El misterio que es la vida, con esos grandes interrogantes sin respuesta que interpelan por igual a todos los seres humanos, impregna la nueva exposición del MUN (Museo Universidad de Navarra), The Edge. Un proyecto del artista Álvaro Laiz (León, 1981) cuyo título es la versión inglesa de kromka, el vocablo ruso que define el punto en que se juntan el hielo, el mar y la tierra. "Es la forma en la que tienen los chukchi -pueblo paleosiberiano que habita Chukotka, zona muy extensa y casi despoblada entre el mar de Bering y el mar de Chukchi- para referirse a este lugar que está en constante cambio, donde ellos cazan y también los osos polares; un lugar de encuentro y conflicto potencial", explica el artista.

Su ambicioso proyecto, territorialmente inmenso y que se muestra por primera vez en el MUN -salas de la planta -1-, propone hasta el 2 de octubre un viaje apasionante desde el Estrecho de Bering hasta Tierra de Fuego a través del tiempo, el territorio y los ancestros. La muestra, producida en el marco del proyecto de residencia artística Tender Puentes del museo universitario, es una aproximación al devenir del ser humano, a su relación con el tiempo, con el entorno que habita y que habitaron sus ancestros, y a la huella que deja en la Tierra, en las gentes y las culturas. Ciencia, tecnología, naturaleza, memoria y cultura tradicional convergen en un potente trabajo que ha mantenido durante siete años -y mantiene todavía- inmerso y entregado a Álvaro Laiz, quien desde 2021 es National Geographic Storytelling Fellow.

El recorrido geográfico del proyecto sigue las huellas de las poblaciones paleosiberianas que, hace 20.000 años, pasaron desde Asia a América, a través del Estrecho de Bering, convirtiéndose no solo en los primeros pobladores de América, sino en antepasados de los pueblos que habitaron con posterioridad estos territorios. Con este itinerario como columna vertebral del proyecto, Laiz combina memoria y ciencia a través del análisis de datos de la genética de poblaciones -una disciplina científica que se encarga de averiguar los orígenes del ser humano a través del ADN-, y pone sobre la mesa el discurso sobre los procesos migratorios actuales por todo el continente americano. De hecho, como dice el propio autor, "en este proyecto late la creencia de que, más que homo sapiens, somos homo migratio". La exposición, que Álvaro Laiz concibe "casi más como un laboratorio que como un proyecto artístico al uso", mira al cielo y a eso que es invisible a los ojos pero tan real como lo que vemos para abordar preguntas sobre la era del Antropoceno y sobre cómo los humanos se relacionan entre ellos y con otras especies.

Entendernos en el tiempo

Los chukchi y otras culturas animistas con formas de vida muy apegadas a la tierra, inspiran la motivación de Álvaro Laiz de ofrecernos la oportunidad de entendernos en el tiempo. "Según estas tradiciones, uno no es solamente uno, sino que lleva dentro de sí los ancestros, los espíritus de sus ancestros", dice este artista multidisciplinar que trabaja la fotografía, el vídeo, el sonido y la escritura. Fotografías, proyecciones y una instalación inmersiva componen la exposición The Edge, en la que confluyen diferentes series.

Información Relativa es la de retratos de personas de Rusia y toda América cuyas figuras ha sometido el fotógrafo a tiempos de exposición largos para hablarnos del tiempo. Los pies de foto de estos retratos son las coordenadas geográficas en las que esa persona y Álvaro Laiz se cruzaron, y aluden también al lapso de tiempo y la fecha en que se tomó la imagen, de manera que el visitante puede introducir las coordenadas en su móvil y ver el punto exacto donde se realizó cada retrato.

The Edge incluye también un políptico de 18 imágenes realizadas con la técnica del carbón transportado (S.XIX). "La imagen global es una de las primeras de Marte y están compuestas de pequeñas imágenes, emulsionadas con pigmentos que he ido recogiendo en los trayectos que he realizado", detalla el artista, que anteriormente a este trabajo realizó otro en el que acompañó en Siberia a cazadores de tigres blancos en un viaje por la tundra que terminó en Alaska.

La 'Caverna', una experiencia de misterio infinito

Potentes y bellas imágenes se suceden en el MUN en el tríptico audiovisual Mapa invisible, que reflexiona sobre el papel del territorio en la cultura. Sonidos grabados en su periplo por el continente americano con micrófonos de suelo, y sonidos de sondas en Marte, ponen la banda sonora a esta sugerente pieza concebida a modo de "senda entre el pasado profundo y el presente más inmediato", y que activa las grandes preguntas de la existencia: ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿adónde vamos?

Con ellas conecta también el visitante al adentrarse en la Caverna -así se titula la instalación inmersiva de The Edge-, una obra experiencial en la que el volumen de datos recopilados por Álvaro Laiz en el estudio genético en el que se involucró junto a más de 60 personas de los territorios por los que viajó, nos envuelven transformados en vibraciones que danzan por el equilibrio en la Tierra.

ACTIVIDADES PARALELAS

28 de abril, mesa redonda: 12.30 horas. Confluencias. Naturaleza y cultura: continuidades. Con Antonio Moreno, profesor de Historia Económica en la Factultad de Económicas de la UN; Alejandro Martínez, profesor de Antropología y de Pensamiento crítico; y Ana Villarroya, profesora del departamento de Biología Ambiental de la Facultad de Ciencias.

30 Quedarse sin rostro. De 10.30 a 13.00 horas.

5 de mayo, conferencia: 19.00 horas. Cómo hacer cosas con... nuestros ancestros. Con el artista Álvaro Laiz y Javier Novo, catedrático de genética.

6 de mayo, taller para adolescentes: Mapas genéticos. De 17.30 a 19.30 horas.

7 de mayo, taller infantil: Mapas genéticos. De 10.30 a 13.00.