Continúa la racha de grandes actuaciones musicales celebradas en Navarra. Este sábado 15 de junio será el turno de la banda británica Judas Priest, que estará acompañada por otras dos ilustres formaciones: Saxon y Uriah Heep. Se echaba de menos un gran evento de heavy metal en territorio foral, pues este género, aparte de contar con un público numeroso, entregado y fiel, suele quedar siempre relegado a un inmerecido segundo plano en la mayor parte de las programaciones, medios de comunicación y, en general, cualquier espacio o actividad dedicado a la música.

En 1967 se inició la andadura

Los seguidores del rock más duro podrán sacarse la espina con uno de los grandes nombres de su santoral: Judas Priest. El combo inglés comenzó su andadura en 1967 y, curiosamente, tomaron el nombre de una canción de Bob Dylan (The ballad of Frankie Lee and Judas Priest). Antes de eso habían barajado otras denominaciones como Hafbreed, Blue Condition o Sugar Stack.

Por aquel entonces, finales de los sesenta, imperaba en el mundo la psicodelia, con los Beatles en estado de gloriosa alucinación con su Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band. Se dice que los cuatro de Liverpool revolucionaron el mundo del rock y fueron pioneros en casi todo lo que se ha hecho posteriormente, incluido el heavy metal. El propio Rob Halford, vocalista de la banda desde 1973 (dejó de serlo entre 1992 y 2003), admite que canciones como Helter Skelter o I want you (she’s so heavy) pudieron abrir un camino por el que después transitarían otras bandas. Entre ellas, Judas Priest, que fue una de las precursoras junto a referentes de la talla de Black Sabath o Deep Purple.

Su primera grabación oficial llegó en 1974 bajo el título de Rocka Rolla, aunque su despegue comercial definitivo se inició un año más tarde, cuando publicaron el álbum Sad wings of destiny, que ya contenía muchos de los clásicos de la banda, como Genocide, Tyrant, The ripper o Island of domination. Su mayor gloria llegó en las décadas de los ochenta y los noventa.

Marcaron tendencia en la imagen

Además de innovar en el sonido, Judas Priest también marcó tendencia en la imagen; esto sucedió a finales de los setenta, cuando los de Birmingham sustituyeron los pantalones de campana que habían lucido en sus inicios por el vestuario de cuero y tachuelas que Rob Halford adquirió en una sex shop. El cambio de imagen triunfó, y no solo eso, pues hoy en día está indisolublemente asociado a la estética de cualquier aficionado al heavy metal.

Desde aquellos lejanos comienzos, los Judas han dejado un reguero de discos míticos (Painkiller, Screamig for vengeance, British Steel…) y canciones legendarias (Victim of changes, Breaking the law, You’ve got another thing coming…).

Por supuesto, tampoco han estado libres de polémicas. Quizás la más sonada fue la que tuvo lugar a mediados de los ochenta, cuando dos jóvenes fans del grupo se quitaron la vida en Estados Unidos. Entonces se dijo que las canciones de Judas Priest contenían mensajes ocultos que incitaban al suicidio e incluso llevaron a juicio a sus miembros, aunque finalmente fueron absueltos.

Nuevo disco

Con más de cincuenta millones de discos vendidos en todo el mundo y habiendo sido reconocidos como una influencia directa de grupos del calibre de Iron Maiden o Metallica, la banda no quiere limitarse a vivir de las rentas y este año ha publicado un nuevo álbum, Invincible shield, que da nombre a la gira que le trae a Pamplona.

A comienzos de este siglo, Judas Priest ofreció una actuación en el pabellón Anaitasuna, pero ahora regresa al Navarra Arena, un recinto con bastante más aforo, lo que demuestra que, más de cincuenta años después, el grupo mantiene en todo lo alto su gran poder de convocatoria.