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Música

Crítica del concierto de Soleá Morente: Clasicismo y vanguardia

Crítica del concierto de Soleá Morente: Clasicismo y vanguardiaJavier Escorzo

Un par de semanas antes de que una nueva edición del Flamenco on Fire eche a rodar, Soleá Morente, que ha actuado dos veces en dicho festival, volvió a visitar Pamplona, en esta ocasión dentro del ciclo de conciertos organizado por Civican. Es una buena señal que los artistas flamencos no sean circunscritos exclusivamente a festivales de cante jondo y puedan presentar su propuesta en cualquier espacio; para eso, Soleá se antoja como una opción idónea, pues en su música siempre ha habido mucho de flamenco, pero también pop, rock, dream pop, folclore hispanoamericano o electrónica. Esta vez vino acompañada por dos guitarras, una española y otra eléctrica; esto eso: una más flamenca y otra más contemporánea. Como ella misma, que siempre ha tenido un pie en el clasicismo y otro en la vanguardia. Así fue como vistió, con un vestido largo de color blanco sobre el que se había colocado un corpiño de cuero negro y metal. No es baladí detenerse en su atuendo, porque reflejaba bien su apego a la raíz, que lo tiene y mucho, pero también su afán por explorar nuevos territorios artísticos, algo que tanto ella como sus hermanos han heredado de su padre, el gran Enrique Morente.

Y al margen de su vestuario, lo verdaderamente importante, esto es, su arte, también pivotó entre esos dos mundos. Inmersa como está en varios proyectos, el disco que le traía a Pamplona era Mar en calma, publicado hace solo unos meses y del que extrajo buena parte del repertorio: No temas nada, que en el álbum interpreta junto a su hermano Kiki; Poemas, con letra de José Manuel Caballero Bonald; o La Chamelona, una copla antigua en la que Soleá se levantó para cantar e escenificar con mayor dramatismo. También de pie interpretó Palabras para Julia, en una versión extraordinaria; no parece fácil aportar algo a una canción que ha sonado ya de tantas maneras diferentes, pero ella supo dotarla de una dosis extra de emoción. Al público le creció un nudo en la garganta, por lo que había que relajar el ambiente, cosa que hizo con unas alegrías en las que el respetable acompañó con las palmas.

Llegó después un tramo más distendido, compuesto en su mayor parte por canciones más poperas y algunas rumbas: Marcelo Criminal, Lo que te falta (a falta de percusión, Soleá marcó el ritmo con sus taconeos), o Cariño. Sin abandonar la rumba, pero con un tono mucho más dramático, a lo María Jiménez, llegó Lo que te falta, que dio título a su disco de aquel maldito 2020 (se publicó poco antes del confinamiento). Tras el baile, hubo todavía una parte más poética en la que destacaron Quisiera esta tarde, la adaptación que hizo Paco Ibáñez del poema del Alfonsina Storni, y la “brasileira” Sueños. Alegato contra las armas, de Enrique Morente, sonó como un trueno, con esa desgarradora frase que, por desgracia, no pierde vigencia: “Los niños son inocentes, ¡no disparen!”. Se despidieron en un tono más amable con Olelorelei y todo el público que abarrotaba la terraza del Civican puesto en pie.

CONCIERTO DE SOLEÁ MORENTE

Fecha: 14/08/2025 Lugar: Terraza del Civican. Incidencias: Mucha gente, terraza llena. Soleá Morente (voz), Rubén Campos (guitarra española), Gonzalo Navarro (guitarra eléctrica).