, un hombre detallista", y había muchos elementos en la partitura original que "indicaban que él abogaba por una instrumentación más pequeña". Partiendo de esa idea, la Coral realizó una adaptación "fiel y rigurosa", un trabajo "duro", pero que ha permitido sacar a la luz muchísimos elementos que se pierden en la "vorágine sonora de la obra sinfónico-coral". Recalcó que esta versión no tapa la original, sino que "agiliza muchísimo la obra, permite una puesta en escena dinámica con más inteligibilidad", declaró. Se mostró satisfecho a nivel musical por haber conseguido el reto de "bajar Atlántida a la tierra", además de que la reducción funciona muy bien porque, según explicó, "se equilibran las fuerzas y se va a la esencia de Falla".

Definió la nueva versión como un nuevo camino en la historia enigmática de la obra. "Para mí es un pequeño hito histórico que va a permitir que Atlántida funcione de una manera más sencilla sin que pierda en nada", afirmó.

Un "reto dramatúrgico mayúsculo"

Por su parte, el director escénico de la pieza, Tomás Muñoz, habló del trabajo dramatúrgico y escénico de la versión. "Me dio una alegría enorme, porque no siempre se puede trabajar con una obra emblemática de la música del siglo XX", relató. Lo definió como un "reto mayúsculo". Muñoz destacó que Atlántida cuenta con varias dificultades, siendo la primera que se trata de una obra inconclusa. "Las versiones completadas por Halffter son problemáticas en el sentido de que si hubiera vivido Falla, seguramente la Atlántida acabada hubiera sido otra", explicó el director, destacando la necesidad de una investigación para definir por dónde podía haber ido esa Atlántida de Falla.

Por otro lado, se trata de una obra cambiante, porque se estuvo componiendo durante 20 años, y al mismo tiempo responde a una personalidad muy definida: la del compositor. "Es una obra muy difícil de entender si no comprendemos cómo era Falla y cómo eran las circunstancias históricas en la que la compuso", afirmó Muñoz, explicando que para guiar la puesta en escena de Atlántida la clave es "verla a través de los ojos de Falla, sabiendo que era un hombre extremadamente religioso y profundamente moral".

También subrayó la evolución que se desarrolló en los años de composición. "Yo creo que Falla empieza componiendo la obra como un canto a la hispanidad, y los acontecimientos de los años 30 le hunden en el desaliento". De esa forma Atlántida, que podía haber sido el símbolo de la unión entre el mundo mítico y el cristiano, entre el clásico y el hispánico, se convierte, según Muñoz,en una especie de metáfora de la España hundida en la Guerra Civil.

"Finalmente, abandona la visión histórica para centrarse en una visión personal y profundamente religiosa", apuntó el director. Se trata, en sus palabras, de una obra que recorre el siglo XX y toda la biografía de Falla, algo "esencial" para Muñoz.

Sobre la puesta en escena

"Nuestra puesta en escena ha despojado de muchos añadidos de Halffter y no ha querido ocultarlo", declaró Tomás Muñoz. Como inspiración tomaron, además de propuestas anteriores, la propia visión de Falla, que contaba con una serie de cuadros y transparencias. De esa idea de la imagen proyectada partió Muñoz, sirviéndose de ella como guía. "El acierto de esta versión ha sido plantearla como camerística, porque esto ha facilitado la puesta en escena", opinó el director.

Desde la Fundación Archivo Manuel de Falla, institución que tiene como misión principal proteger y promocionar el legado musical y artístico del compositor, y cuyo apoyo y colaboración resultaron fundamentales, Elena García de Paredes explicó los motivos que les llevaron a participar. "Me di cuenta, cuando me enviaron el proyecto, que había un gran amor a la música, unas ideas muy claras, y realmente se estaba haciendo una aportación a Atlántida", expresó.

Afirmó que la obra es una de las creaciones "más personales" de Falla, "donde de verdad quiso poner toda su música, su fe, su experiencia y su creatividad". Además, al ser una aventura documental, lo "bonito" fue volver a entrar en los manuscritos, los bocetos y las cartas, en los que se encuentran muchos puntos de inspiración.