La escritora catalana Cristina Fernández Cubas, maestra del relato fantástico, ha sido galardonada con el Premio Nacional de las Letras Españolas, correspondiente al año 2023, anunció ayer el ministerio de Cultura y Deporte.

El jurado de este galardón, dotado con 50.000 euros, destaca a la autora “por la magia de su narrativa que la ha llevado a ser considerada como una de las mejores cuentistas españolas”. Y también “por el dominio fascinante del empleo de la concisión para narrar historias, que se nutren de la literatura fantástica y que hace llegar al lector de manera intensa hasta cambiar la forma de entender las cosas”.

“Es una autora ineludible que nos invita a pensar en los límites entre la realidad y la ficción, una creadora exquisita que siempre quiso contar”, indicó el jurado presidido por la directora general del Libro, María José Gálvez.

Fernández Cubas (Arenys de Mar, Barcelona, 1945) obtuvo el Premio de la Crítica, el Nacional de Narrativa y el Premio Dulce Chacón por su libro de relatos La habitación de Nona (2015). Estudió Derecho y Periodismo, profesión que ejercería posteriormente y es una de las más destacadas autoras del género de relato breve en España.Entre sus obras destacan Mi hermana Elba (1980), Los altillos de Brumal (1983), El ángulo del horror (1990), Con Agatha en Estambul (1994) o Parientes pobres del diablo (2006).

La autora considera que los intentos de censura actual sobre obras de autores como Roald Dahl o Agatha Christie son “el colmo de los absurdos” y una postura “alucinante”.

“Encuentro alucinante todo lo que está sucediendo en torno a estos libros. Es verdad que las primeras versiones de Cenicienta o Blancanieves eran realmente crueles y diferentes, pero que ahora se censure a Roald Dahl ya me parece el colmo”, lamentó ayer en declaraciones a Europa Press la galardonada. Fernández Cubas puso también como ejemplo el título de otra de las obras de Christie, Diez negritos. “Que ya no se pueda llamar a ese libro Diez negritos forma parte todo de un absurdo y no tengo nada más que decir que, más que disgusto, esto me genera sopor”, criticó.

El fallo celebra la literatura de género “fantástico” de la autora, quien no obstante cree que no es “una etiqueta del todo adecuada”. “Varios de mis cuentos sí podrían entrar en lo que se considera fantástico, pero yo siempre he preferido utilizar un adjetivo como el de ‘inquietante’”, explicó.