1975, el año negro de las librerías
El año en que murió Franco se produjeron 45 ataques a establecimientos de todo el Estado
El régimen de Franco agonizaba y en España un pequeño resquicio abría paso a la cultura. Era 1975, el año en el que comenzó la transición a la democracia y el que registró mayor número de ataques a las librerías en la historia del Estado: 45 de los 225 contabilizados entre 1962 y 2018, última fecha analizada. Este 2025 se cumple por tanto medio siglo del año récord de ataques.
En vísperas del Día del Libro, Gaizka Fernández Soldevilla, historiador del Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo, comenta que esas acciones violentas fueron atribuidas en su mayoría a grupos de ultraderecha. Barcelona, Bilbao, Madrid, Valencia o Zaragoza, Lleida, Granada e incluso Hendaia vivieron ese 1975 la violencia de grupos que no aceptaban la llegada de la democracia. Pero ninguna de las librerías atacadas cerró. Fueron el símbolo de una rebeldía contra la imposición y de una resistencia ante el terror. Fernández Soldevilla ha estudiado ese fenómeno junto a Juan Francisco López Pérez, en una investigación que plasmaron en el libroAllí donde se queman libros(Tecnos).
Un estudio que dedica a 1975 un capítulo, no en vano, fue el año negro para las librerías. Y es que los datos globales llaman mucho la atención, como recalca el experto, ya que a pesar de que la década de los 70 fue “prolífica” en ataques, no tienen nada que ver los 14 de 1974 con los más del triple de un año después o los 20 de 1978.
Contra Mugalde y Nafarroa
Al propietario de la primera librería atacada en 1975, Pórtico, de Zaragoza,el 1 de febrero de ese año, ya le habían advertido. Las Milicias de Acción Popular le escribieron una carta exigiéndole retirar “toda la basura marxista” del escaparate. Y así hasta 45 ataques. Quizá los más conocidos en su día fueron los perpetrados contra las librerías Mugalde y Nafarroa en Hendaia y en Biarritz. La primera pertenecía a ETA PM y la segunda a ETA Militar, donde trabajó Dolores González Catarain,Yoyes, asesinada por la banda acusada de traición.
Según explica Fernández Soldevilla, dado que las autoridades francesas no colaboraban con las de la dictadura franquista, cuando ETA atentaba era más fácil para algunos agentes de la ley “vengarse” atacando librerías. Podría clasificarse como el antecedente lejano de los GAL. Como se subraya en la investigación, el punto álgido de la bibliofobia violenta en 1975 fue mayo, con 11 acciones. “Ni antes ni después hubo tantas concentradas en tampoco tiempo”, cuentan. Por un lado, “la contestación social no dejaba de crecer”. Por otro, ETA, los GRAPO y el FRAP se cobraron 31 víctimas mortales ese año.
Contra El Parnasillo y Aritza
También en Pamplona hubo varios atentados similares. Así por ejemplo, el 10 de marzo de1976, un seat de color blanco se detuvo ante la librería El Parnasillo, fundada en 1973 por Javier López de Munáin y Antonio Sanz, entre otros, y tiroteó el escaparate del establecimiento más de 25 veces. No hacía ni un mes del último ataque, realizado el 16 de febrero del mismo año, fecha en la que también fue atacada la librería Aritza. Estos atentados terroristas, atribuidos a los Guerrilleros de Cristo Rey, quedaron impunes.
Los perpretadores fueron casi siempre grupos de ultraderecha ligados a organizaciones como Fuerza Nueva de Blas Piñar, neonazis o el germen de otras que se estaban constituyendo. Para ellos, atacar las librerías “era una forma de atacar a la parte más liberal del franquismo, a la puerta que este dejó a la cultura”, dice el experto, y añade que, por ese mismo motivo, también atentaban contra las salas de cine y todo lo que permitiera algo de “libertad”.
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