“Darle voz y que cuente la versión de su vida”. Ese es el objetivo del cineasta J. Alberto Andrés Lacasta al dirigir un documental sobre el veterano cantante punk Manolo Kabezabolo, que se ha presentado en Zinebi, en Bilbao. A lo largo de hora y media, este icono contracultural repasa su anárquica vida y obra, sus problemas con las drogas y su enfermedad mental, entre las palabras laudatorias de los cantantes de La Polla y Marea, y escritoras como Cristina Morales. “El documental me ha ayudado mucho, sobre todo para saber qué compañías no quiero”, indicó el músico aragonés.

Entre andanadas de punk libertario y desafinado, Kabezabolo es historia viva del punk en castellano. Bien en solitario o arropado por diversos grupos, entre ellos Los Ke Se Van del Bolo, ha superado las tres décadas de canciones –No komas keso en exzeso, Spizofrenia, Militares subnormales, Viva yo y mi kaballo...– en las que combina un humor vitriólico con fieros discursos contra el poder. “Quítate el uniforme, verás kómo te meto”, le canta a la policía este aragonés que posa en el documental con Evaristo con una camiseta en la que se lee “el punk no ha muerto”.

Manolo Kabezabolo durante la presentación del documental en Zinebi. CARLOS GIL SANTA EUGENIA

Zinebi ha proyectado el documental sobre la vida y obra de este “chaval conflictivo” de 57 años, que lleva el significativo título de Manolo Kabezabolo (Si todavía te kedan dientes es ke no estuviste ahí), en el que el director presenta a la persona, Manuel Méndez, y al personaje, más conocido como Manolo Kabezabolo, un artista punk que de manera inverosímil ha traspasado el tiempo, el espacio y las modas, sin renunciar a sus esencias y principios, para convertirse en un icono contracultural.

“Manolo forma parte indisoluble de mi juventud, crecí escuchándolo y asistiendo a sus restallantes conciertos, me sabía todas sus leyendas urbanas, sus desmanes y también toda su poesía, y esto era lo que me convirtió para siempre, y hasta hoy, en uno de los suyos”, explica el oscense Lacasta, cuyo objetivo en el documental ha sido “darle voz, que cuente su versión” acerca de su vida. “Reencontrarme con él después de casi treinta años y compartir confidencias mirando al futuro sigue siendo una experiencia salvaje”, apostilla.

Drogas y enfermedad mental

El documental, que se estrenará en cines en enero, ofrece un recorrido cronológico y desnudo –“la cámara permanece pegada a él y la forma de enhebrar su relato ha partido desde la desnudez y la falta de asideros y referentes, lo cual hace que su discurso adquiera una naturalidad y autenticidad desarmantes”– por la vida y obra de Kabezabolo, heavy en origen, hijo de militar en el seno de una familia franquista, y su conversión al punk, su ideario okupa y anarkista, sus problemas con las drogas y los jueces, sus internamientos por enfermedad mental…

“Lo que más me ha gustado es que todo fluyó tal y como ha sido mi vida. Tenía que contar mi historia”, explica el músico, que se ve reflejado ahora ya sin cresta, con gafas de lectura y, como sugiere el título del documental, sin dentadura como consecuencia del abuso de las drogas. Don Quijote punk, rey del spiz y persona sin tabúes, reconoce que “a mitad de grabación decidí romper con todo y viví una explosión más fuerte que el punk, que sigo digiriendo”, apostilla.

Kabezabolo, que se autodefine como “el chico triste y tirado que hace reír”, confiesa que este documental, además de permitirle “abrazar a mucha gente”, le “ha ayudado mucho”, especialmente “a saber las compañías que no quiero y a mirar a las personas por dentro, para saber en quién puedes confiar o no”. Algunos de esos en los que puede confiar son Albert Pla, Evaristo, Kutxi Romero, la escritora Cristina Morales y colegas de farras y carretera. Todos destacan su lucidez y sensatez. “Manolo no ha estado colgado nunca”, explica Evaristo. “Es una china muy grande en el zapato del sistema”, según Morales.

Kabezabolo es historia viva del punk en castellano

El documental, que incorpora imágenes de animación con desiertos, paisajes desolados y zonas destruidas, indaga en los problemas de la salud mental “sin estereotipos ni banalizaciones”, según el director. “Es un juego metafórico”, incide. Kabezabolo, al ser preguntado sobre su supuesto “cuelgue”, dio un bufido. “No soy un búfalo, pero estamos todos pendientes de un hilo, pero eso es cosa nuestra. No permitamos que nos corten ese hilo”, explicó. “Siempre me voy a las metáforas, será porque soy poeta”, apostilló entre risas. El músico tiene previsto “un proyecto distinto” para el futuro inmediato. “No será punk al uso, pero vamos a ser más punkies que la madre que nos parió”, concluyó a este diario.