La V Feria del Libro de Navarra tuvo alma de novela. Comenzó con la promesa de las páginas abiertas y un ambiente prometedor para las ventas. Sin embargo, las lluvias del primer fin de semana de junio detuvieron la trama por unos instantes, y el miedo se apoderó de los clientes, quienes no volvieron a pasar por este escenario hasta que amainó el mal tiempo y el cielo –como un narrador caprichoso– devolvió el sol. Y con él regresaron los paseos por las casetas de la Plaza del Castillo, los libros en las manos, las presentaciones de nuevas publicaciones y los talleres. De esta forma, en ese vaivén meteorológico –entre nubes y esperanza– los lectores escogieron con claridad y esta quinta edición ha concluido con buenas sensaciones, muy similares a las del año pasado, en donde predominó el buen tiempo –y, por tanto, las buenas ventas–. Y en donde los lectores lo tuvieron muy claro: Javier Cercas mantuvo el tirón de la muerte del papa con El loco de Dios en el fin del mundo; las Historias de Gaza, de Mikel Ayestaran, latieron con fuerza entre quienes buscan comprender el dolor por el que está pasando el pueblo palestino, y también hubo un hueco para la narrativa local –la que habla en una voz más baja, pero firme–, que confirma que Navarra también escribe su propio relato.

Las catorce librerías de la asociación Diego de HaroArcos, Arista, Chundarata, Elkar Comedias, Elkar Leire, Karrikiri, Katakrak, Muga, Nerea y Troa, Clarín, Letras a la taza, Akelarre y La Valeta–, junto con las dos no asociadas –Txalaparta y la Librería Itatxe– y la caseta de Editargi y el Servicio de Publicaciones de Gobierno de Navarra (en total, 18 stands) convocaron durante diez días a miles de personas en busca de todo tipo de libros y de novedades. Algunos con las ideas más claras y otros más dubitativos, pero estos segundos pudieron contra con las recomendaciones de los libreros, quienes apostaron por los ejemplares que ellos consideraban que más se venderían. Nerea Reta, responsable de Librería Nerea, comentó que ella trabaja, fundamentalmente, con narrativa porque “no soy lectora de ensayo, así que me decanto por las lecturas sobre las que puedo hablar o proponer porque las conozco. También traemos libros que tienen menos promoción –de editoriales más pequeñas, independientes, pero con autores extraordinarios– por los que nos gusta apostar”. De esta manera, el trato con el cliente es mucho más especializado y se pueden realizar recomendaciones más precisas.

De la misma manera, Elena Eslava –de la librería Arista– se enfocó en la novela porque “es la reina”, aunque también reconoció que los libros de autoayuda se encuentran en su momento cumbre; por ejemplo, Cómo mandar a la mierda de forma educada, que es un libro “para poner límites”. En cualquier caso, el podio de los autores más vendidos en esta quinta edición fue para Javier Cercas, con El loco de Dios en el fin del mundo; Isabel Allende, con Emilia del Valle y María Dueñas (Por si algún día volvemos). Asimismo, también destacó que está habiendo un auge de sagas de literatura juvenil y, más concretamente, aquellas ediciones que tienen los cantos coloreados y que resultan más estéticos. “En feria lo que más gusta son las últimas novedades, así que traemos libros nuevos que se acaben de estrenar”, dijo.

La remontada

Gente mira los libros colocados en la caseta de la Librería Muga. Iñaki Porto

Después de la tromba de agua que cayó el pasado domingo, los libreros tuvieron que recuperarse de esa tarde inoperativa durante el comienzo de semana. Y, quizá por eso, las sensaciones son un poco peores que con respecto a otros años y, sobre todo, frente al Día del Libro –que tuvo lugar el 23 de abril–. “Después de un invierno muy duro, salió un día muy bueno y la gente aprovechó. Como ahora, que parece que empieza la remontada”, apuntó Paula Núñez, dependienta de Troa. Además de los libros de moda, esta librería fue a pinón fijo con las obras de la editorial Libros del Asteroide, “que tiene cosas muy chulas y tiene a sus seguidores”. Por otro lado, también destacó mucho la fantasía y los libros infantiles. Sin embargo, en contraste con el auge de los libros de autoayuda que apuntaron otros libreros, ella mencionó que este género se encuentra “bastante saturado”, por lo que lo que Troa trajo a la feria fueron obras filosóficas, “no profundas, sino más divulgativas”. Y todos estos elementos suponen que esta quinta edición haya sido un boom desde que se recuperó el buen tiempo y los más jóvenes se hacen con los últimos títulos de sus autores favoritos.

El apogeo de lo local

Mikel Buldain, coordinador de la editorial y la librería Txalaparta tuvo unas sensaciones diferentes al resto de casetas. En su caso, los autores que más vendió durante estos diez días fueron Pepe Mujica –es probable que se deba al fallecimiento del expresidente de Uruguay, que ocurrió el pasado 13 de mayo– y Chomsky. Aunque también reconoció que mucha gente preguntó por lo último de Sabino Cuadra, Sanfermines 1978. Los victimarios. Y, en ese sentido, cuando pensaron en qué material llevar a la feria, se decantaron por los sellos locales de editoriales navarras, como Mintzoa, Eunate o Pamiela –de hecho, más de la mitad de las obras que ofertaban procedían de estas editoriales–, y, también, apostaron por la novela en euskera, como, por ejemplo, Miñan, de Amets Arzallus Antia, “que se ha vendido muy bien”, indicó (también, su versión en castellano, Hermanito). Esta reacción por parte del público a su oferta les hizo darse cuenta de que “hay mucha demanda de temática local. En el Día del Libro, la gente buscaba best-sellers, pero aquí, como las compras son más continuadas y la gente busca con tranquilidad, la gente busca temáticas locales, de Pamplona y de Navarra, y funcionan muy bien”, aseguró.

Crónica periodística y viajes

Por su parte, Muga tuvo otro tipo de ventas. Ellos pasaron de lo local a los libros de viaje y crónicas periodísticas a través de los títulos de Xavier Aldekoa y Mikel Ayestaran. En especial, Historias de Gaza, escrito por este segundo autor. “Habremos vendido entre 40 y 50 libros, todavía nos queda alguno. Pero ha sido la obra estrella de esta Feria del Libro”, reconoció Itziar Olave, dueña de la librería Muga. Por otro lado, muchos clientes también preguntaron por libros de viaje y rutas de montaña, como Mañaneras por Navarra, de Iñaki Vigor Magallón. “Es un libro que explica diferentes caminos que salir de excursión por la Comunidad Foral, y es nuevo, así que ha tenido bastante tirón”, explicó. De esta forma, Muga demostró que, una vez más, su apuesta por los libros de viajes –contemporáneos y clásicos, como Kapuscinski– “porque nuestro cliente nos descubre por ser una tienda especializada, un oasis con cosas diferentes”, concluyó.