Con ochenta años de una vida intensamente vivida, más de sesenta de incomparable carrera, y una vitalidad que para sí quisieran muchas jóvenes (y no tan jóvenes) artistas, Raphael llegó al Navarra Arena. Como es habitual en él, no vino con las manos vacías, sino con un flamante disco bajo el brazo, ese que ha titulado Victoria y para el que ha contado con Pablo López como único compositor y productor. Para hacernos una idea de su incesante capacidad de trabajo: todavía no ha terminado la gira de este álbum y ya está preparando el siguiente, de nuevo mano a mano con López, según avanzó en entrevista concedida a este medio. Y si en estudio no para, en directo sigue siendo un verdadero animal de escenario.

El tiempo entero que duró la actuación del sábado fue un duelo constante entre el sonido que facturaba su infalible banda, que se acercó a muchos estilos distintos, y la voz del de Linares, misterio insondable, arcano eterno de la naturaleza. La ciencia tiene una buena materia de estudio en la garganta de este hombre, que a los ochenta años sigue desatando afinados vendavales cada vez que abre la boca.

Público asistente al concierto de Raphael. Javier Bergasa

Un verdadero portento, una asombrosa anomalía, como también asombra la fidelidad de su público. Cuando salió a escena, tras una introducción musical con la melodía de Yo soy aquel, el Navarra Arena al completo se levantó para recibirle entre aplausos. En las más de dos horas que duró la actuación, hubo tiempo para todo. Momentos para estrenar canciones de su ya mencionado último disco, como Yo soy de tanta gente, Lo saben mis zapatos (a piano y voz, en un impresionante derroche vocal), o Victoria (con potentes arreglos orquestales). Y muchos, muchísimos diamantes extraídos de la inagotable mina que es su discografía. Ya al principio, Yo sigo siendo aquel, Digan lo que digan, Te estoy queriendo tanto o Estuve enamorado. Casi nada.

La banda, ya se ha dicho, demostró versatilidad, insuflando diferentes aires a cada canción. La mayor parte del tiempo se dedicó a despachar un soul grasiento y con mucha garra, dando protagonismo a los metales, que refulgieron en cortes como La canción del trabajo, por citar sólo una. También brillaron los coros, pero siempre apoyando desde atrás, nunca tapando ni cuestionando la primacía de la voz de Raphael. En algunos momentos, las guitarras tomaron el mando y el sonido derivó hacia el rock, como sucedió, por ejemplo, en Digan lo que digan. Incluso Mi gran noche tuvo un ritmo dance que allí muchos bailaron. Pasada la primera hora de concierto, hubo un paréntesis en el que Raphael interpretó tres versiones a voz y guitarra: La quiero a morir, Llorona y Gracias a la vida. El tamborilero marcó el retorno hacia el formato de banda al completo, y Estar enamorado sonó maravillosa, nuevamente soulera (¡qué vientos metales!, ¡qué coros!).

Raphael, en pleno espectáculo. Javier Bergasa

En carne viva, Frente al espejo, Qué sabe nadie… Canciones majestuosas, imponentes y hermosas como antiguas catedrales; eternas como lo es ya su intérprete. El espíritu de los grandes compositores (Manuel Alejandro, José Luis Perales) sobrevoló el Navarra Arena. Aquellos maravillosos arreglistas, el sonido Torrelaguna, Waldo De Los Ríos y Rafael Trabucchelli, las enormes orquestas que llenaron de color tantos discos y tantas vidas. Dos horas de concierto y Raphael no desfallecía. Los clásicos se seguían sucediendo sin tregua y uno no sabía si estaba presenciando un concierto o una clase de historia. Seguramente, las dos cosas al mismo tiempo. Porque histórico es el apelativo que se le debe poner a un himno como Yo soy aquel, con la que el artista viajó a Eurovisión… ¡en 1966! La despedida llegó con Escándalo y Cómo yo te amo, que pusieron a los más tres mil espectadores en pie. Historia viva.

CONCIERTO DE RAPHAEL

Intérpretes: Raphael estuvo acompañado por una banda de trece músicos (guitarras, bajo, teclados, piano, batería, percusión, metales y coros). Fecha: 18/11/2023. Lugar: Navarra Arena. Incidencias: Unas tres mil quinientas personas. Dos horas de actuación.