Elegancia y talento han sido las señas de identidad del photocall de los primeros Premios Max celebrados en Pamplona.
El rojo no ha sido solo el color de la alfombra por la que han desfilado las y los protagonistas de la fiesta de las artes escénicas; también, como color representativo de la Comunidad Foral de Navarra, ha lucido en varios de los trajes de las artistas invitadas y, junto al negro y el blanco, ha sido el tono dominante en un desfile en el que la causa palestina ha estado muy presente.
Un acontecimiento novedoso para Pamplona
La celebración de los XXVIII Max ha reunido en el exterior del Teatro Gayarre –vestido de gala para esta ocasión– a un numeroso público, que curioso y expectante, ha comenzado a coger sitio ya desde una media hora antes de las siete de la tarde –hora en que ha dado inicio el photocall– esperando la llegada de las y los protagonistas.
La directora de la gala, Ana Maestrojuán, ha derrochado ilusión y elegancia en la alfombra, por donde ha pasado vestida de rojo con un traje diseñado por Edurne Ibáñez y donde ha posado tanto en solitario como luego en compañía de la propia Ibáñez, Ikerne Giménez, Gorka Pastor y David Bernués, sus compañeros en el equipo artístico de la gala.
El rojo ha lucido en varios de los trajes y, junto al negro y el blanco, ha dominado en un desfile en el que la causa palestina ha estado muy presente
Todo un acontecimiento novedoso para Pamplona y una reunión de talento interpretativo y escénico que ha hecho gala de la riqueza y diversidad lingüística del tejido estatal. Se ha escuchado el euskera, se ha escuchado el catalán, se han escuchado diversos acentos y varios irrintzis en un desfile sobrio aunque no serio porque las ganas, la ilusión y la pasión por el teatro, la danza y demás artes escénicas han brillado en cada posado y en cada sonrisa inmortalizada por fotógrafos y fotógrafas.
Como las que han regalado Marta Juániz, Leyre Abadía, Natalia Huarte, Alfredo Sanzol, Aitziber Garmendia, quienes han puesto en valor la oportunidad para Pamplona de acoger una gala de “arte kilómetro cero”, con una propuesta visual, musical y poética marcada por el acento navarro.
Música y dantza
La música local también ha pisado fuerte en el desfile, con Gorka Urbizu, Aurora Beltrán, CastaZabal o la soprano Raquel Andueza –estas dos últimas también con el rojo en sus vestimentas–, así como la dantza de Duguna, cuyos trajes han puesto la nota de un folklore que, se ha demostrado esta tarde-noche, está muy vivo. Como los tiempos del teatro, que hacen referencia al lema de esta edición de los Premios Max.
Los Max han sido un acontecimiento novedoso para Pamplona y una reunión de talento interpretativo y escénico, así como de riqueza y diversidad lingüística y cultural
Una celebración que ha reunido entre sus invitados a un gran elenco de actores, actrices, directores y demás profesionales de la escena navarra, como Aurora Moneo, Eva Azpilicueta, Raquel Corcuera y Miguel Goikoetxandia –ambos de Iluna Producciones–, Fermín Cariñena, Javier Chocarro, Josune Iglesias, Txori García Úriz, Iratxe García Úriz, Íñigo Casalí, Mercedes Castaño o Javier Urtasun.
Entre el público invitado...
Por supuesto no ha faltado la directora del Teatro Gayarre y anfitriona de la gala, Grego Navarro, y tampoco el director de Dantzaz, Fernando Saenz de Ugarte; también se han dejado ver los escritores Manuel Hidalgo, Carlos Bassas y Susana Rodríguez Lezaun; el cineasta Oskar Alegria; artistas como Alicia Otaegui, o el músico Kai Etxaniz; representantes de Fundación Baluarte como Maitena Muruzabal; del Centro de Arte Contemporáneo Huarte –su directora Oskia Ugarte–; de Antartika Kultur Container, de IPES y de las Fundaciones Caja Navarra y la Caixa.
Tampoco han querido perderse la gala los representantes de Cultura de las instituciones navarras –Ayuntamiento, Parlamento y Gobierno–, entre ellos Rebeca Esnaola, Maider Beloki e Ignacio Apezteguía, quienes han celebrado la buena salud de las artes escénicas de la Comunidad Foral.
Los Max han demostrado este lunes 16 de junio que el teatro está más vivo que nunca.