Volver a recuperar lo más básico tras dos años de pandemia, intentar poner en marcha alguna nueva iniciativa de las que en su día se quedaron colgadas en el limbo de los posibles a causa del covid, y, sobre todo, tentarse la ropa, que no está el escenario general de la música en directo como para demasiadas fiestas. En circunstancias normales, que el Festival de Jazz de Vitoria cumpla 45 ediciones, que se dice pronto, debería traducirse en un cumpleaños fundamentado en un cartel lleno de alicientes, sorpresas y algún que otro capricho, incluyendo unos cuantos nombres con mucho tirón entre el gran público. Pero se ha optado por ir con calma, entre otras cosas porque además se está lejos de recuperar los niveles presupuestarios anteriores a 2020.

De manera oficial, el certamen levanta el telón mañana, martes 12, para desplegar su cartel hasta el domingo 17, aunque en realidad una de sus nuevas secciones, denominada Jazz Up!, está en marcha desde el viernes. Esta propuesta es parte de uno de los objetivos fundamentales del evento en 2022: recuperar la calle. Por eso se han organizando una serie de conciertos con formaciones locales en puntos como la plaza Zumaia o la Virgen Blanca. Eso se va a unir con la recuperación de Jazz en la Calle, que la Iruña Brass Band protagonizará desde el miércoles 13, o con la puesta en marcha de un tercer escenario en el parque del Prado, donde la actividad se centrará el sábado 16 y el domingo 17 en el marco de Jazza Parkean.

Robert Glasper. | FOTO: EFE

El otro eje central sobre el que se basa la edición de este año pasa por devolver al festival a su casa tradicional, a Mendizorroza, tras el exilio de 2021 en un Iradier Arena que lo intentó con todas sus fuerzas pero que no pudo cumplir las expectativas. Esta vez ya no habrá conciertos en los que se escuche más a un tren que pasa que a los músicos y los conciertos no tendrán que terminar por imperativo a las 22.30 horas, dejando a los intérpretes sin poder hacer bises. El certamen quiere volver al hogar de sus dobles sesiones, a pesar de que tampoco sea el palacio soñado que algunos parecen querer vender. La situación que desde hace años soporta el polideportivo es también para hacérselo mirar. Claro que tanto su reforma –hay un plan guardado en un cajón desde principios de este siglo– como los cambios urgentes y profundos que requiere la plaza de toros parece que no están en ninguna agenda.

En lo musical

A partir de ahí, y al margen de la muestra de Javier de la Torre en el Centro de Exposiciones Fundación Vital y del ciclo de cine de la Filmoteca Vasca en Artium, los sonidos deberían ser los protagonistas de estos días tras un 2020 en el que el festival no fue posible y un 2021 muy marcada por las restricciones derivadas de la pandemia. No es que este 2022 sea el de la normalidad total, pero no hay duda de que la situación es diferente.

Más allá de que ya se esté desarrollando la sección Jazz Up!, el evento, como tal, se inaugura este martes, eso sí, con un único concierto en toda la jornada, el de la Euskadiko Ikasleen Jazz Orkestra (EIJO) en el Principal. No habrá nada más para el día de apertura de la cuadragésimo quinta edición. Punto.

Por contra, el miércoles 13 la actividad se multiplica. Lo hace porque se ponen en marcha los recorridos por la ciudad de la Iruña Brass Band, sendas que en este primer día arrancan en la Virgen Blanca. Hasta el 16, cada jornada habrá una actuación itinerante a las 13.00 horas y otra a las 19.30. Además, la formación navarra va a dar un taller y va a protagonizar, como ya hizo en 2019, una Second Line abierta a todos los músicos que quieran tomar parte, aunque hay que apuntarse de manera previa.

Además, el miércoles el Principal recibe al pianista y compositor armenio Yessaï Karapetian, dando paso después a la primera doble sesión en Mendizorroza. Tres años después, el evento vuelve a su casa y para ello se va a encontrar con un cartel con dos protagonistas con nombre propio: la contrabajista italiana Giulia Valle y la pianista brasileña Eliane Elias. La primera, asentada desde hace tiempo en Barcelona desde donde desarrolla también una importante faz educativa, acude a la capital alavesa para presentar a su ensemble. La segunda va a aprovechar para rendir homenaje al maestro Chick Corea, con quien colaboró en el disco Mirror Mirror, al igual que hizo con Chucho Valdés. A todo esto, también el Ciudad de Vitoria va a poner en marcha la sección Jazz de Medianoche, que hasta el 16 va a contar con la presencia de un buen amigo de Gasteiz, el pianista Cyrus Chestnut.

A partir de aquí, y sin perder de vista las programaciones paralelas de bares como el Extitxu, el Leniz o el Dublín, la estructura de jueves y viernes será la misma. Así, el 14 acudirán al Principal el pianista Marcin Masecki y el baterista Jerzy Rogiewicz para recordar el álbum Ragtime, que ya tiene casi seis años. En el polideportivo, por su parte, llegará la segunda doble sesión de este año. Abrirá la joven trompetista Yazz Ahmed, para dar paso al colectivo Snarky Puppy, que en teoría acudirá a esta cita con nueve de sus miembros, aunque en el grupo entra y sale gente según la ocasión.

El 15, por su parte, en el centenario teatro estará, por segunda vez, el saxofonista James Brandon Lewis, que repetirá la visita que ya hizo al mismo lugar en 2015. En el polideportivo, Xavi Torres presentará a su trío, mientras que Arturo Sandoval hará de las suyas, demostrando veteranía antes de volver a Estados Unidos, donde tiene fechas ya confirmadas hasta final de año.

De ahí se pasará a un fin de semana en el que va a llegar, en realidad, la gran novedad del festival este año, una idea que, eso sí, el certamen tenía sobre la mesa desde el cambio en su dirección aunque en 2019, por diversos motivos, no se dio el paso. Ahora sí, el parque del Prado abrirá un nuevo escenario en el que se quiere ofrecer una programación continuada desde el mediodía hasta las ocho de la tarde.

Así, el día 16, actuarán el alumnado del Conservatorio Jesús Guridi, los Andino Brothers y Travellin’ Brothers. Además, el Principal se despedirá esa jornada con el MC y batería Kassa Overall. En Mendizorroza se producirá además la última doble sesión de este año, esta vez contando con la tuba de Theon Cross y la esperada visita de Robert Glasper.

En lo que se refiere al cierre de esta cuadragésimo quinta edición, el 17 en el Prado estarán estudiantes de la Escuela Luis Aramburu y del Conservatorio Superior de Navarra, así como Magalí Sare y Manel Fortiá, DJ Toner 4tet & Erik Truffaz y La Señora Tomasa.

Eso sí, esta vez no habrá paso por el Principal. Es más, en el polideportivo no habrá doble sesión, todo se centrará en un único concierto, el que ofrecerá el rapero Kase O, que estará en la capital alavesa recuperando la gira del décimo aniversario del álbum Jazz Magnetism. Será el broche a un 2022 que está llamado a ser un año en el que recuperar sensaciones tras la pandemia y en el que apuntar algunos de los cambios a futuro que se querían hacer antes de la llegada del covid.