Auzolan, reivindicación política y música. Estos han sido los tres ingredientes que han hecho funcionar el festival Hatortxu Rock desde que se fundó hace 26 años y durante las 30 ediciones en las que se ha desarrollado, principalmente en Atarrabia y en Lakuntza. Precisamente, la localidad de Sakana acogió entre el 24 y el 27 de julio pasados las cuatro últimas jornadas de este evento, sumando más de 25.000 asistentes de todas las generaciones. 

“Con los cuerpos y mentes cansadas, pero con los corazones repletos de alegría hemos acabado el 30º y último Hatortxu Rock”. Así se manifestaron las/os componentes de la organización de esta cita que ya tiene sucesora: el festival Aske, cuya andadura comenzará el 27 de diciembre próximo en Villava-Atarrabia.

Público el pasado domingo en el Hatortxu. Iban Aguinaga

Agresiones machistas

“Nos hemos despedido junto a 25.000 personas. Hemos reivindicado, junto a 25.000 personas, que queremos en casa a las presas, exiliadas y deportadas políticas vascas. En casa, y de manera digna. Creyendo que es la forma de avanzar en términos de resolución. Hemos reivindicado, por tanto, bailar, cantar y disfrutar. Y celebrarlo. El orgullo y la ilusión por el trabajo de 26 años y 30 ediciones nos han dado fuerzas para organizar un festival de dimensiones tan grandes”, añadían ayer desde la organización.

Durante cuatro días, ha habido “muy buen ambiente tanto en el recinto como en Lakuntza”. A pesar de ello, “durante el festival se han producido varias agresiones machistas”, apuntan. Y subrayan que, además de recordar que este tipo de actitudes no tienen cabida entre nosotras, nos gustaría poner en valor la respuesta pública dada y el trabajo de prevención realizado previamente”. En ese sentido, han hecho suyo “el clamor de la autodefensa feminista, con el objetivo de construir un espacio seguro para todos”.