Tres años después de su último disco, Kaotiko vuelve a la carretera con Sin filtro, trabajo en el que sin perder su esencia punkrockera, apuestan por cierta experimentacion. Y como siempre, presentan una colección de canciones sin filtro en sus letras. "Muchas de nuestras canciones tratan de concienciar a la gente de cosas que creemos que están mal", apunta su batería, Xabi Aldaz.

El título del disco, Sin filtro, parece una declaración de intenciones, si bien Katoiko nunca ha tenido tapujos. ¿Por qué este noveno disco es más sin filtro que otros?

-Sí, la verdad es que nunca hemos tenido filtros, pero el título se refiere a lo que representa cada miembro del grupo. Este disco lo hemos hecho entre todos y hemos trabajado de forma unanime. Hoy en día con la tecnología tienes la opción de trabajar cada uno desde casa, pero con esto de la pandemia y de que podíamos juntarnos más al no haber conciertos, decidimos hacerlo de forma global, como hacíamos antaño cuando éramos chavales. La realizacion también tiene matices de grabación de antes, sin cosas digitales... Y las letras como siempre, criticamos lo que no nos gusta.

¿Y cuál es el resultado de esta suma sin filtros?

-Es un disco bastante redondo. La esencia de Kaotiko, todo ese punk rock, no se pierde pero está mezclada con otro estilos. Hay un par de temas que incluso tienen un par de samplers -grabaciones electrónicas-, hay canciones rápidas, otras que son de medio tiempo... Así que sí que hay una variedad en este sentido.

A muchos seguidores de Kaotiko quizá les sorprenderá ese acecamiento a la electrónica en canciones como Evolution. ¿Fue premeditado o surgió durante la producción de Sin filtro?

-Son ideas que surgen en el local y pensábamos que podía ser apropiado. Al principio éramos un poco reacios porque al final no es lo tipico en Kaotiko... pero hicimos la prueba y nos pareció interesante y que no no desentonaba.

¿Qué les empujó a dirigir desde el propio grupo la producción del disco?

-Siempre habíamos trabajado con productores, pero como taníamos tiempo, decidimos hacerlo como cuando éramos chavales y grabábamos las maquetas de nuestros grupos, todo ello con nuestra visión e ilusión por hacer algo distinto.

El disco se abre con la canción Plan B, cuyo estribillo ya nos lanza un "no hay futuro para esta especie". Viendo el panorama, ¿realmente no hay ciertos brotes verdes y no, no se salva nada?

-Somos muy catastrofistas (risas). A ver, siempre hay esperanza, pero está bien agitar mentes poniéndolo todo negro para que espabilemos. Nos hemos acomodado en muchas cosas y nos están dando en otras. Ser catastrofista te hace ver las cosas e igual te hace actuar. En Kaotiko tenemos letras de fiesta y desparrame, incluso del amor, pero también mayoritariamente son de concienciar a la gente de cosas que creemos que están mal.

Y en realidad, cuando ahora miramos la actualidad y nos encontramos con la guerra en Ucrania, sí cabe preguntarse eso del futuro...

-Sí y otras tantas guerras que no salen en la tele... A esta se le pone el foco porque hay muchos intereses de dinero, que al final es lo que maneja las guerras: el dinero y ya está. Pero guerras no queremos ninguna, está claro, porque la final en la guerra muere la gente que no tiene que morir. Y es que tenemos temas que pueden estar hablando de la actualidad y que, por desgracia, nunca pasan de moda- Hace veinte años escribimos el disco de Mundo kaotiko que trataba sobre el apocalipsis que teníamos alrededor, en temas políticos y sociales... Y ahora es difícil escribir porque parece que te repites (risas). Sí que tienes que buscar hacerlo distinto, porque no es plan de no hacerlo.

Una política que en este disco se cuela en canciones como La del tonto, protagonizada por un tipo que dice odiar "al rojo, al emigrante, al de la evolución...". En la política actual, ¿precisamente se ha normalizado el discurso del odio?

-Sí, la ultraderecha ha tenido un blanqueo de los medios increíble y son mayoritariamente culpables de que haya surgido ese auge y resurrección del fascismo. La ultraderecha está ahí, manejando bien sus hilos, porque al final saben lo que hacen. Los medios y gente que tiene voz en el Estado están blanqueando todo y justificándoles y eso hace que vaya como vaya la cosa. Se había manifestado en puntos de Europa y ahora está pasando aquí. También interesaba que hubiese eso, está claro que las cosas siempre pasan por algo... pero es muy peligroso para la sociedad.

En ese sentido, Facu Díaz decía recientemente que Vox es el resultado de Espejo Público.

-Sí, también de Ana Rosa, del Ferreras... Que parece que son de otro palo pero están ahí siempre ahí cizañeando, también el capullo del Hormiguero... Gente que va de risitas y de majos y te piden respeto, ¿pero cómo vas a ser respetuoso con un intolerante? A esa gente ni agua.

Sin filtro ha sido también su vuelta a una gira de presentación y les ha reencontrado además con los conciertos normales, ya sin restricciones. ¿Había ganas?

-Eso es, teníamos ya ese mono de una gira normal. Arrancamos la semana pasada en Gernika y Donosti con cartel de sold out y ahora nos toca Tafalla y Amurrio, donde las entradas van muy bien y se agotarán posiblemente. Así que con ganas de estar con el sudor encima de la gente, del cara a cara, de aforos normales...

Para aquellos que todavía no hayan tenido la oportunidad de ver a Kaotiko en directo -y han sido muchas sus visitas por aquí-: ¿qué palabra definiría uno de sus conciertos?

-Energía. Al fin y al cabo Kaotiko somos un grupo de directo. Nos gusta grabar discos y ensayar, pero como a casi todos los músicos, nos gusta más tocarlo y defenderlo en directo. Nos entregamos al 100% en los conciertos y elegimos el mejor set list que creemos que vamos a dar en ese momento -que cada vez es más difícil con tantos discos...-. Así que sería energía y potencia.