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Música

Crítica del concierto de Manuel Carrasco en el Navarra Arena: en el centro de la diana

Se despidió con una bulería en la que repasaba escenas de la vida cotidiana de Pamplona (la cuesta de Santo Domingo, los garroticos de Beatriz o la campana María)

Fotos del concierto de Manu Carrasco en el Navarra ArenaIñaki Porto

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En la recta final de su gira Corazón y flecha, Manuel Carrasco llegó a Pamplona. Algo más de cinco mil personas se acercaron al Navarra Arena para escucharle. Durante los veinte minutos de retraso, el público ya salivaba con la disposición del escenario, que hacía presagiar una noche espectacular: espacio para bastantes músicos (teclados, guitarras, percusiones, saxo, batería, coros…); grandes pantallas, tanto en la parte trasera como en los laterales; el contorno enorme de un corazón que nacía en el fondo de las tablas y emergía oblicuo por encima de los donde se situarían los músicos; y una pasarela de unos ocho metros que se introducía en el público y que, a la postre, sería el elemento que más juego daría durante la velada. Cuando por fin comenzó la actuación, se confirmaron los buenos augurios, pues Manuel Carrasco apareció empuñando un arco; se situó en el extremo de la pasarela, tensó la cuerda y, en el momento de disparar la flecha, está se iluminó. Un arranque impactante que supo captar la atención de la concurrencia. En las dos horas siguientes, el onubense se encargó de que nadie se despistara ni por un segundo.

Porque, por encima de lo espectacular de su actuación, de las luces, los focos, el sonido, los fogonazos, los globos y el confeti, si hubo algo que destacó fue el carisma de Manuel Carrasco, que con su atuendo setentero (pantalones de campana, colgantes, pulseras y grandes anillos), se reveló como un extraordinario frontman; de los que sudan bien la camiseta y se comen cada centímetro del escenario; de los que agarran a su público de la pechera y lo zarandean para que no pierda intensidad ni implicación. Tras una pequeña intro en la que el saxofón dibujó las notas del Uno de enero, llegó un primer bloque de canciones en las que colocó varias de su último trabajo, como la que le da título, Corazón y flecha, Hay que vivir el momento o Ayer noche, un buen ejemplo de flamenco pop según los postulados de Alejandro Sanz. Entre los rescates de trabajos anteriores, destacó especialmente Uno x uno, que el público se encargó de cantar.

El concierto fue muy dinámico, recogiendo algunas de sus piezas más celebradas, como Y ahora, Bailar el viento (estas las interpretó unidas en un medley), No dejes de soñar o En el bar de los pesares (en la que el saxo tuvo espacio para lucirse), e introduciendo puntos de inflexión que rompieron cualquier atisbo de rutina. El primero llegó cuando el cantante se quedó solo con su guitarra para interpretar una sentida versión de Agua, de Jarabe de Palo, y una mucho más animada de Volando voy, de Camarón. El segundo, ya en los bises, cuando apareció cantando entre el público, y poco después, cuando le subieron un piano a la pasarela y cantó un par de canciones enfrente de las teclas. Se despidió con una bulería en la que repasaba escenas de la vida cotidiana de Pamplona (la cuesta de Santo Domingo, los garroticos de Beatriz o la campana María). Se esforzó y su público se lo agradeció. Diana.

CONCIERTO DE MANUEL CARRASCO

Intérpretes: Manuel Carrasco (voz), Rober Sánchez Lavella (guitarra), Francois Le Goffic (guitarra), Pepe Curioni (bajo), Cristian Chiloé (batería), Javier Lozano Sánchez (teclados), Pucci (coros) y David Carrasco (saxo). Fecha: 14/10/2023. Lugar: Navarra Arena. Incidencias: Unas cinco mil personas.