A partir de junio los centros educativos se despiden por vacaciones, la gente desconecta, los días se vuelven más largos y el tiempo libre aumenta, y con él las horas dedicadas a las lectura. Y es que, pesar de que la Navidad y el 23 de abril son las épocas más significativas en la demanda y venta de libros, el verano no se queda atrás. De hecho, desde la organización de Bibliotecas de Navarra, Laura Irulegui informa de que entre el 15 de junio y el 8 de agosto, las prestaciones han aumentado en 10.000 personas respecto a 2022. Vivir otras vidas, viajar a otros siglos, continentes e incluso dimensiones, se plantea como la distracción perfecta para aquellos que dedican parte de su verano a leer. 

El mérito de acercar la literatura a los usuarios navarros reside, en gran medida, en las bibliotecas. Ellas son las encargadas de despertar el interés hacia todo un universo de letras, autores, escritoras e historias . Además de una amplia agenda en la que se incluyen diversas actividades, como exposiciones y talleres, este año, por ejemplo, la Biblioteca de Berriozar ha inaugurado la campaña Leer te lleva lejos, enfocada a los jóvenes y los más pequeños, una propuesta a la que se han sumado otras 8 bibliotecas navarras. La iniciativa consiste en que, cada vez que una persona lee un libro, obtiene la recompensa de un kilómetro. La suma de préstamos ha hecho que los lectores “viajen” desde las Bardenas hasta Sicilia, una aventura que tiene 5 paradas pendientes secretas que alcanzarán en lo que queda de verano. A través de esta propuesta, las bibliotecas hace ver que “leer es divertido y que el servicio que se ofrece no para, ni en verano”, declara Irulegui. Entre las diferentes propuestas, también existe la legendaria bibliopiscina, instalada en Noáin, Mélida y Tudela, donde sus piscinas ofrecen libros para leer en el recinto y los posteriores prestamos. 

Novela negra

Para aquellos que prefieren tener su propio libro, las librerías son una apuesta segura. Elkar es una de las más transitadas en Pamplona y a pesar de estar acostumbrada a un ir y venir de gente continúo, una de sus dependientas, Irache Torres, percibe que en verano la gente dispone de más tiempo libre, por lo que la gente lee más y la clientela aumenta. La lectura se asocia a la desconexión, y para ello, muchos de los clientes recurren a novela negra, como El ladrón de rostros, de Ibon Martín o En la sangre, de la navarra Susana Rodríguez. En la categoría de ficción, bastante recurrente para los meses calurosos y para huir de las preocupaciones del día a día, es popular El viento conoce mi nombre, la novela de Isabel Allende, en la que Samuel, que relata como un niño consigue emprender una segunda oportunidad gracias a los sacrificios de su madre, es una de los favoritas entre los lectores y lectoras. Aunque hay quienes se acercan a Elkar a por temas específicos, como ensayos, la mayoría del público acude en busca de libros amenos y de ficción. 

Como recomendación de lectura veraniega, Irache Torres señala Henry III Rey de Navarra, una muerte honrosa, escrito por Begoña Pro Uriarte. El libro trata sobre la historia del monarca y es un tema más local, sumado a Los años del silencio, en el que, inspirado en hechos reales Álvaro Arbina relata la desaparición de una mujer junto a sus seis hijos en un pueblo de Bidasoa, coincidiendo el oscuro escenario de la Guerra Civil. Para los más viajeros y playeros, existe la versión de bolsillo, un formato pequeño y ligero a la que cada vez más gente recurre como compañero de vacaciones. 

Cuando acaba el curso escolar, la librería nota un incremento de madres y padres que invitan a sus hijos a llevarse libros para inculcarles un hábito lector que refuerce las lecturas obligatorias del curso. 

Leer, una experiencia

Camuflada entre los comercios de la Calle Mayor, la librería Katakrak ofrece una experiencia un tanto especial, ya que, para acceder a ella, sus clientes deben atravesar una cafetería, por lo que cuentan con la posibilidad de tener la experiencia completa, un buen libro acompañado de un tentempié. Xabier Maeztu, dependiente de Katakrak, reconoce que el verano es una fecha señalada, no tanto como Navidad o el Día del libro, pero el incremento de clientes durante esta estación es notable, admite. Muchas personas le confiesan que se disponen a comprar “el libro de las vacaciones, ese que les acompaña al monte o a la playa”. Los géneros que más triunfan entre su clientela son la novela, pero también el ensayo y temas científicos, por lo que la tendencia de los lectores de Katakrak es diversa, no se puede clasificar, es lejana a los bestsellers, pero también tienen sus favoritos, como Esta guerra no termina en Ucrania, o El efecto clase media: crítica y crisis de la paz social. En el primero de ellos, Raúl Sánchez relata la posición de Ucrania, que se remonta al siglo XX desde la perspectiva de los más desfavorecidos. Por su parte, el segundo título, escrito por Emmanuel Rodríguez, ofrece una radiografía de la clase media.

Las estanterías de esta peculiar librería están repleta de temáticas, títulos y géneros diversos, entre los cuales Xabier Maeztu recomienda el ensayo histórico de Los jacobinos negros, de C.L.R James y en cuanto a novelas, apunta la tragicomedia de Jhon Kennedy, La conjura de los necios. Como apreciación, las mujeres forman la mayoría de la clientela, en especial el público es más adulto, pero también es diverso.

Desde una perspectiva más comercial, en El Corte Inglés Myrian Gámez confirma que la sección de libros incrementa sus visitantes en verano, en especial las estanterías con ediciones de bolsillo. “Están adaptados a las vacaciones, ya que no supone esfuerzo llevarlos en el bolso e ir de la playa a la piscina. Además, son más económicas, algo atractivo para un público juvenil que recurre a novelas románticas, de escritoras como Alice Keller, e incluso a historias llevadas a Netflix”, afirmaba Gámez. Aunque el público cada vez busca más la comodidad, el ebook no llega a convertirse en la primera opción para los lectores, ya que aún es popular el romanticismo del papel, por lo que, el culto al libro físico sigue en el podium (al menos en verano).

En la gran superficie abundan las demandas de novelas negras y románticas, entre las cuales destacan El ladrón de rostros, de Ibón Martín y No me gusta mi cuello, de Nora Ephron, una experiencia autobiográfica repleta de consejos de su autora. A la hora de hacer una recomendación, Gámez se decanta por el libro ¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal?, de la escritora inglesa Jeanette Winterson, un libro que recoge memorias y cuyo título está inspirado en la madre de la escritora. 

Los usuarios

En cuanto a los lectores y lectoras de verano, hay quienes siguen la rutina a la que están habituados el resto del año. Maite Valles y Manel Manllas son habituales en las librerías. Les gusta ojear los títulos nuevos y divagar por diferentes secciones durante todo el año. Los dos universitarios son lectores habituales, fieles al libro físico y abiertos a descubrir diferentes géneros narrativos. 

Durante el verano, Maite “no siente la necesidad de recurrir a lecturas amenas o de ficción”, la estación más calurosa del año no le aleja de libros más densos, como los ensayos. Sin embargo, su amigo Manel reconoce que tras las lecturas reflexivas que le exige su carrera, el verano se presenta como la perfecta ocasión para leer novelas más apetecibles. 

Por otro lado, una lectora que escuchaba cómo los jóvenes se decantaban por el formato clásico, ella sigue prefiriendo el ebook, un recurso que le resulta más cómodo, ligero y apropiado para viajar. A través de él tiene acceso a multitud de lecturas “más relajadas”. Como esta usuaria, hay también quienes prefieren leer a través de la pantalla del ebook, una alternativa que ofrece, entre otros comercios, Fnac, que a pesar de tener dispositivos tecnológicos, la mayoría de lectores que acuden a su interior recurren a los libros físicos, aunque sus empleados confiesan que en años anteriores la tendencia ha sido la contraria.

Lo importante es leer y viajar a través de los libros, en verano y el resto del año. Ya que, en papel o en ebook, la lectura esconde auténticos placeres en los que sumergirse.