De usted se ha dicho que es un renovador del flamenco, el artista español del futuro… ¿Escuchar tantos halagos supone algún tipo de presión?
Bueno, el flamenco ya de por sí ya tiene mucha responsabilidad, porque están las cosas muy bien hechas. Cuando las cosas están bien hechas, mejor dejarlas como están. En el flamenco no se puede mejorar nada, solo se puede aportar, porque el flamenco es inmejorable. Pero una aportación que se haga de corazón siempre es una maravilla. Yo, al igual que todos mis compañeros, porque vamos todos en el mismo barco, vamos hacia el mismo destino, que es el flamenco y hacer bien por el flamenco. Eso es lo más importante.
Pero será usted consciente de que cada vez está teniendo más repercusión, tocando en lugares mayores y accediendo a públicos y medios que nos son los tradicionalmente específicos del flamenco, lo cual entiendo que siempre será una buena noticia.
Sí, claro, eso es una alegría para mí. Todas las puertas que se abran para bien del flamenco y de la afición, siempre es una buena noticia. Ese es el objetivo, ir abriendo puertas que igual no estaban cerradas del todo, pero sí entreabiertas.
Todo esto lo está logrando sin edulcorar el mensaje, mantenido la llama de la tradición.
Sí. Siempre lo tradicional, lo clásico, es como una paloma blanca, sin macha y sin arruga. Lo que hay que hacer es actualizarlo a la época que vivimos, porque los tiempos cambian y hay que actualizar las letras, las músicas… La repetición crea monotonía, y la copia, copia es. Pero dentro de la afición, del oír y del empaparte del cante bueno que tenemos, que es infinito, puedes tener la suerte, o la chispa, de aportar algo a este mundo tan bonito.
El título del disco, ‘Pura sangre’, no sé si va, precisamente, por lo del mantener esa pureza en el arte.
Sí. La pureza va con lo que uno hace. La pureza no está en la raza ni en la música, sino en la persona. En la música hay que hacer amistad, y lo más bonito es que la amistad sea leal. La pureza se mide en la lealtad que tiene la persona para hacer las cosas.
Dentro de esa pureza, en sus canciones abundan las experiencias vividas, los recuerdos de la infancia, de familia…
Sí, de mis padres, de mis abuelos… Es muy importante. La infancia, para mí, es casi todo de la persona adulta. Luego te vas curtiendo con vivencias; las vivencias son la que te enseñan a hacer todo: arrepentirte, vivir, soñar, ser disciplinado…
Hablando de vivencias de su infancia, creo que, a veces, cuando era pequeño, sus padres lo levantaban de la cama para que cantara para sus amigos.
Sí. Venían a gustito, de fiesta con los amigos, y como el niño cantaba, a veces me despertaban para que les cantara. Es normal, y siempre lo hacía.
¿Y cómo canta uno recién levantado y con noche cerrada?
¡Con un poco de sueño! (Risas). Pero bien, se canta bien.
Creo que también ha escrito alguna canción en sueños. Eso sí que es vivir el flamenco a tiempo completo.
El subconsciente está siempre ahí. A veces me ha pasado, sí, estar dormido, escuchar una melodía y despertarme recordándola. Se llaman sueños lúcidos. A veces se te olvidan, o a veces las recuerdas cuando te levantas, pero si no la escribes al momento, se te va.
"Los flamencos tenemos siempre muchas ganas de estar en este festival; tiene mucha personalidad y mucho carisma"
¿Cómo será el concierto de Pamplona?
El Flamenco on Fire es un festival al que le tengo mucho cariño y mucho amor, porque tiene un público maravilloso, con mucha alegría y muchas ganas de escuchar el cante. Voy a hacer algo con Antonio el Relojero, que lo haremos en los balcones, y por la noche estaré con Diego del Morao; ahí haremos cosas de mis discos y algunos cantes clásicos de palos que yo hago. La inspiración dirá: según me pille y según vea al público, veré lo que canto. Soy muy de eso, de la inspiración del momento y de lo que me vaya saliendo.
¿Qué visión se tiene desde fuera de un festival como el Flamenco on Fire de Pamplona?
Los flamencos tenemos siempre muchas ganas de estar en este festival, porque tiene mucha personalidad y mucho carisma. El público siempre está entusiasmado para disfrutarlo. Muchas veces, en el flamenco hay gente que se dedica, no a juzgarlo, pero sí a analizarlo con la libreta y el papel. La música es mucho más fácil. La música no se toca, como dice el maestro Alejandro Sanz, y la música tampoco se ve. La música solo se siente, como el amor.
Iniciativas como la de los conciertos de los balcones, donde también actuará usted, hace que toda la ciudad se implique y participe del festival.
Exactamente. Estamos todo el día, hay mucha alegría, se ve mucho ambiente… Además es la ciudad del maestro Sabicas, imagínate. Sabicas es la historia de la guitarra, junto con el maestro Paco De Lucía. Siempre que voy, me lo paso muy bien y disfruto. También es una gran responsabilidad, porque cada plaza tiene su responsabilidad, como dicen los toreros. Lo importante es salir bien.
¿Y qué me dice del futuro? Creo que está a punto de publicar disco.
Voy a sacar un disco nuevo, si Dios quiere, con Antonio el Relojero, un guitarrista no profesional, pero sí profesional de corazón y de alma, de amor y de pasión por el cante y por el flamenco. Es una auténtica maravilla poder haber hecho este disco en directo, que saldrá el 20 de septiembre y se llama Por amor al cante. Lo hemos hecho para que lo disfrute la afición y las personas que tengan esa sensibilidad.