Un canto a la belleza de la naturaleza, y a través de ella, a la vitalidad, la alegría, la paz y la calma tan necesarias para sobrellevar la aventura de la existencia, hace Natxo Barberena en su nueva exposición, que todavía puede visitarse, hasta el 30 de este mes de junio, en la Sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés.

Natxo Barberena, retratado junto a uno de sus cuadros de flores y mariposas sobre un limpio fondo blanco.

Bajo el título Emoción primaveral, invita a detener la mirada y disfrutar del acto contemplativo. “La exposición recoge un tema que siempre me ha inquietado y he querido plasmar, que es la belleza a través de la naturaleza. Y la belleza entendida también como ese golpe diferenciador dentro de la naturaleza, donde realmente se encuentra ese punto de color intenso. Eso que se sale de nuestro entorno, que es muy verde, muy marrón, muy gris a veces, es la flor, que surge en la primavera y te llena de color, es como una pincelada de un cuadro”, dice Natxo Barberena. Para él, la flor es “esa síntesis de cómo la naturaleza ha creado algo muy efímero pero a la vez muy bello”. Y la mariposa, muy presente también en estas obras, “es como una flor en movimiento, intenta mimetizarse con la flor, pero es dinámica y la flor estática. Esa danza que hacen, ese juego entre unas y otras siempre me ha atraído y me ha parecido maravilloso, y durante diferentes épocas he ido expresándolo con diferentes técnicas y de distintas maneras”, explica el artista.

La exposición se divide en dos partes: una pared recorre diferentes épocas del artista con el tema común de la flor y la mariposa, y en ella encontramos acuarela, collage, spray tipo grafiti o dibujo a mano; y la otra parte surge de la última exposición que hizo el artsita, en 2020 en La Fábrica de Gomas: Un mar de primaveras –título sacado de un poema de Arantxa Murugarren–. “Estaba montada el 14 de marzo, cuando nos confinaron. Entonces se cerró la galería y se quedó ahí expuesta. Se abrió a finales de mayo-principios de junio, con esa desescalada suave, con muchos miedos y temores, y no la vio prácticamente nadie, salvo mi familia y cuatro amigos. Por eso me apetecía volver a mostrarla”, reconoce Barberena sobre esta parte de la exposición realizada a base de rotuladores de colores sobre papel y que muestra “todo un desarrollo que había hecho de flores con mariposas sobre un fondo blanco queriendo expresar la paz, la quietud, el sosiego que en ese momento necesitaba y quería expresar de una forma muy libre a través de esa belleza intensa, apelando a la contemplación, a que tenemos que pararnos a mirar la naturaleza; porque estas obras aspiran a retener al visitante en esa mirada”, dice.

Para quien la contemple, la exposición será seguro un canto a la vitalidad y la alegría tan necesarias tras este duro periodo de pandemia. Para el autor tiene además otras connotaciones, ya que remite a “un momento personal complicado, en que mi familia y yo sufrimos un incidente muy gordo, importante –cuenta–, y salir de ahí de alguna forma supuso quitarme mucho lastre de muchas cosas. De ahí esa blancura que simboliza la limpieza que uno hace cuando sale de algo duro como para todos ha sido el confinamiento y la pandemia”, dice.