Dentro de las jornadas internacionales Encuentros de Pamplona, se ha ofrecido la conferencia Cuidar lo propio, cuidar lo ajeno, enmarcada en el ciclo Filosofía para ubicarse. El evento fue moderado por la filósofa Carolina B. García-Estévez y contó con la participación de Boris Groys, quien intervino a través de una videoconferencia, dado su delicado estado de salud tras una operación reciente.
La sesión comenzó con la proyección de un vídeo grabado previamente, en el que Groys introdujo algunas de las ideas principales de su libro La filosofía del cuidado. Inspirado por filósofos como Martin Heidegger y Hannah Arendt, el trabajo de Groys explora la noción y práctica del cuidado, una reflexión que abarca lo físico y lo simbólico, el yo y el otro, así como la vida y la muerte, en un contexto de fragilidad existencial, tanto a nivel individual como colectivo y planetario.
A lo largo de su intervención, Groys esbozó varios conceptos clave de su obra. Uno de los temas más complejos fue la interrelación entre “hospital, biblioteca y museo” junto con el análisis de los “cuerpos”: el orgánico, el burocrático y el simbólico.
La noción de cuidado hacia los demás también fue un punto clave que se discutió. Groys dejó claro que “el verdadero cuidado no consiste en cuidar de alguien directamente, sino en ofrecerle las condiciones y el derecho al autocuidado”.
Después del video introductorio, García-Estévez presentó una entrevista, también grabada, a Boris Groys, donde se abordaron otros conceptos filosóficos de gran relevancia. Entre ellos, la idea de identidad y la noción de los cuerpos como parcelas privadas. La conversación profundizó en cómo la filosofía moderna aborda estas cuestiones desde una perspectiva que entrelaza lo simbólico y lo físico.
El evento concluyó con una interacción con Carolina B. García-Estévez para aclarar algunas ideas complejas de la exposición y conocer más a fondo el pensamiento de la moderadora. Cuidar lo propio, cuidar lo ajeno ofreció una visión profunda sobre el concepto de cuidado, abordando tanto lo individual como lo colectivo, lo físico y lo simbólico. Aunque su complejidad la hizo difícil de digerir para algunos, los que lograron seguirla salieron con una rica reflexión sobre la fragilidad de la existencia y la importancia de cuidar, no solo a los demás, sino también a uno mismo.