Usted se dio a conocer utilizando la música tradicional, el folclore, algo que no era muy habitual en una artista joven.

–Siempre había estado cercana a la lectura, las artes populares, la pintura, la artesanía, la mitología, la historia… Yo soy de San Antolín, un pueblo muy pequeño de Asturias. Está es una zona un poco incomunicada y aquí la gente guarda muchos recuerdos del pasado, muchas tradiciones. También se guarda la manera tradicional en las edificaciones, por ejemplo. Cuando empecé a componer canciones, me inspiraba mucho en todos esos elementos. La música tradicional contiene mucha poesía y explica cosas importantes de una manera que todo el mundo las puede entender, eso siempre me llamó la atención, creo que por eso me inspiré en ella para de describir el mundo que tengo a mi alrededor. 

De un tiempo a esta parte, la música tradicional cada vez más presente en artistas como usted, los Hermanos Cubero, Rodrigo Cuevas, o artistas más pop como Vetusta Morla o Rozalén.

–Sí, parece que últimamente hay muchos artistas trabajando con la música de raíz y la música tradicional, apoyándose en esa base. Es curioso, porque, hasta hace unos años, era una música que no tenía mucha cabida en el panorama contemporáneo. No estaba tan bien considerada por los artistas más jóvenes. Pero la música tradicional tiene mucha influencia en el pop contemporáneo; pienso en Latinoamérica, donde se tiene mucho en cuenta su folclore para partir de ahí y hacer algo nuevo. Aquí, en España, parece que por fin se está empezando a valorar. Es normal, porque forma parte de nuestra cultura y tiene muchísima riqueza. 

Usted siempre ha ido a su aire, marcando sus propios tiempos, por ejemplo a la hora de publicar nuevo material. ¿Eso le ha generado algún dilema?

–Pues la verdad es que sí, me ha generado cierta incomodidad. Siempre he pensado que hay algo que está por encima de mí, que es donde me nace la necesidad de expresarme y de compartir cosas con los demás. Eso es lo primero, está por encima de todo. Intento que mi música fluya de la forma más libre posible, y eso no siempre se adecúa con la manera en la que se supone que se deben hacer las cosas. Pero nunca me he planteado hacer las cosas de otra forma, eso sería coartar esa libertad. Cuando te dedicas al arte, no debes permitirlo. También hay que vivir, claro, y ganar dinero para pagar el alquiler. Hay que encontrar un equilibrio, ir organizando tu vida de acuerdo con eso que está por encima.

“Cuando no sabes muy bien dónde poner algo, lo etiquetas, pero las etiquetas hacen las cosas más pequeñas”

No sé si es por ese ir a su aire que le han encuadrado dentro del indie, aunque sé que a usted no le gusta ese estilo.

–La verdad es que no. No por nada, pero nunca he escuchado ese tipo de música, no me ha interesado y no creo que sea lo que yo hago. Cuando no sabes muy bien dónde poner algo, rápidamente lo intentas etiquetar, pero las etiquetas cierran las cosas, las hace más pequeñas. 

Quizás la relación venga porque ha tenido contacto con artistas del indie: Napoleón Solo, Soleá Morente… Incluso Nacho Vegas le dedicó una canción.

–Claro, porque una puede relacionarse con todo tipo de personas, eso no quiere decir que hagamos todos lo mismo. Todos los que has nombrado son amigos míos y, si hemos hecho cosas juntos, ha sido precisamente a partir de esa amistad, sin importar el ámbito.

Hablando de colaboraciones, la última y más reciente ha sido con Julio Bustamante, con quien ha cantado su 'Pobles al costat del riu', en valenciano.

–Este proyecto surgió de manera natural, no fue nada planeado. Me apetecía tocar canciones que me gustan mucho con esta instrumentación: laudes, bandurrias, guitarras… Instrumentos de cuerda inspirados en la rondalla, las orquestas de pulsa y púa. Con esta sonoridad se puede tocar cualquier tipo de canción, no está limitada a unos estilos concretos. No hacemos una versión idéntica a la original, sino que intentamos compartir lo que yo escucho en esas canciones. Las hacemos de manera sencilla: el esqueleto, la esencia de las canciones. Cuando tenemos conciertos, nos quedamos un día o dos más en el lugar que sea y aprovechamos para capturarlas en vivo; lo hacemos en el estudio de algún amigo, y en este caso tuvimos la suerte de poder contar con Julio Bustamante. Va surgiendo en cada canción. Además, así nos quedamos un tiempo en los sitios, no me gusta ir, tocar y volver. Me está gustando mucho este proyecto porque surgen cosas inesperadas, van saliendo cosas de manera natural. Cuando trabajo en mi música, soy muy detallista y obsesiva, pero aquí me dejo llevar y siempre aparecen cosas que te sorprenden.

Al margen de estas canciones, ha escrito la banda sonora del documental ‘Yo voy soñando’, que habla sobre unas pastoras de ganadería extensiva, lo cual tiene bastante que ver con su forma de ver la música, tan unida a la tierra ¿no? 

–Sí. Me llegó esta invitación de estas mujeres ganaderas. Estaban haciendo este documental para explicar el trabajo que hacen, que tradicionalmente ha sido un trabajo masculino, pero ellas le dan otra visión. Estoy muy de acuerdo con su manifiesto y quise participar. 

“La música tradicional explica cosas importantes de una manera que todo el mundo las puede entender”

¿Sobre qué va a tratar la charla de Civican?

–La idea es expresar mi proceso creativo, de dónde me viene la inspiración, cómo me planteo la composición. Aderezaremos la charla con alguna canción.

Sin querer destripar lo que contará, ¿cuál es el impulso que le hacer crear?

–Me parece muy interesante hablar de la creatividad, porque no solemos tratar ese tema. Desde fuera igual parece que es muy fácil, que sale solo, pero realmente es un proceso en el que muchas veces te sientes perdida, no sabes bien por qué lo haces, te entra miedo… Es difícil. Dándole vueltas a esto, yo he llegado a la conclusión de que lo que tiene que hacer un artista es conseguir un silencio dentro de sí mismo, porque vivimos rodeados de mucho ruido, de todo tipo: acústico, de imágenes, de ideas… Vivimos con una especie de velo que no nos permite ver la realidad. Procuro crear ese silencio dentro de mí y conectarme con lo que hay detrás de ese velo. Y lo que encuentro, lo muestro a los demás.