Casi medio siglo sobre los escenarios. Éso es lo que festejará Carmen Linares (Linares, Jaén, 1951) con su último espectáculo, 40 años de flamenco, donde resume “lo más importante” de su vida artística. Una trayectoria que comenzó en su Linares natal, para forjarse en los tablaos de Madrid y, posteriormente, triunfar en teatros de todo el mundo. Y que ahora, de la mano del festival Flamenco On Fire 2022, recala este miércoles en el Teatro Gaztambide de Tudela para celebrar estas cuatro décadas de escenarios con el público ribero. 

Regresa a la Comunidad Foral tras obtener el pasado mes de mayo el Premio Princesa de Asturias 2022 junto a María Pagés. ¿Qué supuso este galardón?

–Fue una alegría muy grande. Es un premio que tiene mucho prestigio y es un reconocimiento a toda mi carrera. Es un reconocimiento al flamenco, que ha significado muchísimo en mi vida y es también una de las mejores músicas en el mundo. Así que estoy doblemente agradecida y contentísima. No me lo esperaba y está el mundo del flamenco muy contento. 

¿Este premio es un reconocimiento al mundo del flamenco en general y a las mujeres flamencas en particular? 

–Por supuesto, en el mundo del flamenco la mujer ha sido un pilar también. Ha habido muchas mujeres muy importantes, tanto en el cante como en el baile. En la guitarra no hay tanta tradición y hay mujeres que tocan las guitarra muy bien, pero todavía tiene que pasar un tiempo para que se consolide más. Yo en 1996 hice Antología de la mujer en el cante y también puede haber influido haber hecho un trabajo muy bien documentado sobre todos los cantes que han aportado las mujeres al flamenco. 

De entonces a ahora, ¿cómo ha cambiado la situación de las mujeres en el mundo del flamenco? 

–Ahora hay más libertad, comprensión y tolerancia. Antes, cuando una mujer se dedicaba al flamenco, había rechazo en el entorno familiar y no estaba bien visto. No fue mi caso ni el de María Pagés, que hemos tenido todo el apoyo familiar y hemos luchado en otro sentido... Pero en el entorno de la familia hemos tenido suerte y no cabe duda de que hay mujeres que se han quedado en el camino. Ahora, además de haber más comprensión y tolerancia, la mujer está más resuelta y si no lo en tu familia no lo quieren pero a ti te apetece, lo haces. Afortunadamente, ahora la mujer está educada de otra manera. 

Viajemos a sus comienzos en el mundo del flamenco, allá por la década de los 70. ¿Cómo recuerda aquellos inicios sobre los tablaos?

–En los 70 estaba ya en Madrid y llegué cuando había una gran cantidad de artistas de flamenco y muchísima actividad. Estaban Camarón, Morente, La Perla de Cádiz, Fosforito... He tenido la suerte de poder entrar en ese mundo del flamenco con artistas de muchísima categoría, de escucharlos en directo y de tomar el pulso que tenía el flamenco en ese momento. Para mí fue una suerte irme a Madrid, era donde más trabajo había. Después, cuando ya se estabilizó todo, muchos artistas volvieron a Jerez, a Sevilla... pero en esos momentos había mucho trabajo en Madrid. Lo recuerdo con cariño y como una época de juventud, de querer aprender y de estar como una esponja teniendo vivencias que luego dejan ahí huella.

“Poder hacer algo junto a Pepe Habichuela va a ser un momento mágico, hemos actuado mucho juntos”

Esta trayectoria la ha resumido en 40 años de flamenco, el espectáculo que va a presentar en Tudela. ¿Qué nos vamos a encontrar en el Teatro Gaztambide? 

–Es un recorrido por lo que considero más importante de mi vida artística. Llevo 50 años cantando, estuve 10 años cantando para el baile, y como solista llevo 43 años y eso es lo más significativo para mí: mi fusión con los poetas, algo de las canciones de Lorca, también por supuesto el cante jondo de la Antología... Y haremos un recorrido por algo de Miguel Hernández, de Juan Ramón Jiménez... 

¿Quiénes le van a acompañar en el escenario?

–Llevo una bailaora estupenda, Vanesa Aibar, y guitarra, palmas, coros... Y también a un artista invitado, que es Pepe Habichuela. En todos los espectáculos llevo un artista invitado y en este caso Pepe es un artista con quien hemos actuado mucho juntos y me parecía estupendo que él estuviera y poder hacer algo juntos en Tudela. Va a ser un momento mágico. 

Y cuatro décadas sobre los escenarios, ¿se pueden resumir en una palabra?

–Es difícil, pero he tenido una trayectoria coherente. He tratado de dignificar el flamenco siempre y de sentirme a mí misma y de darlo todo. También he podido compaginar mi vida familiar con mi vida artística y creo que eso luego se nota. Hay tiempo para todo y el darle también tu sitio a otras cosas que te llenan, como la familia, luego a la hora de cantar eso se refleja. Siempre he tratado de ser honesta con el flamenco y conmigo misma también. 

Con este espectáculo regresa además a un festival que ya conoce bien, ya que anteriormente ya ha formado parte de su cartel en anteriores ediciones. ¿Cómo es su relación con el Flamenco On Fire y con Pamplona?

–Es un festival en el que ya he actuado varias veces y estoy encantada de volver, porque creo que el Flamenco On Fire ya está consolidado. Aparte, también he actuado muchas veces en Navarra, porque al margen del festival hay muy buena afición por el flamenco. Así que estoy muy contenta de volver. 

“Todos los guitarristas que se precien en el mundo del flamenco han tenido a Sabicas como faro”

Un festival que nació hace nueve años con el objetivo de rendirle homenaje al maestro Sabicas en la tierra que le vio nacer. Mirando a referencias e influencias, ¿para Carmen Linares, Sabicas es…? 

–Sabicas es un maestro de maestros. Es un maestro al que han seguido Paco de Lucía, los Habichuela... Todos los guitarristas que se precien en el mundo del flamenco han tenido a Sabicas como faro. Ha sido un guitarrista muy importante y con una gran personalidad también. Se escucha el toque de Sabicas y se sabe que es él, o si hay un guitarrista haciendo cosas de Sabicas, se sabe también.