Dicen del bosnio Božo Vre?o que es el más revolucionario de los artistas de los Balcanes. Superviviente de una infancia marcada por la guerra, ha actualizado la música tradicional bosnia, conocida como sevdah, y rompe etiquetas, presentándose como hombre y mujer. Y es, también, el protagonista de Maldita, a Love song to Sarajevo, el documental de Amaia Remirez y Raúl de la Fuente que acaba de ser premiado con el Roel de Oro de la 35 Semana de Cine de Medina del Campo y que recoge, a su vez, una bonita historia de amor. La que se inició entre Barcelona y Sarajevo hace unos treinta años.

Corría el año 1992 y mientras en la Ciudad Condal se celebraban los Juegos Olímpicos, en la capital bosnia caían bombas, en plena guerra. Pronto la ciudad catalana tejió una red de acciones solidarias, hasta el punto de nombrar simbólicamente a Sarajevo como undécimo distrito barcelonés. “Se cumplían 25 años del fin de la Guerra de Bosnia y se quiso hacer un homenaje a esa solidaridad entre las dos ciudades”, explica Amaia Remirez sobre un proyecto que han desarrollado desde Kanaki Films, su productora con Raúl de la Fuente, junto a medicusmundi Mediterrània.

Precisamente fue Ivan Zahínos, coordinador de Relaciones Internacionales de esta ONG y gran conocedor de la capital bosnia, quien les propuso a Božo Vre?o como protagonista del documental, ya que podía ser también un espejo de Sarajevo, también conocida como “la ciudad inocente”. Y al conocerle, se enamoraron del bosnio: “El impacto que produce es inmediato”, reconoce Remirez. Y explica: “La sociedad de Bosnia es bastante machista y él se ha rebelado como hombre y mujer, ha sufrido muchos ataques... Es una persona que con su valentía nos hace más libres”.

En el cortometraje, de 27 minutos de duración, Božo establece una correspondencia virtual con otra artista también inclasificable, la pianista Clara Peya, quien reside en Barcelona. Las dos ciudades se vuelven a conectar ya que ambos establecen una relación artística para interpretar un tema juntos, a la par que el bosnio va descubriendo la esencia del sevdah, género tradicional que ha abierto a otros estilos como el jazz o la electrónica. Y que también, de alguna manera, a través de su propia vida y de su personalidad muestra a Sarajevo, ciudad en la que pasó su infancia durante el asedio de la guerra.

El conflicto bélico también está presente en la película a través de una selección de material de archivo, en un ida y vuelta entre presente y pasado que no es la única dualidad que late en el metraje. De hecho, desde Kanaki Films optaron por rodar la película en blanco y negro debido a este juego dual: “Hay un diálogo entre dos ciudades, entre Clara y Božo, entre los géneros de hombre y mujer...”, repasa Remirez.

Además, la película da protagonismo a la música, con imágenes de Božo cantando en diferentes localizaciones y es que, explica Remirez, también se retrata “el poder del arte y de la música para sanarnos y curarnos. En tiempos en que estamos todos fatal de la cabeza y hay una gran emergencia emocional, la cultura ayuda contra eso”. De hecho, añade, se dice que el sevdah “es sanador y curativo” y el propio Božo asegura que a él le sanó la epilepsia.

El documental se complementa con una guía didáctica que puede consultarse en la página web del proyecto -www.lovesongsarajevo.org- y desde Kanaki cuentan que el objetivo ahora es que el largometraje llegue a nuevos públicos: “Se tratan temas desde la historia de Europa a los Derechos LGTBi, el arte... Nos gustaría animar a que haya más y más pases, desde asociaciones a institutos”.

Primer premio en la SECIME

La película tuvo su estreno absoluto la pasada semana, en la 35 Semana de Cine de Medina del Campo (SECIME) y fue galardonado con el Roel de Oro, convirtiéndose en el primer documental en obtener este galardón en este veterano festival de cortometrajes.

Y para Kanaki Films ha sido especial por varios motivos: “Ha sido el primer documental que terminamos en casi dos años, porque rodamos mucho fuera y la pandemia nos ha afectado montón; para mí ha sido la primera codirección después de casi quince años escribiendo y produciendo; a nivel de conciliación ha sido una odisea...”, repasa Remirez para recordar que, además, con este reconocimiento el cortometraje ha calificado para los premios Goya.

Tras este estreno, esperan que el proyecto continúe recorriendo festivales y por el momento, en Pamplona podrá verse el próximo 15 de junio, como parte del ciclo Pressplay! Y esperan, eso sí, que esta historia de amor entre ciudades llegue también a muchos más lugares