El Festival de Olite, que comenzó el pasado 15 de julio, finaliza hoy con su última representación, Malvivir. Después de dos semanas y 22 espectáculos, el festival de teatro bajo el telón hasta el próximo año.

Maria Goiricelaya y Ane Pikaza afrontaban este año un gran reto, su primera edición como directoras en Olite. Las responsables despiden el festival que, como ellas mismas apuntaban, “es una cita única y muy importante”, haciendo un balance muy positivo.

Agradecidas con la acogida del público, consideran que su apuesta por la diversidad y la presencia femenina ha tenido una gran respuesta por parte de los asistentes: “Nos hemos encontrado con una edición muy especial. El público ha respondido muy bien a la nueva propuesta, por lo que estamos muy contentas”, señalaba Maria Goiricelaya. 

Durante la segunda quincena del mes de julio, el escenario de La Cava se ha convertido en una apuesta segura e idónea para las noches de verano, tanto para los más pequeños como para los mas mayores. 

Pretendíamos ofrecer una mirada diversa que dotase al festival de un espectro más amplio en cuanto a la programación. Además, queríamos que fuese para todos los públicos, para que niños, jóvenes y mayores se sintiesen identificados y pudiesen disfrutar”, apuntaba. 

“Ane y yo llevamos mucho tiempo trabajando juntas y nos conocemos muy bien. Para nosotras Olite era un reto y creo que lo hemos afrontado con mucha ilusión y mucha alegría”, contaba. 

No solo ellas despiden Olite de con buenas sensaciones, sino que los asistentes también se han mostrado muy satisfechos con esta última edición. 

“Creemos que el público se queda con una sensación muy buena, o al menos, así nos lo han hecho saber. Nos han contado que el cambio de dirección artística se nota y que incluso se respira otro ambiente en las calles.

Ambas directoras pretendían teñir Olite de morado y situar a la mujer del mundo del teatro en primera plana, y así lo han hecho: “Reinvidicábamos un Olite muy de mujer, un Olite donde las dramaturgas, las creadoras y las directoras tengan su espacio para exhibir y compartir”. 

“Durante estas tres semanas que hemos podido vivir aquí, Olite nos ha envaucado. Hemos aprendido mucho y hemos tenido la oportunidad de conocer a un montón de gente del pueblo y de establecer nuevas relaciones, que para nosotras es muy importante. Queríamos un festival por y para el pueblo, y creo que lo hemos conseguido”, destacaba. 

Las bilbainas, que han logrado su objetivo con creces, despiden la edición con mucho cariño, tanto hacia su público, como a las compañías teatrales que han participado en el festival y al propio pueblo de Olite y sus vecinos.