- La fotógrafa Ouka Leele, fallecida ayer a punto de cumplir los 65 años, fue uno de los espíritus eclécticos de ‘la Movida’ madrileña al destacar con su obra de fotografías pintadas en lo que se vino a llamar la posmodernidad.
Bárbara Allende Gil de Biedma, conocida como Ouka Lele, irrumpió en la escena madrileña a principios de los ochenta con sus fotos coloreadas a la acuarela. Fue una de las protagonistas de ‘la Movida’ madrileña y se convirtió en un referente del arte contemporáneo, por lo que recibió el Premio Nacional de Fotografía en 2005.
Nació en Madrid el 29 de junio de 1957, en el seno de una familia de la alta burguesía bilbaína, los Allende de Neguri. Su padre era Gabriel Allende Maíz, un prestigioso arquitecto enamorado de la pintura; su madre, Victoria Gil de Biedma, hermana del poeta Jaime Gil de Biedma. La artista era también prima segunda de la política Esperanza Aguirre.
Ouka Leele estudió en el colegio Sagrado Corazón de Madrid, donde se impregnó de misticismo y después en el Montealto (relacionado con el Opus Dei). Desde muy joven escribía poesía y pintaba -la primera cámara se la regalaron en su Primera Comunión pero no la usaba-.
Estudió dibujo en la academia Orsini, con la idea de matricularse en la Facultad de Bellas Artes, pero al final no llegó a ingresar en la Universidad. A los 19 años decidió coger la cámara fotográfica porque el novio que tenía entonces le prohibía pintar, según relataría a Efeminista en una entrevista en 2019.
En 1976 conoció a dos personas que iban a ser claves en su vida, Ceesepe y José Alfonso Morera Ortiz, El Hortelano, dos jóvenes dedicados al cómic underground. Aunque primero mantuvo una relación más estrecha con Ceesepe, luego estaría unos años casada con El Hortelano.
En 1978 los tres amigos se instalaron en Barcelona durante tres años. Fue allí donde se le ocurrió la idea de pintar sus fotografías.
La revista Star, publicación mítica dentro del mundo underground, le pidió una foto en color para la portada y, como ella prefería el blanco y negro y nunca usaba el color, se decidió por una solución muy original; tomando como fuente de inspiración las viejas postales de principios de siglo, retoca a mano sus obras con acuarelas de fuertes colores dotando a la imagen de una fuerza sorprendente.
Después de superar problemas de salud por un linfoma a los 22 años, el éxito de Ouka Leele despertó con la llamada movida madrileña y fue elegida como fiel representante de lo que se llamó posmodernidad.
En 1987, el Museo Español de Arte Contemporáneo (MEAC) le dedicó una retrospectiva que recogía los diez años de trabajo. En 1992 inaugura en Londres una exposición individual de 42 piezas, retrospectiva de fotografías coloreadas a mano.
Premio Nacional de Fotografía 2005, Premio de Cultura de Madrid 2003 en la sección de Fotografía, su obra está colgada en las paredes de galerías y museos de París, Londres, Tokio o Nueva York.
En 2010 recibió el premio Isabel Ferrer y en 2012, la medalla de Plata de la Comunidad de Madrid y el premio Nacional de Fotografía, Piedad Isla, de la Diputación de Palencia.
En 2021, junto a su hija y la firma Picopico, lanzaron una colección de prendas recicladas o upcycling con antiguas batas como materia prima. Año en el que participa de nuevo en PHotoEspaña con una muestra de sus primeros años, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
“Supo retratar los colores de ‘la movida’. Seguiremos admirando su obra y cómo retrató nuestra ciudad”
Concejala de Más Madrid
“Su trayectoria artística significó un fogonazo de libertad, color y vitalismo en el cielo de nuestras vidas”
Vicepresidenta del Gobierno