¿Jugamos al 'Abrapalabra?
Lucas Eza Moreno ha creado un divertido libro en el que, a través de composiciones de fotos aparentemente desconectadas, hay que acertar una palabra
"Este libro es una invitación a jugar, a poner a prueba tu lógica y tratar de conectar palabras e imágenes, imágenes y palabras”. Así invita Lucas Leza Moreno, celador de ocupación yescritor, actor y ahora también fotógrafo de vocación.
Natural de Murchante, Leza acaba de publicar con Ediciones Eunate el libro juego Abrapalabra. Abracadabra, un artefacto dirigido a personas de todas las edades con ganas de entrenar su imaginación.
Las normas del juego son sencillas. En cada página, el autor muestra dos fotografías tomadas por él mismo, a partir de las cuales, el jugador o los jugadores deben adivinar qué palabra se pueden formar con lo que aparece en ellas. “Hay que tener en cuenta que hay que tener paciencia y mirar las imágenes sin prisa, teniendo en cuenta que el término puede ser un adjetivo, un adverbio, la acción o el tiempo verbal que representan”, comenta. En algunos casos, algunas sílabas cambian su correcta acentuación y, en otras, también forman un nombre propio, como el de algún personaje de cuento, histórico o famoso, y que “incluso los personajes que aparecen pueden ser definidos de modo coloquial o familiar”.
Leza insiste en que no se trata de un juego difícil, y “aunque algunas palabras dependen un poco del nivel de vocabulario que manejen quienes juegan”, la mayoría “son de uso cotidiano”. “Igual cuesta empezar, pero cuando entras en la dinámica del juego, verás que algunas son más fáciles, otras más complicadas...”, dice. Y desea que todas las composiciones “hagan disfrutar” a las personas que se animen a probar el Abrapalabra. Eso sí, avisa: “Cuidado con los atracones; un par de palabras al día, tres si acaso, es suficiente”. Y apostilla: "Ojo, engancha. Lo advierto desde ya. Igual comienzas a mirar el mundo desde el juego y ya no puedes parar". A él le pasa.
Estimular la imaginación
El autor está “muy contento” con la buena respuesta que está teniendo el libro, que “descubre mi mundo imaginario” y cuyo propósito es “que la gente pase un buen rato y, sobre todo, despertar la imaginación”.
En ese sentido, cree es especialmente interesante para personas con riesgo de déficit cognitivo, pero, en general, para todas “porque se trata de estimular la mente”. “Aunque lo que me mantiene es un trabajo que no tiene nada que ver con la cultura , siempre he sido una persona muy creativa y me ha gustado enredar con las palabras y sus significados”, y como el léxico castellano es “tan extenso y rico”, desarrollar este tipo de juegos con palabras, todas sus variantes y sus significados "me hace sentir como un bebé en brazos”, afirma Leza, que ejerce como celador en el Hospital Reina Sofía de Tudela, localidad en la que presentará este volumen este viernes, 16 de mayo.
Un libro diferente no solo en el fondo, sino también en la forma. “Cuando le conté a María (Oset), mi editora, la idea, a los pocos minutos me dijo que era un proyecto muy bueno y que, no sabía cómo, pero lo iba a publicar”, cuenta. El resultado es un tomo llamativo, editado en formato horizontal, con la portada y la contraportada en rojo y el título a contraste, acompañado de una sugerente pregunta: ¿Quieres jugar conmigo? De algún modo, recuerda a esos cuadernos de enigmas, pasatiempos y preguntas y respuestas que se han puesto de moda últimamente.
La parte principal la ocupan las 256 fotografías, en combinaciones de dos por página, que dan lugar a las 128 palabras que aparecen al final a modo de solución de cada acertijo gráfico. “Pero es mejor que no las miren enseguida, recomiendo que se tomen tiempo para mirar las imágenes y para pensar en lo que les viene a la cabeza”, apunta el autor.
Su proceso de trabajo comienza siempre con las palabras. “Se me ocurre una y luego el trabajo está en imaginar qué fotos podría hacer para generar las composiciones”, continúa. En las que implican presencia humana, “es más complicado porque la gente tiene que poder –he liado mucho a mi familia y a mi entorno en general–; en algunos casos implica buscar el vestuario adecuado, en otros la pose o el lugar”. Y, cómo no, también hay anécdotas. “Un día quería sacar a la perra de mi hermana cagando y resulta que no había manera; siempre lo hacía nada más salir de casa, pero no sé si porque estaba yo allí con la cámara, no le daba la gana”, comenta, y confiesa, divertido, que al final lo consiguió.
Actor, monologuista
El humor es otra de las características de Lucas Leza Moreno, que lleva unas tres décadas subiéndose a las tablas con distintos grupos de teatro amateur. “Me gusta mucho actuar, y ahora tengo un monólogo cómico de una hora de duración que estoy moviendo por distintos sitios”. Se titulaEl Quijote. Lo que no contó Miguel.
Asimismo, ha publicado otros tres libros: Nana, nanita, nana y Cuentos para no ganar, también con Ediciones Eunate, y Manual para volar sin alas (Papeles del Duende). Todo lo que escribe tiene un toque poético, también Abrapalabra. Abracadabra, que abre con una dedicatoria a su familia y amigos y aChema Madoz, “por la belleza, el lirismo y la poesía intrínseca de sus obras”.
A la espera de comprobar cómo funciona este original libro, el autor ya tiene al menos el doble de palabras para una hipotética segunda entrega.
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