Síguenos en redes sociales:

Manuela CarrascoBailaora

"Bailando me siento libre y grande, y se me van todos los dolores"

La bailaora sevillana, Premio Nacional de Danza, pone este domingo 1 de septiembre el broche de oro a la 11ª edición del On Fire con su espectáculo ‘Siempre Manuela’. La cita es a las 20.30 horas en Baluarte

"Bailando me siento libre y grande, y se me van todos los dolores"Marta Vila Águila

Lleva más de cinco décadas recorriendo los teatros más importantes del mundo y cautivando con su entrega, su fuerza, su técnica y su sentimiento. Manuela Carrasco Salazar (Sevilla, 1954), primera mujer gitana en ganar el Premio Nacional de Danza en 2007, demostrará este domingo 1 de septiembre en Pamplona por qué le llaman la diosa del baile flamenco. La hija del Sordo volverá a hacer vibrar con sus tacones las tablas del escenario principal de Baluarte, esta vez en su espectáculo Siempre Manuela, con el que la trianera se despide de los escenarios. Flamenco puro para clausurar la presente edición del On Fire.

Llega al Flamenco on Fire con ‘Siempre Manuela’, el espectáculo con el que dice adiós a los escenarios. A toda una vida bailando. Se despide de la escena, pero imagino que el baile seguirá formando parte de su vida…

Bueno, todavía no me voy a retirar porque con esta gira tengo dos años por delante, y a partir de entonces, dependiendo de cómo me vea, seguiré o me retiraré.

¿Cómo describiría 'Siempre Manuela'?

Pues la palabra lo dice. Yo soy una bailaora que he estado bailando desde muy pequeñita, y hasta ahora, con la misma fuerza y las mismas ganas. Me siento bien, y espero que sea un gran éxito como siempre son mis espectáculos. El público se va a encontrar flamenco puro de una categoría grande, porque viene de artista invitada Remedios Amaya, y Manuela Carrasco, mi hija, al baile; Anabel Valencia, Tamara Carrasco, que también es mi hija, Enrique El Extremeño..., vengo acompañada de un elenco maravilloso.

¿Qué siente al compartir escenario con sus hijas?

Pues una gran satisfacción, y a la vez, tú sabes, me pongo nerviosa. Sé que son buenas artistas, sé que lo hacen bien, pero los nervios me salen, la verdad.

“Tengo dos años de gira por delante con ‘Siempre Manuela’, y a partir de entonces, según cómo me vea, seguiré o me retiraré”

Imagino que eso es bueno, señal de que sigue habiendo ese gusanillo, esa ilusión.

Sí, eso es.

Su actuación cerrará la 11ª edición del Flamenco on Fire, festival que ya visitó hace unos años. ¿Qué le parece esta cita?

Sí, estuve hace varios años con Canales, hicimos un espectáculo con el que también estábamos de gira, se llamaba Encuentros, y fue una explosión, fue maravilloso. Me parece un festival de muchísima categoría, los sitios que eligen para las actuaciones son maravillosos, y es lo menos que se tiene que hacer en el flamenco.

Nació en el barrio de Triana, tenía que entrarle el arte del flamenco en las venas. ¿Pero cómo fue, su padre el bailaor José Carrasco 'El Sordo' fue quien se lo transmitió?

A ver, yo vengo de una familia gitana donde siempre he visto cante, baile y guitarra. Mi padre era bailaor, pero fíjate que él no quería que yo fuese artista, me cogía los zapatos y me los tiraba, y yo iba y los recogía. Y yo soy artista gracias a mi madre (Cipriana Salazar Heredia), que insistió, y me veía llorar, y ella dijo: esta niña tiene que ser bailaora porque es lo que quiere y ya está.

“Fíjate si ha habido grandes en el flamenco, pero yo me quedo con Camarón, lo admiraré siempre, para mí ha sido el mejor”

¿Su padre no quería quizá porque veía también la dureza de la vida de artista?

Mira, date cuenta que yo salí en la hora dorada del flamenco, donde estaban los grandes y las grandes, y claro, él me veía una niñita y decía: mira por Dios, que esto es muy serio. Y bueno, a través de los años me fui haciendo, porque en verdad era lo que yo quería. Aprendí mucho de todos esos grandes y esas grandes bailaoras, y me alegro muchísimo.

¿Qué recuerda de esos inicios de niña?

Pues recuerdo muchas cosas. El tablao El Jaleo, de Torremolinos, que por entonces regentaba Mariquilla, después llegué a La Cochera sevillana, donde estaban todos los mejores, y recuerdo que ellos salían a actuar y yo ni me cambiaba de ropa, yo me quedaba a verlos y no me importaba salir con el mismo traje porque yo lo que quería era aprender y disfrutar de esos momentos.

¿Y qué queda hoy en la Manuela Carrasco bailaora de aquella niña que comenzaba? ¿Hay algo que se mantiene?

Sí, la ilusión, las ganas de bailar, el temperamento, el vivir para el flamenco.

Alguna vez ha reconocido que se perdió jugar en su infancia, ¿pero qué ganó a cambio?

Pues mira, me perdí el colegio, después ya aprendí de mayor... Y ahora que pienso, mira, yo no me perdí los juegos, porque todas la niñas de mi barrio jugábamos a bailar, a ser artistas, y yo jugaba a ser bailaora. Esa era nuestra manera de jugar.

“Mi padre, bailaor, no quería que yo fuese artista, me cogía los zapatos y me los tiraba; yo soy artista gracias a mi madre”

Ha asegurado en más de una ocasión que de todos los que le han cantado, se queda con Camarón.

Camarón ha sido mi ídolo. Yo he escuchado mucho cante, he visto mucho baile, he escuchado la guitarra porque mi marido era guitarrista, y yo a Camarón lo he admirado siempre y lo seguiré admirando toda la vida, porque pienso que ha sido el mejor de todos. Fíjate si ha habido grandes en el flamenco, como Terremoto, Chocolate, Caracol, Mairena... pero yo me sigo quedando con Camarón.

En el arte una cosa es llegar y otra mantenerse durante tanto tiempo en la escena, tiene que ser un reto difícil… ¿cómo se logra?

Sí, eso es más difícil, pero a mí no me ha costado, porque como he luchado tanto por el baile y me he dejado la piel allí donde he ido, pues creo que sigo estando ahí.

Sabe lo que es salir adelante y trabajar duro sin ayudas públicas.

Pues sí, lo sé también. Se me ha subvencionado varias veces, pero mis espectáculos sinceramente me los produzco yo.

Y en este camino, ¿qué es lo más complicado?

Pues mira, siempre ha sido mi manager mi marido (el guitarrista flamenco Joaquín Amador, fallecido el año pasado), pero ahora me llevo yo con mis managers, y lo más difícil es saber elegir los sitios donde vas a trabajar, no rebajar el caché, quedarte ahí, y, en una palabra, mantenerte.

¿Qué siente cuando escucha que le dicen “la diosa del baile gitano”?

Bueno, yo lo de diosa..., no sé, no me gusta que me digan la diosa. Prefiero que me digan que soy una buena bailaora y ya está.

“Estoy abierta a todo y respeto a todos los que sienten que son flamencos, pero una cosa está clara: bailar puro es muy difícil”

Siempre ha defendido el virtuosismo del flamenco, ha sido guardiana de la pureza. ¿Cómo ve hoy este arte, con la cantidad de fusiones, influencias y etiquetas que se le ponen al flamenco?

Mira, yo estoy abierta a todo y respeto a todos los que sienten que son flamencos, respeto a todo el mundo. Y es que bailar puro, bailar flamenco es muy difícil...Pero hace quince o veinte años la cosa estaba más loca, ahora parece ser que se han dado cuenta de que si no bailas flamenco lo demás no vale, eso es así, y parece ser que están intentando hacer las cosas mejor.

Volviendo a las fusiones y los músicos que innovan, en alguna ocasión ha dicho que nunca le diría un 'ole' a artistas como el Niño de Elche. ¿Desvirtúan el flamenco, en su opinión?

Bueno, yo defiendo la pureza. Mi respeto hacia él, pero yo nunca le diría un ole.

¿No pueden ser artistas como él una puerta de entrada al flamenco puro para mucha gente?

Mira, el flamenco es universal, el flamenco bien hecho es lo más grande que tenemos en España, y yo pienso que todos los artistas deberían de luchar, ya no solo por la pureza, porque hay artistas que no son puros pero son elegantes y profesionales y yo les admiro. Lo que pasa es que, bueno, no a todos los gitanos, pero a algunos gitanos Dios nos ha tocado con la varita mágica, ¿no? Y eso no lo tiene todo el mundo.

¿Diría que el flamenco está cuidado como merece? ¿Qué echa en falta?

Pues hay gente que lo hace como es, hay gente que no lo hace como debería ser... Ahora estamos mejor, creo, porque hace mucho tiempo solo se hacían festivales en sitios mediocres, y ahora el flamenco va al mundo entero, yo acabo de llegar de Japón... Se están haciendo cosas muy importantes con el flamenco.

En España, a nivel de apoyo, ¿qué necesita el flamenco, más sitios donde exhibirse, más continuidad en los proyectos...?

Hombre, sinceramente tenemos poquita ayuda, esa es la verdad. Pero bueno, ahí están los proyectos que se presentan, a veces se aprueban, a veces no... esto es una lucha continua, ¿sabes?

¿Qué siente cuando baila?

El baile para mí es todo, me da vida. Soy otra persona cuando estoy en el escenario, porque fuera de él me duele todo, me duele aquí, me duele allí, y cuando me subo al escenario no me duele nada, es una cura para mí. Es mi forma de vivir, mi forma de sentir. Bailando me siento libre, me siento grande, en una palabra.

EL ESPECTÁCULO

  • Cuándo. Domingo 1 de septiembre, 20.30 horas.
  • Dónde. Sala principal del Palacio de Congresos y Auditorio Baluarte de Pamplona.
  • Cuánto. Entre 38 y 44 euros.
  • Ficha artística. Manuela Carrasco (Baile), Pedro Sierra (Guitarra), Marcos de Silvia (Segunda guitarra), Samuel Cortés (Violín), Enrique El Extremeño y Zamara Carrasco (Cante), José Carrasco (Percusión), Juan Mateo (Palmas), Manuela Carrasco hija (Colaboración especial). Con Remedios Amaya y Anabel Valencia como artistas invitadas.

LA BAILAORA

  • Flamenco majestuoso y puro. Premio Nacional de Danza y Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, Manuela Carrasco destaca por la majestuosidad con la que se mueve en escena. Bailaora autodidacta, siguió el impulso de su corazón contra del deseo de sus padres, que no querían que hiciese carrera como artista. Se reconocen en su baile claras influencias de Carmen Amaya y Farruco. Carrasco es guardiana de la pureza y defensora del flamenco más tradicional.