Con mucha ilusión y expectación. Así afrontan Ane Pikaza y María Goiricelaya su primera edición como directoras del Festival de Teatro de Olite. Por delante, una programación que apuesta por los nuevos lenguajes escénicos y por las dramaturgias contemporáneas, sin olvidarse de la participación, la inclusividad y la sostenibilidad de las compañías de teatro. Ambas desgranan las claves de la edición que se celebrará en la localidad navarra entre el 15 y 31 de julio.

A tan sólo unos días de levantar el telón de esta edición, ¿cuáles son las sensaciones?

–Ane: Ilusión, expectación y muchas ganas de arrancar y habitar por fin está edición en la que hemos puesto tanto trabajo y cariño. Ahora mismo la ciudad de Olite ya está vestida de gala esperando a público y artistas para formar parte de esta celebración tan especial.             

Este año debutan como directoras del festival, ¿qué relación tenían con Olite y su festival? 

–María: Conocíamos el festival porque es un clásico en las citas veraniegas de teatro y teníamos relación con distintas compañías que han participado en el mismo. A lo largo de este año hemos tenido la posibilidad de conocer más el entorno y este mes vamos a sumergirnos directamente en Olite, algo que seguro nos ayudará a mejorar el proyecto para los próximos años.  

Tras los largos meses de trabajo para dar forma a esta edición, ¿se ha intensificado la relación con la localidad navarra?

–Ane: Por supuesto. Desde el inicio hemos intentado contactar tanto con artistas y creadoras de navarra como con las distintas instituciones y agentes culturales. Queríamos dar continuidad a las colaboraciones que se venían dando, ampliando las mismas y pensando en nuevos proyectos para las siguientes ediciones. Queremos que Olite sea una celebración del territorio y del buen arte que se hace aquí.

Su elección como directoras fue un hito para el festival, ya que éste nunca había contado con un mandato femenino. ¿Cómo ven este cambio?

–María: En nuestro proyecto de Dirección Artística planteamos claramente la idea de un festival paritario que apoye la presencia de creadoras, dramaturgas, directoras y mujeres de las artes escénicas. Para nosotras es crucial reivindicar espacios en los que las mujeres tengamos grandes oportunidades; Olite quiere ser este lugar, ese festival de teatro en femenino. Asimismo, queremos propuestas que apuesten por los nuevos lenguajes escénicos y las dramaturgias contemporáneas con perfil marcadamente social, intergeneracional y con la mirada puesta en la participación, la inclusividad y la sostenibilidad de las compañías. También se plantea la formación y creación dentro del propio festival, una línea que nos parece especialmente interesante para el encuentro y la relación entre distintos creadores. 

Profesionalmente, ¿sienten que, poco a poco, en el sector se están comenzando a dar ciertos cambios y las mujeres van tomando parte en puestos directivos?

–Ane: Nos encantaría ser más positivas y, sin duda, estamos avanzando y se están aplicando leyes que así lo garantizan, pero la realidad nos arroja datos certeros y preocupantes sobre la posición de las mujeres en las artes escénicas. En 2018 el porcentaje de mujeres en puestos de dirección artística era de entre el 4% y el 18%. A pesar de las medidas puestas en práctica, las mujeres en puestos de máxima responsabilidad (con categorías de dirección general o superior) no superamos un tercio del total. 

–María: Aunque el siglo XXI ha supuesto una emergencia de las autoras y directoras en parte gracias a políticas de apoyo social e institucional, no lo es menos que, en muchos casos, dicho apoyo se presta sobre todo a creadoras jóvenes y desde una actitud todavía demasiado próxima a los patrones del patriarcado, silenciando la labor de las creadoras contemporáneas maduras. Faltan modelos femeninos de éxito que hayan logrado mantener visible en el tiempo su trayectoria profesional. Olite tiene que ser su nido.

Ésta será también la primera vez que el festival esté codirigido, ¿el trabajo conjunto enriquece las programaciones, al contar con más puntos de vista e ideas?

–Ane: Es una práctica que se va extendiendo y algo a lo que nosotras estamos muy habituadas: nos complementamos muy bien y es una buena forma de enriquecer el proyecto. Juntas la mirada se diversifica, es más plural, más amplia; a todos efectos, mejor.

Ane, ¿qué cree que aporta María Goiricelaya a la gestión teatral del festival?

–Ane: Es una fuente de energía inagotable llena recursos y conocimiento.

Y María, ¿qué suma Ane en la gestión teatral del festival?   

–María: Ane es esa mirada sensible, acogedora y soñadora. Un lince como gestora y una artista de altísimo nivel.                                

¿Qué retos a corto plazo se han marcado como directoras del Festival de Teatro de Olite?

–María: Generar un festival con una idiosincrasia propia, con una identidad propia, capaz de aportar nuevas miradas a su entorno social, creativo y artístico. Un lugar que tienda puentes transitables entre artistas y espectadores.

El pliego del contrato puede prorrogarse por años sucesivos, con un máximo de tres prórrogas. Mirando a futuro y de extenderse la vinculación con el festival, ¿qué sello les gustaría dejar en Olite durante este tiempo?

–Ane: Desde el inicio ha sido un proyecto que mira a cuatro años, un tiempo que creemos necesario para alcanzar los objetivos presentados y poder implementar y testear ciertas propuestas. Ya estamos imaginando, por ejemplo, el festival de Olite de manera más expandida, poder trabajarlo durante el año con residencias, producciones, trabajo con públicos, educación. Un trabajo menos visible pero que es de base. Nos encantaría también profundizar en el ámbito internacional. Poner Olite en el mapa y hacer de éste un sello sólido y referente entre los festivales del Estado.                                                                      

De cara a la edición de este año, ¿cómo definirían la programación que veremos en Olite?

–Ane: Una programación paritaria, participativa, con temáticas de gran calado social e intergeneracional. Una programación que se equilibra a través de sus distintas propuestas para hacer eco de nuestra sociedad y que nos permite a su vez disfrutar de experiencias únicas, bellas y divertidas. Una programación, fresca, sensible y comprometida.

Once de los veintidós espectáculos que se podrán verse en el festival están creados por mujeres. ¿Se ha diseñado una programación que busca convertir Olite en espacio paritario?

–María: Sin duda, como señalábamos al inicio de la entrevista, para nosotras esta era una línea inamovible; un compromiso que esperamos se mantenga más allá de nuestra dirección.

También se ha programado un montaje en euskera, ¿se buscará darle más espacio y lugar a espectáculos en esta lengua?

–Ane: Dentro de nuestro proyecto se encuentra también el promover el euskera. Este año tendrá presencia a través de la pieza Ilargiaren atzean. Nos parece un cambio reseñable el hecho de que por primera vez habrá presencia del euskera dentro de la programación oficial del festival. Para los próximos años buscaremos la forma de ampliarla.                          

Todo ello, además, sin olvidar la presencia de compañías navarra y nueve espectáculos programados son de sello foral. ¿Dar espacio y voz a artistas navarros es fundamental para el festival?

–Ane: Olite es su cita escénica más importante y es vital que este festival sea un impulso para sus proyectos. Este año tendrán presencia tanto en el espacio de La Cava como en Beire y Tafalla. Por otra parte para esta edición se han planteado dos residencias para compañías Navarras para las que hemos recibido 17 solicitudes, algo que subraya el interés y la necesidad de las compañías navarras de contar con espacios de investigación donde poder comenzar con el desarrollo de sus proyectos. El último fin de semana también contaremos con un encuentro abierto con las compañías navarras, algo que nos hace especial ilusión.

Al igual que otros años, la programación también se abre a otras disciplinas como la música o la danza. ¿Se va a continuar apostando por ese carácter interdisciplinar?

–María: El teatro bebe incesantemente de otras disciplinas, haciendo conexiones interdisciplinares muy enriquecedoras. Hay conciertos que son verdaderas puestas en escena y la danza es sin duda otro lugar de intersección que siempre tendrá lugar en el festival de Olite. Aunque el carácter que prevalece es el de un festival de teatro, queremos tender la mano a otras disciplinas y enriquecer la programación y el disfrute del festival.

A modo de cierre, pongamos la mirada en el público: cuando se acerquen a Olite, ¿qué les gustaría que sucediese?

–Ane: Que el festival les permita sumergirse en cada una de las propuestas únicas que se presentan, que volvamos a disfrutar en comunidad y sin miedo de algo tan maravilloso como es el teatro.

–María: Que el público vibre, se emocione, se ría y ante todo, reflexione. Que Olite sea esa herramienta que nos invite a ser mejores.